Determina los años transcurridos entre la fundación de Roma el 753 a c y la caída del Imperio romano de Occidente el año 476

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Se define como Imperio el periodo de la Historia de Roma comprendido entre la toma del poder por parte de Augusto en el año 27 a. C. Y la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d. C., tras la destitución del último emperador, Rómulo Augústulo.  el Imperio se suele dividir en otros dos periodos: Alto Imperio y Bajo Imperio. Esta diferenciación es cronológica, pero también es política, económica y social. Se denomina Alto Imperio el periodo que abarca los dos primeros siglos del Imperio Romano, entre el 27 a.C. Y el comienzo siglo III d.C. El Alto Imperio está caracterizado por un gran florecimiento económico y una gran estabilidad política por los siguientes factores: Economía monetaria y comercial (con un sistema de producción fundado en la esclavitud). La economía no se basa únicamente en sectores tradicionales como agricultura, ganadería y autoabastecimiento, sino en el comercio de los productos a lo largo del Imperio, para lo cual eran fundamentales las comunicaciones (marítimas y terrestres) y la moneda para facilitar el comercio entre lugares lejanos.Expansión territorial que tenía el objetivo de contener los ataques externos mediante el refuerzo de las fronteras (construcción del limes o frontera). Consolidación de la cohesión interna mediante la progresiva extensión de la ciudadanía romana a todos los súbditos del Imperio. Durante este periodo se acuña el concepto de pax romana, que indica un periodo de prosperidad y de paz bajo el control de Roma.Toma el nombre de Bajo Imperio el periodo comprendido entre el acceso al poder del emperador Diocleciano en el 284 d. C. Y el fin del Imperio de Occidente en el 476 d. C. Entre el Alto y el Bajo Imperio tuvo lugar un periodo convulso y de gran inestabilidad llamado Crisis o Anarquía del siglo III. El Bajo Imperio, respecto al Alto, ha sido considerado siempre como un periodo de decadencia. Tras la crisis del siglo III, se asiste a una serie de cambios en lo político, económico y social. El Estado va perdiendo progresivamente fuerza por lo que se debilita el control de las fronteras frente a los bárbaros, decaen las infraestructuras y por consiguiente el comercio. De esta forma se asiste al proceso de ruralización de la sociedad y al desarrollo de una economía de autoabastecimiento.


¿Cómo se convirtió Octavio en emperador? A la muerte de Julio César, tras un año de Guerra Civil, se formó el segundo triunvirato (43 a. C.), formado por Octavio (el sucesor que Julio César había previsto) y dos lugartenientes suyos, Marco Antonio y Lépido. Estos se repartieron el poder de la siguiente manera:A Lépido, le tocó África, pero se retiró a la vida privada.A Marco Antonio le correspondíó ser el gobernador de Oriente y de Egipto. Allí conocíó a Cleopatra y se casó con ella. A Octavio, sobrino y heredero de Julio César, le correspondíó el gobierno de Occidente, que incluía Hispania y el norte de África. Después de pacificar Roma, Octavio marchó a Egipto y acusó de traidor a Marco Antonio. Se enfrentó a la flota de Marco Antonio y Cleopatra, en las costas occidentales de Grecia, en la batalla de Accio (31 a. C.). Marco Antonio, tras ser derrotado, fue abandonado por su ejército y se suicidó en Alejandría. Cleopatra, también se suicidó. En el 29 a. C. Octavio entró triunfador en Roma y asumíó todos los poderes del Estado con el nombre de emperador. Así acababa la República y se establecía el Imperio. La organización política del Imperio: Aunque el Imperio se fue modificando con el transcurso del tiempo, se pueden señalar unas carácterísticas generales. El cargo de emperador era vitalicio y el hombre que ostentaba ese título escogía a su sucesor (principio que no se respetó en varias ocasiones). Además, concentraba en su persona los máximos poderes (el militar, el político el religioso), gobernaba con el asesoramiento de hombres de confianza designados por él mismo y se apoyaba en la fuerza del ejército. En cuanto a las instituciones republicanas (comicios, Senado, magistraturas), se mantuvieron, pero su poder se fue reduciendo progresivamente, en la medida en que aumentaba el de los emperadores. Durante los siglos I y II d. C., época conocida como Alto Imperio, la civilización romana vivíó la etapa más brillante de su historia. Los nuevos tiempos habían traído paz y prosperidad, y el comercio, por mar o por las numerosas vías que recorrían el Imperio, florecíó en todas partes. Paralelamente, los dominios romanos se ensancharon aún más y llegaron a su máxima extensión


Los emperadores del Alto Imperio: Augusto entró triunfalmente en Roma en el año 29 d. C. El pueblo y el Senado le rindieron grandes honores y le dieron los siguientes títulos: emperador, gran 3 pontífice, príncipe del Senado, Augusto (persona grata) y, finalmente, César, nombre de su padre adoptivo. Augusto reinó teniendo en cuenta los intereses del pueblo y de las clases medias. Mantuvo el Senado y las asambleas. Entre sus reformas más importantes cabe destacar las siguientes: Reforma del ejército. El ejército de Augusto se convirtió en un verdadero ejército profesional, con unos 300.000 hombres y 28 legiones. El servicio militar duraba entonces 16 años y los soldados recibían un sueldo. Reforma de la administración. División en dos tipos de las provincias del Imperio. Las provincias senatoriales, territorios pacificados, y las provincias imperiales, controladas directamente por él, donde aún había presencia militar. Grandes obras públicas en Roma. Mandó construir el Ara Pacis en el Campo de Marte, para simbolizar la prosperidad de Roma durante la pax romana; erigíó dos arcos de triunfo en el foro; renovó numerosos santuarios; construyó varios acueductos, etc. Renovación cultural. Roma vio surgir nuevos poetas e historiadores, protegidos por Mecenas, cercano al emperador: Virgilio, Tito Livio, Salustio. La dinastía Flavia En el año 64 d. C., la Guerra Civil volvíó a Roma. Se conoce como el año de los cuatro emperadores, cuyo vencedor fue Vespasiano (69- 79 d. C.). Consiguió controlar las rebeliones de las provincias del este, saneó la economía, reclutó a senadores de las provincias occidentales y se aseguró la lealtad de los militares 4 con la nueva dinastía que había creado, los flavios. Tras el breve y popular gobierno de Tito (79-81 d. C.), Domiciano (81-96 d. C.) instauró un régimen de terror y miedo, por lo que fue asesinado


La dinastía antonina Nerva (96-98 d. C.), comenzó la dinastía de los antoninos, que fue continuada por su hijo adoptivo Trajano. Trajano (98-117 d. C.), un soldado valeroso, se convirtió en uno de los emperadores más queridos gracias a sus numerosas conquistas (Dacia, Arabía, Armenia, Partía), su sentido común, sus habilidades administrativas y su humanidad. Inició un programa de construcciones y se preocupó de los problemas sociales, especialmente de la distribución de comida entre los niños pobres. Columna trajana. También su primo Adriano (117-138 d. C.), un viajero apasionado y hombre de cultura, administró de manera excelente el Imperio y creó una gran red de carreteras militares que permitieron a las tropas marchar más rápidamente hasta todas las fronteras. El muro de Adriano, su proyecto más famoso, se extendía lo largo de 117 km en el norte de Inglaterra. Su sucesor, Antonino Pío (138-161 d. C.), tuvo un reinado muy pacífico, pero esa inactividad militar creó problemas a su sucesor, Marco Aurelio (161-180 d. C.), que tuvo que enfrentarse a las poblaciones germánicas. Después de numerosas victorias dejó el trono a su hijo Cómodo (180-192 d. C.), un emperador que se despreocupó de la economía y que se pasaba la vida en el anfiteatro y entre juegos. Cómodo fue asesinado y fue objeto de damnatio memoriae. Roma pasó por un periodo de falta de liderazgo que provocó el colapso de las instituciones políticas, el debilitamiento del ejército y la inestabilidad económica. Tras la muerte de Cómodo, en el año 182 d. C., tuvo lugar una nueva Guerra Civil entre los pretendientes al trono. La dinastía severa Desde el año 193 hasta el 235 d. C. Roma fue gobernada por la dinastía severa, ocupada sobre todo en defender las fronteras y en asegurar el futuro de la dinastía. El poder imperial fue dependiendo cada día más del ejército. Desde 235 hasta 284 d. C. Roma pasó por una anarquía militar en la que las tropas las que nombraban a los emperadores, que reinaban por un período de tiempo muy corto. El comercio se volvíó muy peligroso, los servicios locales se deterioraron, los fondos imperiales desaparecieron y la moneda se devaluó.


La sociedad en la época del Alto Imperio Durante la República, los plebeyos consiguieron la plena igualdad de derechos. La gran expansión militar de Roma supuso la incorporación de extensos territorios y de su población, que se fue integrando poco a poco. Estos dos hechos originaron una nueva división social: • Los hombres libres podían ser ciudadanos romanos o no ciudadanos. La categoría de ciudadanos romanos la integraban no solo los descendientes de los antiguos patricios y plebeyos de la ciudad de Roma, sino también los individuos (y sus descendientes) de cualquier territorio del Imperio que hubieran obtenido el privilegio de la ciudadanía Romana. La ciudadanía se solía conceder individualmente, o incluso a un pueblo entero, casi siempre como premio y, en general, a todo aquel que, sin ser ciudadano, hubiera servido al ejército. La ciudadanía representaba para sus titulares la obtención de plenos derechos civiles y políticos. En el grupo de los ciudadanos encontramos a una minoría privilegiada, poderosa y muy rica que constituía el orden senatorial (los miembros del Senado en Roma), el ecuestre (hombres de negocios ricos) y el decurional (los decuriones o miembros de los senados municipales del Imperio. Los no ciudadanos tenían derechos civiles, como hombres libres que eran, pero no derechos políticos; no podían votar en las asambleas ni ejercer cargos públicos. A partir del año 212 d. C. Esta diferencia desaparecíó, ya que el emperador Caracalla concedíó la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio. • Los esclavos eran propiedad de sus amos. A caballo entre la libertad y la esclavitud estaban los libertos, antiguos esclavos que habían obtenido la manumisión. Eran libres, pero su antiguo amo podía exigirles ciertas obligaciones


El Bajo Imperio: Los siglos II a V d. C. Corresponden a un período de crisis conocido con el nombre de Bajo Imperio. Al final del siglo III, el emperador Diocleciano intentó reformar el Imperio dividíéndolo en dos, el de Occidente y el de Oriente, y creó un sistema de gobierno compartido, la tetrarquía, en el que gobernaban simultáneamente dos emperadores de Oriente y dos más en Occidente. Con esta medida quería aumentar la eficiencia del gobierno y garantizar la defensa de las fronteras. El sistema ideado por Diocleciano se colapsó cuando el emperador se retiró voluntariamente a la actual Croacia, la tierra que lo había visto nacer. Tras derrotar a sus rivales, tomó las riendas del Imperio Constantino, famoso por su Edicto de Milán (313 d. C.), que instauraba la tolerancia religiosa, incluyendo la religión cristiana. Su proyecto más ambicioso fue construir una nueva Roma en Bizancio, Constantinopla, la actual Estambul. Teodosio I (379-395 d. C.) Fue el último gobernador del Imperio romano. Mediante el Edicto de Tesalónica, que promulgó el 380 d. C., el cristianismo se convertía en la religión oficial del Imperio. Al morir había separado la parte este del Imperio para 6 dársela a su hijo Arcadio, y la parte occidental a su otro hijo, Honorio. Esta medida comportó la división final del Imperio romano. Mientras Constantinopla y la parte oriental del Imperio mantuvieron la estabilidad y prosperaron mil años más, la parte occidental comenzó a fragmentarse y a decaer económicamente por culpa de la debilidad de los emperadores y la presión exterior de las tribus germánicas. La crisis explotó en 476, y el Imperio romano de Occidente se extinguíó con la deposición de Rómulo Augústulo y la elección de un rey godo, Odoacro.


VIDA COTIDIANA:Fiestas y espectáculos Durante el Alto Imperio, el calendario anual de fiestas llegó a superar los ciento ochenta días, entre fiestas religiosas y celebraciones organizadas por emperadores y magistrados,llevó al poeta satírico Juvenal a decir que el pueblo romano, ahora degenerado, sólo anhelaba dos cosas: pan y circo. Entre las fiestas religiosas, dos de las más populares eran las Lupercales y las Saturnales: Lupercales se sacrificaban cabras y un perro. Tras el sacrificio, dos jóvenes se acercaban al altar y eran unidos con sangre del cuchillo empleado durante el sacrificio. Con la piel de los animales se elaboraban unas tiras de cuero llamadas februa e iniciaban una carrera alrededor de la montaña donde azotaban y fustigaban con estas tiras a todo aquel que encontraban a su paso, sobre todo a las mujeres. Saturnales se celebraban entre los días 17 y 23 de Diciembre. Durante su transcurso se suspendían temporalmente las actividades comerciales, se cerraban escuelas, el senado o los tribunales de justicia, se permitía todo tipo de juegos de azar y apuestas y era habitual regalar saquitos de nueces, velas o muñequitos de arcilla. También se intercambiaban los papeles entre los esclavos y sus amos. Entre los espectáculos que ofrecían los magistrados o el emperador, llamados ludí, hay que que mencionar en primer lugar los juegos de circo. Consistían en carreras de carros conducidos por aurigas y arrastrados por un número variable de caballos. Cada uno representaba a un equipo (factio), que se identificaba por un color. Las factiones eran organizaciones complejas que movían grandes cantidades de dinero y tenían seguidores. El Circo Máximo de Roma llegó a tener más de trescientas mil localidades y se llegaron a organizar hasta cien carreras diarias. También se hacían exhibiciones acrobáticas con carros y caballos. SIGUIENTE PAG


 El teatro no despertaba el mismo fervor popular que los juegos de circo, y progresivamente la calidad de las representaciones disminuyó a medida que 7 aumentaba la afluencia de público: mimos y pantomimas vulgares, con frecuencia de mal gusto, sustituyeron las viejas comedias y tragedias. Pero los espectáculos que realmente levantaban pasiones eran los combates de gladiadores y las luchas de fieras, especialmente durante el Imperio. En el siglo I a. C. Se creó para esas luchas un tipo de edificio nuevo: el anfiteatro. El mejor ejemplo que tenemos es el Coliseo de Roma, con capacidad para más de cincuenta mil espectadores. También se representaban en él combates navales o naumaquias, para las que había que llenarlo de agua. Los gladiadores Los combates de gladiadores son de origen etrusco: se obligaba a esclavos y prisioneros a luchar entre sí para satisfacer la sed de sangre de los dioses. La frecuencia de los espectáculos de gladiadores, que recibían el nombre de munera, era irregular. La procedencia de los combatientes era muy variada: criminales condenados a muerte, prisioneros de guerra, esclavos u hombres libres voluntarios que cobraban una prima por combatir. El lanista, cuya función principal era buscar y comprar por cantidades considerables a los futuros gladiadores, era el amo del ludus (escuela de gladiadores). Tenía derecho de vida y de muerte sobre los gladiadores y debía pagar un impuesto que correspondía a una tercera o una cuarta parte de sus ganancias. El espectáculo iba precedido por una procesión grandiosa llamada pompa circensis. Los gladiadores desfilaban ante la tribuna imperial y pronunciaban unas palabras que se han vuelto famosas: “Ave, Caesar, morituri te salutant!”. Cuando un gladiador resultaba herido, pedía clemencia a los espectadores extendiendo dos dedos. Estos podían solicitar que viviese alzando el pulgar (verteré pollicem), o solicitar que se le matasen con el pulgar hacia abajo (premere pollicem). Cuando terminaban los combates, el vencedor recibía una palma, dinero y regalos de diversa naturaleza. Muchos gladiadores se convirtieron en figuras y gozaron de una gran popularidad entre el público. Los combates de gladiadores fueron abolidos en el año 438, tras unos 450 años de servicio ininterrumpido

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