La Dialéctica Trascendental de Kant: Metafísica, Ciencia y Límites del Conocimiento
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La Dialéctica Trascendental en la Crítica de la Razón Pura de Kant
En la tercera parte de la Crítica de la Razón Pura, conocida como Dialéctica Trascendental, Immanuel Kant abordó los temas más importantes de la filosofía. Su principal objetivo era determinar si los problemas metafísicos se adaptan o no a la ciencia; es decir, si la metafísica puede ser considerada una ciencia.
La respuesta a esta cuestión ya podía haberse anticipado desde la Estética Trascendental, dado que la metafísica se refiere a otro tipo de objetos: aquellos que no son espaciales ni temporalizables. En la Dialéctica Trascendental, Kant se preguntó: "¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en la metafísica?"
Kant se refería a la metafísica del último racionalismo alemán, que se dividía en tres partes fundamentales, según los tres tipos de problemas a los que se refería:
Los Tres Problemas Metafísicos Fundamentales
- 1. El Universo en su totalidad: El mundo copernicano, concebido como infinito por Giordano Bruno. Este era el objeto de estudio de la cosmología. Para Kant, el universo no es un fenómeno que pueda estudiarse científicamente, pues es infinito y no ofrece materia para una impresión sensible.
- 2. El Alma: El "yo" en el sistema clásico, tratado por la psicología. Este también era un tema que había sido criticado por David Hume. Según Kant, por definición, el alma no es un fenómeno, sino una sustancia inespacial e intemporal, de ahí que solo la veamos como noúmeno.
- 3. Dios: Objeto de la teología natural o teodicea. También este, por definición, es inespacial e intemporal; es decir, no se trata de ningún fenómeno.
Categorías del Entendimiento y Límites del Conocimiento
Estas categorías o conceptos puros del entendimiento se distinguen de las ideas innatas del racionalismo. Para Kant, las categorías son algo diferente: los conceptos puros no nos dicen cómo es la realidad en sí (el noúmeno), sino únicamente cómo conocemos la realidad que podemos conocer, es decir, los fenómenos.
No sabemos si estas categorías las tienen los objetos en sí, y tampoco sabemos si los noúmenos tienen estas categorías. Solo sabemos que se refieren a los fenómenos y se aplican a lo que previamente ha sido espacializado y temporalizado por la sensibilidad. Esta es una relación clara entre la Estética Trascendental y la Analítica Trascendental.
La física se basa en las matemáticas, y el entendimiento se fundamenta en la sensibilidad. No hay fenómeno físico si antes no ha habido una aplicación de espacio y tiempo a la materia de los objetos. Todo aquello que no pueda adaptarse al espacio y al tiempo no puede conocerse científicamente. Lo que no puede ser un fenómeno matemático no podrá ser un fenómeno físico. Esta fue la solución que Kant dio a lo que buscaba en la Crítica de la Razón Pura.