La Dictadura de Primo de Rivera: Estructura, Gobierno y Oposición Política

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La Dictadura de Primo de Rivera: Fases Iniciales y Militarización

Aunque la Constitución no fue derogada, fueron suspendidas ciertas garantías constitucionales. Se disolvieron indefinidamente las Cortes. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por militares; se nombraron delegados gubernativos (también militares) en los ayuntamientos, y los concejales electos fueron sustituidos por “vocales asociados” designados por sorteo entre contribuyentes de distinta categoría. De esta manera, se relegó a todos los políticos liberales y se militarizó la administración. A partir de 1924, los cargos públicos empezaron a ser ocupados de nuevo por civiles, la mayoría funcionarios, y por algunos políticos procedentes de la derecha católica y del maurismo.

Durante los dos años que duró, el Directorio Militar llevó a cabo diversas iniciativas que le granjearon un gran apoyo popular en la sociedad española.

El Directorio Civil (1925-1930)

El Directorio Civil fue creado en diciembre de 1925; con él, Primo de Rivera demostraba su voluntad de permanecer en el poder e instaurar un régimen estable. Para ello, formó un gobierno (1925-1930) formado por una mayoría de civiles procedentes del maurismo y de la democracia cristiana. Entre sus miembros destacaba su viejo amigo y colaborador Severiano Martínez Anido, como vicepresidente y ministro de Gobernación. Entre los civiles, destacaban José Calvo Sotelo, como ministro de Hacienda, el Conde de Guadalhorce, como ministro de Fomento, y Eduardo Aunós, como titular de la cartera de Trabajo.

Para afianzar su gobierno, Primo de Rivera convocó también una Asamblea Nacional Consultiva (1927) que debía aprobar una nueva Constitución que legitimase el nuevo régimen. Rompía así con el parlamentarismo liberal, ya que en la Asamblea no estaban representados partidos políticos, sino intereses corporativos (de la administración, de las actividades profesionales y de la Unión Patriótica). Se llegó a elaborar un proyecto de Constitución que creaba un Estado corporativo y conservador; sin embargo, esta norma nunca se aprobó, lo que puso de manifiesto la incapacidad del régimen para encontrar una fórmula institucional alternativa al parlamentarismo.

La Oposición a la Dictadura

La dictadura apenas prohibió las formaciones políticas ni reprimió con dureza la oposición, aunque sí recurrió a la censura, a los procesos judiciales, al aislamiento de algunos líderes y, a veces, al enfrentamiento directo con políticos e intelectuales. Poco a poco se fueron formando importantes grupos opositores que, posteriormente, fueron claves para la llegada de la República.

  • Los antiguos partidos de la Restauración, de cuyas filas surgieron muchos republicanos como el liberal Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura (hijo de Antonio Maura) y el conservador Sánchez Guerra.
  • Los republicanos históricos (como Lerroux) o los nuevos (como Azaña) que no tuvieron una gran relevancia pública hasta 1928.
  • La mayoría de los intelectuales. Tuvo una gran repercusión la polémica entre el dictador y el escritor y catedrático Miguel de Unamuno, que fue expulsado de la Universidad de Salamanca y desterrado a Fuerteventura.
  • Los perseguidos directamente por la dictadura, como el nacionalismo catalán, la CNT y el PCE.

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