Diferencias entre Trabajo Productivo y Reproductivo: Implicaciones Socio-Laborales y Trayectorias Laborales Femeninas en España
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Diferencias entre Trabajo Productivo y Reproductivo e Implicaciones Socio-Laborales
6. En el análisis de la división del trabajo social, ¿en qué se diferencia el “trabajo productivo” del “trabajo reproductivo”? ¿Qué implicaciones socio-laborales tiene cada uno de ellos?
Marx fue quien introdujo esta distinción, reflejando la separación entre el ámbito laboral y el familiar, y entre trabajo y persona. Las implicaciones socio-laborales que tiene cada uno de ellos son:
- El trabajo productivo indica aquellas actividades humanas que producen bienes y servicios y que tienen un valor de cambio, por lo tanto, que generan ingresos tanto bajo la forma de salario o bien mediante actividades agrícolas, comerciales y de servicios desarrolladas por cuenta propia.
- El trabajo reproductivo constituye un conjunto de tareas necesarias para garantizar el cuidado, bienestar y supervivencia de las personas que componen el hogar. Este trabajo reproductivo se entiende en dos niveles fundamentales:
- Reproducción biológica: Gestación, parto y lactancia del niño.
- Reproducción social: Mantenimiento del hogar y la reproducción de hábitos, normas que, incluye la crianza, la educación, la alimentación, atención y cuidado de los miembros y organización y, leyes, costumbres y valores de un grupo social determinado. Se trata de dos categorías de análisis complementarias.
El trabajo reproductivo es entonces la piedra angular de nuestra sociedad. Existe una importante vinculación y dependencia entre trabajo productivo y reproductivo.
Patrones de Cambio en las Trayectorias Laborales de las Mujeres en España
7. ¿Qué patrones de cambio se pueden distinguir en las últimas décadas en las “trayectorias laborales” de las mujeres en España?
Los patrones de cambio se expresan muy bien a través del contraste entre distintas generaciones.
Las Hijas Trabajadoras
Las mujeres de más edad (juventud durante la guerra civil o posguerra) fueron socializadas de acuerdo con el modelo de trabajo que hemos denominado como hijas trabajadoras:
- La mayoría de ellas tuvieron ocupación remunerada antes de casarse.
- Vida laboral temprana, especialmente en la clase obrera, y los ingresos obtenidos se consideraban como una contribución a la economía de sus padres.
- Una vez se casaban, mantenían el empleo si el salario era imprescindible para la familia, siendo prioritaria su dedicación a la casa y a los hijos. Existía una visión negativa del trabajo de la mujer casada porque se asociaba a pobreza.
Las Madres Trabajadoras
A medida que transcurren los años y nos acercamos a la etapa de desarrollismo económico, empieza a aparecer una mayor diversificación en las prácticas de empleo, así como en los modelos de representación del trabajo y de la vida doméstica. Poco a poco va imponiéndose un nuevo modelo, el de las madres trabajadoras:
- Retrasar la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo y que los padres prescindan, por tanto, de los ingresos de sus hijos. La lógica es, pues, bien distinta respecto al modelo anterior.
- Un mayor bienestar económico se corresponde con una mayor duración de la educación formal.
- No se aprovecha el trabajo de los hijos en el presente, sino que se invierte en su futuro.
- El salario de la mujer casada resulta imprescindible.
Las mujeres con edades intermedias son las que han vivido la transición entre los dos modelos mencionados.
Es importante añadir que lo más normal es que las mujeres realicen trabajos más precarios que los hombres, de menores horas para poder ocuparse también de los hijos y del hogar.