Dignidad Humana: Perspectivas sobre su Adquisición y Gradación

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Dignidad como Potencialidad y con Gradaciones

Este enfoque sostiene que cada forma de vida humana participa de la dignidad humana, pero admite la posibilidad de distinguir entre un mayor y un menor grado de dignidad. Debido a su pertenencia a la especie biológica, los seres humanos ya traen consigo la semilla de la dignidad humana, por la cual cada uno merece el mismo respeto.

Sin embargo, el completo desarrollo de esta semilla depende de las condiciones objetivas, es decir, de una situación vital que permita el florecimiento de la dignidad humana. Según esta perspectiva, la dignidad debe ser entendida como un potencial del que participa cada ser humano en cuanto tal, pero sin que por ello se pueda realizar en la misma medida.

La posesión de dignidad permite ciertas gradaciones, aunque esto no puede significar explícitamente que ciertos miembros de la comunidad humana puedan ser excluidos del círculo de destinatarios de la protección de la dignidad sin más.

Dignidad Adquirida y sin Gradaciones

Este segundo enfoque rebate la idea de que todas las formas de vida humana participen de la dignidad humana desde el inicio. Aquí, en relación con el desarrollo embrionario temprano del ser humano, se aplican cortes moralmente relevantes, a saber, entre distintas formas previas de la existencia humana y aquellos estadios de desarrollo en los que se forman determinadas características de la persona humana (por ejemplo, sensibilidad al dolor, autoestima, etc.).

Así pues, el estado de dignidad de cada uno de los individuos está fundamentado de tal modo que, en cierto sentido, se le puede reconocer dignidad a posteriori. Pero al mismo tiempo, se sostiene que, mientras el ser humano sea persona, no se le puede discutir su estado de dignidad, ni de un modo absoluto ni de un modo gradual. Para las personas, una vez adquirida la dignidad, esta se mantiene de forma permanente e invariable.

En consecuencia, el concepto de dignidad apunta a una capacidad específicamente personal que solo se muestra en una parte de la humanidad, a saber, en las personas, si bien en todos los casos particulares del mismo modo. Solo aquellos miembros de la especie humana que no se adhieren al criterio de "persona" considerado como central deben, consecuentemente, renunciar a la dignidad.

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