La Dignidad Humana: Reflejo de la Imagen Divina y Comunión Interpersonal

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 2,89 KB

El Hombre como Imagen de Dios

La afirmación de la dignidad única del ser humano se basa en que el hombre es imagen de Dios, lo que significa que lo representa en la creación. El hombre hace presente al Creador en la obra creada, actuando como su "alter ego", un otro yo que ejerce señorío, pero no dominio absoluto. Su responsabilidad es cuidar y tutelar la creación. El hombre no puede disponer de la vida de otro, ya que ambos son imágenes de Dios. Esta condición nos hace únicos e irrepetibles, y establece una comunión inmediata con Dios, un diálogo constante.

Una de las afirmaciones cristianas fundamentales es: "Todo hombre, cada hombre es único e insustituible". El ser humano es la única criatura terrestre amada por Dios por sí misma, y por lo tanto, nunca puede ser utilizado como un medio. Cada persona tiene un fin en sí misma, dado por su componente espiritual e inmortal.

El Valor Incalculable de la Persona

Ningún hombre puede estar en función de la raza, nación, clase social, estado o sociedad. El ser humano no debe utilizar a otro como instrumento para sus fines. Cada persona posee un valor incalculable, un valor sagrado en sí misma.

La Relación entre Dios y el Prójimo

Dios es el "tú" del hombre, y el hombre es el "tú" de Dios en este mundo. El otro no puede ser considerado una cosa, porque es un "tú" para Dios. El Evangelio relaciona a Dios con el prójimo, enfatizando que no se le puede tratar como un simple instrumento. Reducir la corporeidad al centro de los intereses personales, creando una imagen ideal del cuerpo, es una forma de reducir a la persona. No se puede vivir de apariencias.

Unidad de Cuerpo y Alma

El hombre es una unidad de alma y cuerpo. El cuerpo no es un añadido; la persona comparte con su cuerpo su dignidad o la degradación del mismo.

La Comunión Interpersonal

Desde el principio, Dios creó al hombre y a la mujer (Génesis 1:27). Esta es la primera forma de comunión entre personas. El ser humano es un ser social que necesita relacionarse con los demás. No existe el hombre sin comunidad; necesita la relación con el otro para poder decir "yo, tú, nosotros". El otro, como imagen de Dios, no puede sernos indiferente.

La Sexualidad y el Matrimonio Cristiano

Desde la creación, el hombre es un ser sexual. La vida humana se manifiesta en dos realidades somáticas y psicofísicas diferenciadas: varones y mujeres. Moralmente, son iguales en dignidad y se complementan mutuamente. Sobre esta polaridad se funda el matrimonio cristiano, cuyo autor es Dios mismo. La intimidad de la comunidad de vida y amor conyugal se inicia con el consentimiento personal e irrevocable de los esposos, como se expresa en Mateo 19:6: "Ya no son dos, sino una sola carne".

Entradas relacionadas: