La Dignidad del Ser Humano: Fundamentos Teológicos y Derechos Inalienables

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1. ¿En dónde se fundamenta la dignidad humana?

La dignidad humana se fundamenta en que somos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza. Por ello, todos poseemos un valor absoluto, incondicional a las circunstancias. Esta dignidad es inherente al ser humano por el simple hecho de existir.

2. ¿En qué nos diferenciamos de los animales?

Apuntes de clase

Lo que distingue al ser humano del resto de los animales es su capacidad de elección y su autodominio. Mientras el animal actúa movido por el instinto, el ser humano es capaz de elegir entre el bien y el mal.

La razón es la que le permite discernir la bondad o maldad de sus actos. Por tanto, al actuar libremente, es responsable de sus acciones.

Su capacidad de autodominio lo convierte en un ser moral, capaz de orientarse hacia el bien.

3. ¿Qué consecuencias personales y sociales puede tener el hecho de que el ser humano haya sido creado a imagen y semejanza de Dios?

Las consecuencias personales radican en que cada uno de nosotros posee un valor intrínseco y total, fundamentado en ser hijos de Dios. Esto implica el respeto que merecemos por nuestra filiación divina, así como la confianza mutua entre nosotros y con Dios, una confianza que se vive entre hermanos e hijos.

Las consecuencias sociales se manifiestan en la necesidad de tratarnos como hermanos, y no como meros individuos independientes.

4.

5. ¿Qué son los Derechos Humanos? ¿En qué se fundamentan?

Los Derechos Humanos se fundamentan en la dignidad inherente de la persona, que poseemos por el simple hecho de existir. Son un conjunto de normas jurídicas universales que disciernen entre el bien y el mal, y que deben ser protegidas y respetadas por todos. Son indivisibles, e ir contra ellos supone atentar contra la dignidad humana. Son, por tanto, universales, innatos, indivisibles, hacen iguales a todos los seres humanos, y son irrenunciables e inalienables.

6. ¿Por qué la Iglesia habla de Derechos Humanos, si dependen de la opinión de la mayoría?

Los Derechos Humanos no dependen de la opinión general, sino que son innatos y propios de la naturaleza humana. No pueden ser alterados por la mayoría, ya que la dignidad no puede ser oprimida por la opinión popular. La Iglesia defiende la dignidad humana y se opone a todo aquello que la vulnere.

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