Dimensión Corporativa y Capital Confianza: Claves para la Adaptación Empresarial
Clasificado en Psicología y Sociología
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Existe identidad corporativa, es decir, la empresa como globalidad, y también una adaptación al entorno. Basada en la identidad de la corporación, la adaptación al entorno y el cálculo económico global, tenemos que la dimensión Corporativa, en una economía cerrada, donde la empresa es capaz de administrar los entornos que se le asignan de manera eficiente o no, de acuerdo con una estructura administrativa previamente impuesta llamada reglamentos, que son como normas que regulan los comportamientos y las formas de adaptación de la empresa. Esta estructura sirve para entornos no competitivos, que no evolucionan ni cambian, ni tienen exigencias de adaptación. En cambio, en las economías abiertas, las exigencias de adaptación a la empresa son mayores. Esta está en constante cambio y su adaptación se hace mediante planteamientos estratégicos, es decir, a través de la búsqueda de formas de adaptación a las situaciones que van cambiando, con mayor flexibilidad y rapidez, con el fin de reducir los costes de coordinación.
La dimensión corporativa se basa en la filosofía, cultura, ética y estrategia empresarial. La filosofía, “cómo quiere ser la empresa”, la desarrollan los grupos nucleares y es “lo que debe ser”, basándose en juicios de valor de base y primarios. La cultura es “lo que es” y se basa en juicios de valor secundarios. Así que podemos ver una diferencia entre cultura y filosofía. Esto produce discontinuidades que llevan a que existan costes de coordinación dentro de la empresa. Por otro lado, tenemos la estrategia, que es cómo se adapta la empresa a los cambios. Si esta no coincide con la filosofía, existen costes de transacción, y por el contrario, si sí coinciden, existirá la identidad corporativa. Por lo tanto, está bien adaptado, es competitivo.
Si hay identidad corporativa e imagen corporativa, llegaremos al capital confianza, que es un doble concepto que refleja las relaciones de trabajo y poder. El primer dato a tener en cuenta es la descentralización; si esto no se produce, no se puede dar el capital confianza, ya que la confianza es la base de la descentralización. Para que esta descentralización se dé, tienen que ocurrir dos cosas: delegar responsabilidades y asumirlas. Todo depende del estilo de dirección, que puede ser autoritario, democrático o liberal. Para la descentralización tiene que haber dos personas: el que delega, y el que asume, basándose ambos en la confianza el uno del otro. Todo esto lleva a que haya riesgos, oportunidades, seguridad, transparencia… y por tanto, hay dinámica empresarial, es decir, adaptación ante los cambios.