Dimensión de los héroes y su función en los mitos

La dimensión de los héroes

Aristóteles señala, en su Poética, que la imitación de la realidad en una obra puede hacerse de 3 maneras: 'pintando' a los personajes mejores de lo que son, 'pintándolos' como son o haciéndolos parecer como peores. Al tomar a los seres humanos como referencia para indicar las cualidades de los personajes, Aristóteles ofrece un modelo de conducta para los lectores: ante los mejores es necesario admirarse, ante los iguales reconocerse y ante los peores prevenirse.

El héroe del mundo clásico es un modelo de los valores que la sociedad entiende como positivos. En él se encarnan las virtudes a las que los hombres aspiran en cada momento de la historia.

El héroe es siempre una propuesta, una encarnación de ideales. La condición del héroe, por lo tanto, proviene tanto de sus acciones como del valor que los demás le otorgan. Esto permite que la dimensión heroica varíe en la historia según los valores que la sociedad reconozca como tales y la meta que se proponga. Por ejemplo, Aquiles es un héroe porque elige morir joven en una batalla que los griegos consideraban la más gloriosa.

Los héroes de lo establecido

Son producto del acuerdo social en torno de los valores que encarnan.

Los héroes alternativos o enfrentados

Luchan por sustituir los valores establecidos con otros valores.

Los mitos y su función

En la actualidad, las preguntas sobre el origen de la lluvia y del trueno o sobre cómo se produce el movimiento de los astros nos parecen fáciles de responder, pero para los pueblos antiguos estas cuestiones resultaban inexplicables. A través de ciertos relatos, intentaron aclarar los misterios de los ciclos de la vida y de la muerte, y explicar cómo comenzaron a existir todas las cosas (el hombre, las enfermedades, el fuego, los astros, etc). Los personajes de estos relatos son dioses y semidioses, seres sobrenaturales que, a partir de lo que crearon desde los orígenes, hicieron que el hombre fuera lo que es.

Las explicaciones que brindan los mitos pueden resultar extraordinarias o sobrenaturales, pero para los pueblos que las crearon tenían carácter de verdad y eran el centro de sus creencias religiosas. Por ese motivo, relatar un mito no era un medio de entretenimiento, sino una celebración que se realizaba en el marco de ceremonias importantes, como los casamientos, los entierros y la iniciación a la vida adulta.

El objetivo principal del mito era revelar a cada pueblo el origen común del mundo, del hombre y de la vida. Y, además, enseñarle que su historia sobrenatural era significativa y un ejemplo a imitar.