Dimensiones de la Geografía Regional: Perspectivas Económicas y Humanistas del Espacio Vivido
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La Dimensión Regional en la Geografía Radical
En los años setenta u ochenta, geógrafos renuevan su interés por la región debido a la desilusión con el enfoque espacial. Creen que es analítico, racionalista, pragmático, y lleva a reducir la dimensión regional a las variables cuantificables, lo que implica no poner en cuestión el orden social. La vuelta de la región se reivindica desde teorías diferentes que en común ven el espacio regional como un espacio de referencia social que identifica procesos socialmente relevantes. Las corrientes son la radical y la fenomenológica. Una reconstrucción de la geografía regional, más marxista y humanista, es la 'nueva geografía regional'. La economía, en su renovación, da lugar a la economía radical en estas dos unidas direcciones, versus la economía regional neoclásica. Esta valora las dimensiones sociológica, política y ecológica en lo económico y cambia la concepción del espacio, visto ahora como activo en procesos capitalistas. En los años setenta, los científicos tienen constancia de problemas de diferencias espaciales del mundo, que creen causa de la crisis económica. Resalta el carácter diferenciado en el espacio. La crisis manifiesta problemas locales y regionales (desempleo), etc. Se empieza a profundizar en regiones, dimensión, relaciones, etc., y se analiza la reacción frente a los mismos. Los espacios regionales son producto social. Se plantea la recuperación del enfoque regional. Los geógrafos recuperan la dimensión regional para estudiar la crisis industrial.
Perspectiva Económica
Indagar en la dimensión espacial de la división del trabajo. La primera persona con una teoría marxista es David Harvey y Doreen Massey, Edward W. Soja o Derek Gregory.
Doreen Massey
Doreen Massey señala la importancia de tener en cuenta el territorio para entender la constitución social de las regiones, no considerar espacio y lugar como meros marcos donde ocurren procesos sociales. Se considera básico en las relaciones de producción, y los definen dialécticamente.
Massey tuvo un eco limitado, pero hay cambios económicos, políticos, sociales y culturales a nivel mundial, y surgen transformaciones en ciudades y regiones. Necesita encontrar explicaciones y considera que la realidad es demasiado compleja para aplicarla en todas partes, quiere algo específico. Se centra en problemas económicos del Reino Unido, problemas regionales desde una perspectiva radical. Sus ideas se sitúan en el contexto de la crisis en el Reino Unido que afecta a ciudades y regiones industriales. Aparece la política regional con varios instrumentos de ayuda a las regiones. Hay un claro interés por "problemas regionales" dentro de las "sociedades capitalistas". Sus ideas se reflejan en el libro Spatial Divisions of Labour (1984).
La Tesis de Massey
La organización de la producción y las estructuras sociales condicionan la formación de las regiones y la distribución de la actividad económica. Cualquier actividad económica crea desigualdad, ya que se localiza en un sitio, utilizando la desigualdad espacial para maximizar los beneficios. Diferentes respuestas de las industrias generan diferentes "problemas regionales". Esto se superpondrá a modelos anteriores, lo que será la base para la próxima 'ronda' de inversión. La economía de un sitio es una combinación de los diversos roles a nivel nacional e internacional.
En el Reino Unido, en el siglo XIX, era un territorio con especialización a nivel internacional en industrias como el carbón, el hierro, el acero y el textil, cerca de los puertos de importación y exportación de materias primas y productos. Se localizan de acuerdo con la producción. Antes tenían una sobrevaloración de la libra en los años 20, cambios en la tecnología y en la competencia de países con salarios más bajos. Cada sector se ve afectado de diferente manera: desempleo, ganancias. Los problemas regionales desaparecen, se habla de 'convergencia regional'. Esto lleva a una nueva división del trabajo. Hay más competencia, lo que supone mayor presión sobre los costes laborales, aceleración de la automatización, proceso de descalificación de los trabajadores, etc. El nuevo modelo requiere mayor dimensión de las empresas y separación de funciones en la división de la producción. La localización utiliza las diferencias regionales para el ensamblaje (mano de obra menos cualificada).
Economía Política
El proceso ha supuesto desde siempre beneficiar a unos y perjudicar a otros. Esto es un componente político que ayuda a explicar la intervención en la distribución espacial de la actividad económica. Massey dice que la misma situación de crisis y de marginación favorece la convergencia porque permite que determinados sectores que buscan características territoriales específicas se beneficien de las desigualdades. Tiene efectos positivos, pero debe tener en cuenta las características externas. Considera que el 'problema regional' no es un problema producido por las regiones, sino por la organización de la producción.
La Región como Espacio Vivido
Surge en los años 60 como reacción a la escuela radical, identificado con la tradición regional. Los humanistas recogen las tradiciones del pensamiento y la práctica, reclaman y reivindican recuperar el lugar, la descripción detallada del carácter de regiones particulares.
El vínculo con la tradición regional tiene un fuerte componente simbólico e ideológico. Se redescubre a Vidal de la Blache y nuevos centros de interés y perspectivas. Mitifican los paisajes en proceso de transformación, consideran negativo todo lo derivado de la industrialización y el consumo, ignoran los procesos sociales que los hacen cambiar. Embellecen el lugar tradicional sin considerar las costumbres físicas, sociales y culturales. Se hace desde una óptica ideológica.
Hacen hincapié en el lugar, se contempla la experiencia relativa de la humanidad en relación con un área. La mente es la referencia, la sensibilidad de la persona. Las relaciones sociedad-medio pasan por la percepción humana de las mismas. Los fenómenos sociales no se pueden estudiar. Al contrario, consideran que resulta invisible. Por tanto, los humanistas rechazan la reducción del espacio y el lugar a conceptos geométricos, sin valores humanos.
La percepción subjetiva, la experiencia, el conocimiento y la acción forman una totalidad. Se recurre al bagaje personal de su cultura y su personalidad. El marco teórico es el existencialismo y la fenomenología.
El Existencialismo
El existencialismo resalta la especificidad y la singularidad de cada persona en el mundo. A diferencia de los racionalistas que ofrecen una visión generalista y naturalista desde arriba, los existencialistas piden explicaciones desde abajo.
El filósofo alemán Martin Heidegger es importante para la experiencia humana. Es el 'ser en el mundo'. Desde esta perspectiva, es el encuentro relacional con el mundo lo que hace que el mundo exista en cada persona. Nuestro conocimiento del mundo viene, en primer lugar, de la creación que hacemos nosotros de lo que descubrimos, y en segundo lugar, de nuestros encuentros con las cosas. Nosotros somos los que damos sentido a los objetos, la gente y las cosas.
La Fenomenología
La fenomenología, una forma de estudiar el existencialismo, considera que la experiencia humana individual es central en la descripción. Se rechaza la asunción naturalista según la cual hay una 'realidad' para estudiar y describir independientemente de la experiencia humana. No hay ningún mundo 'real' separado del mundo ligado a la experiencia humana.
En definitiva, el humanismo rechaza el naturalismo. La experiencia humana, y reducir el mundo a lo medible y cuantificable, es un error teórico. El humanismo resalta la individualidad de los seres humanos en su experimentación y creación del propio mundo.
Énfasis en el Lugar
Los humanistas concentran su interés en el lugar, parte compleja de nuestra experiencia del mundo. Los lugares nos hacen pertenecer a nosotros y también se convierten en parte de lo que nosotros somos, hablan de nuestro lugar en el mundo. En otras palabras, nuestras relaciones con los sitios juegan una parte importante en la formación de nuestras identidades. Preocupados por reorientar la geografía, enfatizan el lugar, en vez del espacio abstracto, lo que contrasta mucho con lo generado por la geografía cuantitativa.
Yi-Fu Tuan
El lugar es una localización geográfica y una posición social. Los sitios pueden ser tan pequeños como un rincón de una habitación o tan grandes como todo el mundo. Tuan conceptualiza el lugar de dos maneras:
- a) Lugares que tienen su propio espíritu y personalidad (meaningful places)
- b) Lugares que tienen sentido a través del individuo (sense of place)
En el primer caso, se trata de lugares fácilmente imaginables, que casi atraen la mirada del observador; el espíritu nos remite a lugares sagrados que inspiran respeto, temor, y la personalidad sugiere singularidad, respeto, imponencia, afecto. En cualquier caso, son lugares que ofrecen su significado a simple vista como símbolos públicos, ya la región como espacio vivido, que mucha gente los experimenta de la misma manera.
Interpretación de los Lugares y Paisajes: El Caso de la Ruta 66
Entre 1916 y 1925, el Congreso de EE. UU. creó el programa del Sistema Nacional de Carreteras, que proporcionó la construcción de la primera red pública de carreteras en todo el país. La designación oficial de la carretera que conectaría Chicago a Los Ángeles con más de 2.400 kilómetros de camino era la Ruta 66. Desde el principio, el curso diagonal de la carretera vinculó a cientos de comunidades predominantemente rurales en Illinois, Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California con Chicago y Los Ángeles, lo que permitió a los agricultores el transporte de granos y productos para su redistribución. La configuración diagonal de la Ruta 66 también fue significativa para el creciente transporte por carretera, que en 1930 había llegado a rivalizar con el ferrocarril por la preeminencia en el envío en EE. UU. Por último, la carretera también se hizo importante para los turistas de automovilismo, así como para los inmigrantes que buscaban una vida mejor en Occidente. John Steinbeck, en su famosa novela Las uvas de la ira, proclamó la U.S. Highway 66 la "Madre Carretera" porque cientos de miles de inmigrantes la tomaron hacia California para escapar de la desesperación del Dust Bowl de Oklahoma en la década de 1930.
Se construyeron los tramos finales de la carretera durante el apogeo de la Gran Depresión por miles de jóvenes desempleados que se pusieron a trabajar en un programa federal. En 1938 se terminó la carretera y su superficie pavimentada continuó de este a oeste. El camino también fue una parte importante del esfuerzo de EE. UU. en la Segunda Guerra Mundial. El Departamento de Guerra necesitaba la mejora de caminos para lograr una rápida movilización durante la guerra y promover la defensa nacional después de la guerra. Debido a su capacidad para todo tipo de clima, la Ruta 66 contribuyó a facilitar la mayor movilización en tiempo de guerra en la historia de la nación.
El final de la guerra encontró a los residentes de Estados Unidos más móviles que nunca, y la Ruta 66 ayudó a facilitar una nueva migración de los orientales a Occidente, así como al fomento del automóvil como experiencia turística. Sin embargo, en 1960 los desplazamientos por carretera y el comercio eran tan importantes que la Ruta 66 se había vuelto inadecuada para la tarea de mover personas y mercancías hacia el este y hacia el oeste. Y para 1970, gran parte de la Ruta 66 había sido anulada o sustituida por un nuevo sistema nacional de autopistas interestatales.
Desde principios de 1990, una coalición de agencias federales como el Servicio de Parques Nacionales y el Servicio Forestal de Estados Unidos, entidades estatales y particulares han tomado medidas para interpretar, preservar y conmemorar partes restantes de la Ruta 66. Turistas de todas partes de Estados Unidos y del extranjero acuden a la carretera para celebrar y apreciar. Canciones y libros se han escrito acerca de ella, y un programa de televisión muy popular usó la ruta como telón de fondo. La revista Ruta 66 celebra su 10º año de publicación. Hay clubes de Ruta 66 en el Reino Unido, Alemania, Canadá, Noruega, Suiza, Francia e Italia. En 1999, el presidente Clinton firmó la Ley de Corredor Histórico Ruta 66, estableciendo un fondo federal de $10 millones para su uso en la próxima década para apoyar a las empresas y atracciones turísticas situadas a lo largo del camino. La Smithsonian Institution adquirió secciones antiguas de la Ruta 66 de Oklahoma para una exposición "América en Movimiento", prevista para 2003. Y Pixar Studios está desarrollando actualmente una producción de una película de animación de la Ruta 66 para su lanzamiento en el año 2004.
Entonces, ¿qué tiene que ver la historia de la Ruta 66 con la interpretación de los paisajes y lugares? La investigación de la geógrafa Elaine Mariolye muestra que, desde su cierre definitivo en 1980, la Ruta 66 ha adquirido un nuevo papel que trasciende el simple transporte. Se ha convertido en una parte tan importante de la imaginación popular nacional e internacional que ahora es un icono nacional que representa los ideales de optimismo, movimiento, nuevas oportunidades y espíritu indomable. La Ruta 66, como un lugar que en muchos aspectos ya no existe, se ha convertido en uno de los paisajes simbólicos más populares de la imaginación global.
En este capítulo se exploran las relaciones entre las personas, lugares, paisajes y espacios con el fin de evaluar cómo los individuos y grupos pueden vivir su entorno, crear lugares y encontrar significados en los paisajes que crean.
Fuente: Knox, P.; Marston, S. (2004), Human Geography: Places and Regions in Global Context, Pearson, Upper Saddle River, New Jersey (pp. 212-214).
En el segundo caso, el concepto de lugar pasa más del público al personal, a través del concepto de sentido del lugar. En lugar de contemplar los lugares con significado dentro de ellos mismos, el sentido del lugar recae en el individuo, lugares que se convierten significativos solo para la persona. Para tener sentido del lugar, uno debe conocerlo íntimamente y reaccionar emocionalmente. En este sentido, los sitios pueden tener espíritu y personalidad, pero solo los seres humanos pueden tener sentido del lugar.
Los sitios que tienen sentido para los individuos son muy difíciles de identificar. Son lugares de aprecio. Según Tuan, las personas tienen una necesidad emocional de identificarse con algún sitio o sitios, y por tanto, construirse estos sitios para ellos sobre la base de experiencias repetidas (identificar el mismo ruido, olor, imagen, sensación), comportamientos rutinarios (viaje al trabajo, a la escuela), lazos de espiritualidad o amistad (implicando una creencia religiosa o una conexión familiar).
Muchos sitios son a la vez símbolos públicos y lugares de aprecio (por ejemplo, un arco de triunfo es solo un símbolo público, y una granja es solo un lugar querido; pero una ciudad puede ser un símbolo público y también un lugar de aprecio).
Cuando uno se siente físicamente 'en su sitio' o 'en casa' significa que la persona ha establecido un vínculo emocional con el lugar (conexión física y emocional). Este vínculo emocional es necesario para cultivar un sentido del lugar, y también por la necesidad del individuo de estar físicamente vinculado. Tuan sugiere que este tipo de conexión emocional y física con el sitio ha devenido menos aparente en la sociedad contemporánea. Según él, la globalización nos proporciona un entorno con pocas oportunidades para que las personas encuentren un lugar 'suyo'. En esta línea, otros autores como Edward Relph argumentan que el mundo actual ha perdido o ha degradado este sentido del lugar. Según él, la experiencia geográfica moderna es la de la placelessness (sin lugar).
Relph considera que ser humano es tener y conocer el lugar de uno mismo, y que el sentido del lugar es importante para la identidad individual y colectiva. Al igual que Tuan, le reconoce un significado social y espacial, y añade que un sentido del lugar puede ser auténtico (si va más allá de la efímera realidad del mundo moderno; experiencia directa y genuina del lugar) o artificial (conocimiento y experiencia superficial con el lugar).
Ciertamente, sentir es conocer. Solo haces tuyo el lugar cuando lo conoces y es algo para ti. También eres consciente de que estás vinculado a un sitio cuando te alejas de él o lo dejas.
Figura 2. Vista aérea de La Garrotxa.
Para crearte un lugar, se necesita tiempo. El paisaje existencial (vivido, interiorizado) no se adquiere fácilmente. Cuando lo interiorizamos en nuestra existencia es cuando podemos hablar de arraigo al lugar, de sentido de pertenencia. Como dice Yi-Fu Tuan (1975) y demuestra Joan Nogué (1985) en su tesis sobre La Garrotxa:
"La experiencia toma su tiempo. El sentido del lugar rara vez se adquiere estando de paso. Conocer un sitio requiere una estancia larga y una profunda integración... Conocer un lugar quiere decir también conocer su pasado." (Tuan, 1975, citado por Nogué, 1985)
"...La interioridad existencial, es decir, la inmersión total del individuo en el lugar, varía y se consigue en menor o mayor grado. Lo que sí está claro es que hay un mínimo de tiempo necesario para adquirirla. No hay que haber nacido, como se demuestra en los excursionistas y los neorurales, pero sí que hay un mínimo de tiempo. (...) El veraneante —que vive cotidianamente en otro paisaje existencial (Barcelona)— no dispone del tiempo necesario para conseguir la interioridad existencial con el lugar, con lo cual se establece entre él y el paisaje la distancia espectador / escena típica de cualquier espectáculo." (Nogué, 1985)
Por otra parte, para ser un lugar, hay estabilidad. Por ejemplo, cuando una calle se convierte en un centro para una fiesta, un lugar de estar, no de pasar, entonces se convierte en un lugar. También podemos hablar de la pérdida del puesto, por ejemplo, cuando los residentes de un lugar ven amenazado 'su sitio' por la instalación de otras personas.
2. Place and Placelessness (1976), London, Pion.
3. Espacio sin lugar (placelessness): espacio que ha perdido su especificidad y originalidad que le da carácter. Paisajes estandarizados, insensibles (por ejemplo, suburbios idénticos, aeropuertos...).
4. Nogué, Joan (1985), Una lectura geográfico-humanista del paisaje de La Garrotxa, Girona, Colegio Universitario de Girona & Diputación de Girona.
Para tener un sentido auténtico de lugar (a cualquier escala: casa, región, país, mundo) hay que tener un sentido de pertenencia (belonging) o profundo sentido de vínculo; hacer del lugar una parte muy importante de uno mismo y de la forma como uno se considera. Y en este sentido, se hace muy importante el concepto de hogar, central en la geografía humanista. El hogar es considerado 'el territorio del yo' en contraposición con el caos del mundo exterior.
Pese a que los espacios domésticos parezcan lugares ordinarios donde ocurren las actividades cotidianas, están saturados de significación. El sentido cultural del hogar en la sociedad occidental contemporánea se puede ver con la multitud de anuncios, revistas, programas de televisión, establecimientos comerciales... dedicados a la decoración del hogar y del jardín (las mismas Hábitat e Ikea venden estilos de vida... y facilitan que los hogares den identidad a las personas que viven).
Figura 3. Anuncio de Ikea.
Otra idea clave que nos surge en asociación con el concepto de hogar es el sentido de segregación geográfica. A diferentes escalas, el hogar es entendido como el lugar al que solo pertenecen ciertas cosas y personas, es un lugar donde una persona o un grupo de personas pueden refugiarse del mundo. Es un espacio de segregación geográfica y puede implicar un sentido de segregación social. El hecho de sentirse en casa, seguro, protegido, implica una exclusión de los otros, que están fuera.
3. La Geografía del Mundo Vivido
Una existencia humana satisfactoria requiere que el individuo tenga fuertes lazos con el lugar, aunque los procesos de globalización lo hagan realmente difícil. A los humanistas les interesa conocer cómo los individuos, a través de sus geografías cotidianas, construyen sus mundos vividos (mundo vinculado a la existencia de cada persona, a sus experiencias particulares, a su relación particular con el entorno, a la percepción que tiene el mismo del entorno).
Edward Relph es un geógrafo canadiense prominente, principalmente famoso por su rompedor estudio del 'sin lugar', Place and Placelessness, pero también por su trabajo en temas de paisaje tratado desde la perspectiva fenomenológica. Actualmente es profesor en la Universidad de Toronto de la licenciatura de Geografía, así como de másteres de planificación en el campus St. George de la Universidad de Toronto.
Según David Seamon (1979), para comprender las relaciones entre las personas y el lugar, hay que estudiar tres temas interrelacionados:
- Movimiento: cómo la persona (cuerpo) se mueve en el espacio cada día;
- Descanso: arraigo al lugar (importante aquí el concepto de hogar);
- Encuentro: cómo la gente se encuentra y observa sus espacios de cada día.
Lo que se enfatiza aquí es la atención al cuerpo (body). Seamon dice que en la cultura occidental se separa mucho la mente del cuerpo (el cuerpo visto bajo el control de la mente, como la herramienta y el receptáculo de la mente), y considera que mente y cuerpo no están separados, ni la mente está atrapada en un cuerpo. Somos cuerpos en movimiento, los cuerpos tienen un movimiento propio, y el movimiento es un fenómeno para los humanistas. Por tanto, el movimiento, los cuerpos, ocupan un lugar.
De esta interrelación conceptual entre movimiento-descanso-encuentro se desprenden algunas conclusiones:
- Las personas están vinculadas a un lugar, emocionalmente y de cuerpo. (Esto explica que en lugares determinados nos sentimos 'como en casa').
a. El arraigo tiende a asociarse a la rutina, la regularidad, la vida cotidiana. Lugares que no nos son familiares nos pueden hacer actuar (de cabeza y de cuerpo) como si lo fueran porque nos recuerdan a espacios que son significativos para nosotros (por ejemplo, nos podemos sentir 'en casa' en un supermercado al que no hayamos ido nunca porque la distribución de los productos, colores... es similar al que estamos acostumbrados). - Las personas interactúan con el mundo (entran en contacto y se implican) a través de moverse y de reponerse. Hay una relación dialéctica entre movimiento y reposo (de oposición y de tensión). En cada persona hay un deseo de estar 'seguro' en casa y de huir y moverse hacia lo desconocido. La noción de hogar no es fija, por lo que el movimiento hacia fuera puede resultar una extensión de lo que se considera 'casa', el 'desconocido' puede también ser familiar.
Con la consideración al lugar, en el mundo vivido, a la relación entre el espacio y el individuo, la geografía humanista desarrolla una nueva aproximación de la geografía regional y del paisaje.
Ciertamente, el paisaje es un concepto clave en la geografía humanista. Es un concepto controvertido, que significa diferentes cosas en diferentes contextos. Se puede simplificar con tres aspectos:
- La superficie observable de la Tierra;
- La expresión visual de las relaciones entre la sociedad y el medio (por ejemplo, las diferencias entre un paisaje agrario y un paisaje industrial, y lo que nos dice respecto a las relaciones de las personas con los recursos naturales, y las relaciones entre diferentes grupos de personas);
- Representación y creación de paisajes de formas diversas (pintura, palabras, arquitectura, jardinería, etc.).
En cualquier caso, el paisaje es un modo de mirar. El paisaje necesita alguien que lo mire; implica una forma de ver y armonizar el mundo externo y transformarlo en una escena, una unidad visual. Y para estudiarlo, se requiere:
- Ver (observar profundamente; encuentro profundo con el paisaje);
- Pensar (indagar en las experiencias y sentimientos que produce la observación, sin ideas preconcebidas. Lo contrario de pensar agresivamente, lo que implica imponer estructuras teóricas y técnicas preconcebidas y hacer juicios sobre la base de estas estructuras);
- Describir (escribir sobre el encuentro y las reflexiones que ha generado. La descripción debe ser directa, clara y simple).
Con esta metodología nos podemos ligar con el espíritu del paisaje a un nivel muy personal, para describir qué se siente cuando se está en un lugar determinado, a la escala que sea. Dentro de esta corriente, se estudian los espacios de las mujeres, de los marginados, de las minorías... son geografías interesadas por la identidad.
Más adelante, se comienzan a explorar estas nociones de hogar, paisaje, identidad desde diferentes perspectivas, más críticas. Se considera que la idea de hogar (y el concepto asociado de territorialidad) puede tener significados alternativos y más negativos. Se empieza a estudiar que conceptos como hogar, territorios, paisajes pueden llevar significados positivos para alguien y negativos para alguien más. Por ejemplo, hay una fuerte crítica feminista por la cual la comprensión humanista del lugar se ha hecho desde una perspectiva masculina; de la misma manera, grupos sociales particulares (homosexuales, jóvenes, personas de color) pueden sentirse excluidos del significado e imaginario dominante del hogar y del paisaje. Será una respuesta crítica a las ideas humanistas desarrolladas anteriormente.
En cualquier caso, las referencias al mundo vivido, la sensibilidad ante el entorno conocido, la receptividad social por los entornos lejanos y exóticos, ha estimulado el renacimiento de una geografía regional renovada. Las formulaciones más recientes de esta geografía se sustentan en los enfoques postmodernistas.