Dinámica Demográfica Española: Evolución y Distribución Territorial

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Introducción a la Distribución Demográfica Española

La distribución espacial de la población española se analiza mediante la densidad de población, que relaciona el número de habitantes de una zona con su superficie en kilómetros cuadrados.

Desequilibrios Espaciales y Densidad de Población

La densidad de población española ha ido en aumento a lo largo del tiempo, siendo un valor inferior a la media europea. Sin embargo, este valor medio esconde fuertes desequilibrios espaciales entre áreas de concentración, que superan el promedio, y áreas de despoblamiento.

Áreas de Alta y Baja Densidad

  • Las áreas de alta densidad se localizan en Madrid, la periferia peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.
  • Las áreas de baja densidad se sitúan en el interior peninsular y en las áreas de montaña.

Evolución Histórica de la Población Española

La Época Preindustrial: Factores Naturales y Humanos

En la época preindustrial, caracterizada por una economía agraria, predominaron los factores naturales en la distribución de la población. Las mayores densidades se situaban en las costas, sobre todo en la mediterránea. No obstante, también influían los factores humanos.

Siglos XVI-XVIII: Cambios Demográficos y Económicos

En el siglo XVI, el descubrimiento de América otorgó a Castilla una gran prosperidad económica, convirtiéndola en la zona más poblada de la Península. En el siglo XVII, la crisis económica y demográfica en Castilla originó movimientos de población hacia la periferia. Ya en el siglo XVIII, las densidades más altas se situaban en las regiones costeras e insulares gracias a un floreciente comercio, mientras que las densidades más bajas persistían en el interior peninsular.

La Época Industrial (Siglo XIX - 1975): Consolidación de Contrastes

Durante la época industrial (desde el siglo XIX hasta la crisis de 1975), se consolidaron y agudizaron los contrastes en la distribución de la población. Madrid, como capital y centro financiero del Estado, y las regiones periféricas experimentaron un notable crecimiento. Este crecimiento se debió a diversos factores: el crecimiento natural (en regiones como Galicia, Andalucía y Murcia), el desarrollo de la industria (inicialmente en Asturias, País Vasco y Cataluña) y el auge del turismo (en las zonas mediterráneas e insulares). Por el contrario, las regiones del interior continuaron perdiendo peso demográfico.

La Época Postindustrial (Desde 1975): Hacia un Mayor Equilibrio

En la época postindustrial, a partir de la crisis de 1975, los contrastes territoriales tienden a mitigarse. La crisis redujo la atracción de las áreas industrializadas y disminuyó la emigración desde las zonas tradicionalmente emigratorias del interior, que incluso recibieron emigrantes retornados. Tras la crisis, nuevos factores como el sector servicios, la industria tecnificada, la agricultura modernizada y la inmigración extranjera contribuyeron a la consolidación de Madrid y de los ejes mediterráneo y del Ebro, favoreciendo un mayor equilibrio territorial.

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