Dinámicas Migratorias y Desafíos Demográficos en España
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Las Migraciones en España: Evolución Histórica y Desafíos Demográficos
1. Migraciones Exteriores (Emigración)
1.1. Siglo XIX y Primera Mitad del Siglo XX
Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, los principales focos de atracción para la emigración española fueron:
- Norte de África: Especialmente Argelia, donde se demandaba mano de obra para obras públicas y agricultura. Los emigrantes procedían principalmente de las provincias de Alicante, Murcia, Almería y el Levante, siendo agricultores y mineros que abandonaban sus lugares de origen debido a las duras condiciones de vida.
- Iberoamérica: Atractiva por sus oportunidades económicas y la proximidad lingüística. La intensidad de esta emigración disminuyó durante los periodos de guerra. Los principales destinos fueron Argentina, Cuba, Venezuela, Brasil y México. Los emigrantes procedían mayoritariamente de Galicia, Asturias y Canarias.
1.2. Periodo 1950-1990: Emigración a Europa
Entre 1950 y 1990, los países europeos, inmersos en su crecimiento económico tras la Segunda Guerra Mundial, necesitaron mano de obra. Esto impulsó una nueva ola de emigración española, principalmente de personal joven, varón y poco cualificado, que se empleó en la construcción, tareas agrícolas e industriales. Los destinos más comunes fueron Alemania, Suiza y Francia. Los emigrantes procedían mayoritariamente de las regiones del interior de España.
A partir de la crisis de 1973, se produjo un descenso significativo de la emigración y un aumento de los retornos a España.
1.3. A partir de 2008: La Nueva Emigración Cualificada
La crisis económica de 2008 provocó una nueva oleada migratoria, caracterizada por la emigración de jóvenes cualificados hacia otros países de la Unión Europea.
2. Migraciones Interiores (Éxodo Rural)
2.1. Hasta la Guerra Civil
El retraso en la industrialización española provocó un éxodo rural tardío, que se intensificó a finales del siglo XIX y principios del XX. El excedente de población rural se desplazó hacia las ciudades. La industrialización en Barcelona y el País Vasco, junto con las obras públicas iniciadas en grandes ciudades durante la dictadura de Primo de Rivera, intensificaron las migraciones interiores, aunque estas fueron frenadas por la Guerra Civil y la posguerra.
2.2. Periodo 1950-1975: Intensificación del Éxodo Rural
Entre 1950 y 1975, se produjo una notable intensificación del éxodo rural, impulsado por las mejoras económicas y el crecimiento demográfico. Las provincias que más se beneficiaron de la llegada de emigrantes fueron Madrid, Barcelona y Valencia. Las principales regiones generadoras de emigrantes fueron Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía oriental.
2.3. Periodo 1975-1990: Reducción de Desplazamientos
La crisis económica de finales de los setenta provocó una reducción de los desplazamientos migratorios internos.
2.4. La Actualidad de las Migraciones Interiores
En la actualidad, la mayoría de los movimientos migratorios son interurbanos e interprovinciales. Además, las grandes ciudades han experimentado una pérdida de población en beneficio de ciudades medianas o pequeñas de su entorno. Por otra parte, el éxodo rural se ha frenado, e incluso la población rural se ha recuperado ligeramente.
3. Consecuencias Demográficas y Desafíos Futuros
Como consecuencia de la reducción de los nacimientos y la escasez de población joven, no se producirá el reemplazo generacional, lo que llevará a una disminución del volumen de población en el futuro. Además, cuando estos jóvenes se incorporen a la actividad laboral, la población activa se reducirá. Para mantener el nivel de producción, el país tendrá que recurrir a la inmigración, lo que puede ocasionar problemas como la integración, la conflictividad social y la xenofobia. Finalmente, la reducción de población joven, junto con el aumento de la esperanza de vida, provocará el envejecimiento acelerado de la población.
4. Impacto del Envejecimiento Poblacional en el Estado del Bienestar
El número cada vez mayor de personas mayores tiene como consecuencia un elevado incremento del gasto que el Estado debe realizar en las clases pasivas, es decir, en el pago de pensiones, gasto sanitario, servicios sociales y atención a la dependencia. El "estado del bienestar" no podrá mantenerse sin ajustes, y será necesario recurrir a medidas como el retraso en la edad de jubilación, la reducción de las pensiones y recortes en la asistencia sanitaria y social. Socialmente, el envejecimiento plantea problemas de residencia, ya que cada vez son más los ancianos que no desean ser acogidos por la familia, optando por residencias.