Diplomacia, Derechos Universales y Relaciones Interpersonales: Claves para la Paz y la Tolerancia
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Diplomacia, Derechos Universales y Relaciones Interpersonales
Diplomacia: La diplomacia puede desarrollarse entre cualquier actor internacional, con independencia de su naturaleza jurídica internacional. En otras palabras, la gestión de los asuntos de cualquier actor internacional, por el mero hecho de serlo, debe ser calificada como diplomacia, con independencia de cualquier otra consideración de carácter jurídico. Es, por tanto, aquella actividad ejecutora de la política exterior de un sujeto de derecho internacional, llevada a cabo por órganos y personas debidamente representativas del mismo, ante otro u otros sujetos de derecho internacional para, por medio de la negociación, alcanzar, mantener o fortalecer transaccionalmente la paz.
Dentro del marco internacional, también es muy importante valorar dentro de la tolerancia los Derechos y deberes universales, ya que son aquellos que gozamos, por el solo hecho de ser personas, sin distinción social, económica, política, jurídica e ideológica. Son considerados básicos. Defender los derechos humanos en cualquier sociedad es uno de los fines de las organizaciones mundiales, que pretenden inculcar entre los seres humanos un mayor respeto (tolerancia) entre las diversas razas, los países y las personas. Para ello, los medios de comunicación y los educadores son instrumentos elementales para sembrar esos hábitos de tolerancia. La importancia de defender y respetar tales Derechos y Deberes Universales está en que podamos continuar viendo reflejada la tolerancia en todos aquellos países soberanos y la libertad del individuo en cada uno de ellos.
Problemas con respecto a la libertad, la tolerancia y la autonomía en los distintos ámbitos
Las relaciones interpersonales
Sin libertad: no se expresan los sentimientos o intenciones verdaderas. Ej: un niño recibe acoso escolar pero por miedo no se lo dice a sus padres.
Sin tolerancia: no pueden existir relaciones interpersonales sin tolerancia puesto que si no se respetan las diversas ideas de los demás, la relación no sería recíproca. Ej: diversas razas en un aula.
Sin autonomía: las relaciones interpersonales no serían verdaderas. Ej: si se está influido por alguien las ideas que se expresan no son las suyas.
La familia
Una de las causas más habituales de los conflictos familiares son los intereses contrapuestos o la sensación de que la familia no satisface las necesidades individuales. Es el caso, por ejemplo, de una pareja que nunca se pone de acuerdo sobre qué hacer en los ratos de ocio el fin de semana, porque uno de los dos prefiere salir a pasear e ir al cine y el otro quedarse en casa leyendo un libro. En esos casos hay que intentar que ninguno de ellos sienta que siempre cede a los intereses del otro, porque se irá generando una “deuda” de necesidades insatisfechas que pondrá en riesgo la relación.
Otro motivo de conflicto, muy habitual en las relaciones entre padres e hijos, son las expectativas frustradas. Los padres suelen ver a sus hijos como una prolongación de ellos mismos y pueden sentirse defraudados si estos actúan de manera distinta a lo que esperan de ellos. Es, por ejemplo, el caso de la hija que decide estudiar para chef cuando su padre había soñado que fuera Licenciada en Derecho como él. Lo importante en estos casos es que los padres dejen de lado el futuro que soñaron para sus hijos y escuchen lo que ellos realmente desean y necesitan.
Un tercer motivo de conflicto es la dificultad para establecer con claridad los límites de lo que estamos dispuestos a dar como individuos en pos del bien de la familia. Suele ser un conflicto muy habitual de la mujer, particularmente en los casos de aquellas que se han dedicado a facilitar la vida al resto de la familia (crianza de los hijos, tareas del hogar, colaboración con el trabajo de su pareja) y que en determinado momento se plantean conciliar su rol de jefa de hogar y madre con su vida laboral y profesional. Por ello, es importante dejar en claro desde un primer momento cuáles son las aspiraciones personales, porque si aceptamos todo sin expresar lo que deseamos se desarrollará la sensación de malestar y pensaremos que los demás no tienen en cuenta nuestros deseos.