El Diseño Postmoderno en los 80: Estilo, Cultura y Consumo en la Década de la Personalidad a la Carta
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El Diseño Postmoderno en la Década de los 80: Estilo, Cultura y Consumo
En la década de los 80, el talante subversivo que la postmodernidad pudo tener en sus inicios, como movimiento contestatario contra el Movimiento Moderno, se diluyó. Este periodo marcó una transformación significativa en la sociedad y, por ende, en el diseño.
Cabe destacar que, a diferencia de los procesos de identificación anteriores, la identificación social postmoderna no tomó como referencia a las clases sociales, establecidas según criterios económicos, sino a grupos culturales. El consumo de ciertos productos ya no suponía tanto la integración en una clase económico-social como la adopción de un determinado estilo cultural. Una sociedad plural sustituyó al antiguo modelo piramidal. Los gustos culturales y los hábitos de consumo eran heterogéneos y variables. Se trata del fenómeno que Lipovetsky denominó con acierto la creación de la «personalidad a la carta».
La ostentación siguió siendo uno de los motores perennes del consumo, pero ahora se trataba de una ostentación de tipo cultural más que económico.
Características Clave del Diseño Postmoderno de los 80
Las características principales del diseño de esta época fueron el eclecticismo, la vocación lúdica y el formalismo esteticista. A continuación, exploramos cada una de ellas:
1. Eclecticismo
La fragmentación ideológica y social acaecida en los años 80 tuvo su reflejo en el eclecticismo que predominó en el mundo del arte y del diseño. Este eclecticismo se materializó, a menudo, en citas y revisitaciones de obras concretas del pasado con las que la postmodernidad quería rescatar la fantasía de las imágenes de aquellos estilos pretéritos que el pensamiento único del racionalismo había desterrado. Así pues, la desaparición de las grandes tendencias y de los puntos de referencia provocó la coexistencia de diferentes estilos que, a menudo, se entremezclaron.
2. Vocación Lúdica
La vocación lúdica que impregnó esta década trató de contrarrestar la necesidad que está en el origen del producto con respuestas que potencien la gratuidad y el juego. Dentro de esta línea alegre y desenvuelta se enmarcan gran parte de las obras de Javier Mariscal de esta década, un claro exponente de esta tendencia.
3. Formalismo Esteticista
Sin embargo, la característica que ensombreció a las demás hasta el punto de convertirse en el rasgo distintivo del diseño postmoderno de los 80 fue, quizá por su espectacularidad, su formalismo esteticista. Hubo diseñadores que quisieron ser artistas, pero también hubo muchos artistas que hicieron sus incursiones en el campo del diseño. Esta tendencia artística explica la proliferación de productos concebidos como piezas únicas que, en caso de éxito, eran sucesivamente reeditados (Torrent y Marín, 2009, pp. 366-369).