Doctrina Esencial: Naturaleza de los Ángeles, Cristo y la Virgen María

Los Ángeles: Naturaleza y Misión

Los ángeles son espíritus puros; no tienen materia, ni forma, ni cuerpo. Son más numerosos que los humanos y son incorruptibles. Los ángeles pueden tomar cuerpos y pueden traspasar las cosas. No se pueden teletransportar, pero viajan a una velocidad instantánea. Conocen todas las materias, elementos naturales y todo lo natural. Saben manipular cualquier tipo de energía. No pueden conocer el futuro ni pensar como el humano. No se equivocan en su entendimiento y hablan entre ellos por ideas.

Ángeles Guardianes

Los ángeles guardianes son nuestro amigo más fiel. No siempre están con nosotros, pero nos inspiran cosas buenas. Un día veremos todo lo que nos salvaron.

Ángeles Caídos y Herejía

Los ángeles caídos ahora son demonios. Odian con todo su potencial y buscan a como dé lugar nuestra perdición. La incredulidad acerca de los ángeles y negar su existencia es herejía. La Biblia dice que si niegas su existencia, le estás llamando mentiroso 287 veces.

Tipos y Jerarquías Angélicas

La jerarquía angélica se divide en tres tríadas:

• Primera Tríada: Serafines, Querubines y Tronos. Su función es amar, honrar y alabar a Dios constantemente.
• Segunda Tríada: Dominaciones, Potestades y Virtudes. Ellos se encargan del gobierno, no de la materia, sino del espacio y las estrellas; son los responsables del universo entero.
• Tercera Tríada: Principados, Arcángeles y Ángeles. Intervienen en las necesidades del hombre.

La Gran Prueba

Al crear Dios a los ángeles, reveló el misterio de la Encarnación. Luzbel (Lucifer, “la luz más bella”) pronunció: “Non serviam” (No obedeceré).

Jesucristo: Naturaleza y Perfección

Jesucristo es la segunda persona más importante. (Nota: El texto original afirma que “Jesús no es Dios sino una criatura perfecta”, seguido de que “Jesucristo desde la eternidad es Dios”. Se mantiene la estructura original.)

Jesucristo desde la eternidad es Dios. Desde la encarnación, asumió la naturaleza humana. Cristo posee dos naturalezas: humana y divina. El cuerpo de Cristo es real.

Entendimiento y Ciencia

Jesucristo posee dos entendimientos: uno divino y otro humano.

• Ciencia Infusa: Todo lo sabía, como los ángeles.

Voluntad

Jesucristo posee dos voluntades: una divina y otra humana. Su voluntad posee la impecabilidad (incapacidad de pecar).

Memoria y Pasiones

Su memoria corresponde a su naturaleza humana, pues en cuanto a la divina, no hay pasado, presente ni futuro.

Su corazón estaba lleno de amor y misericordia, y mantuvo pasiones. Amó demasiado a San Juan, lloró por Lázaro, sintió en su pasión angustia, temor y tristeza. Pero, a diferencia de nosotros, sus pasiones siempre estaban orientadas al bien y no al mal.

Plenitud y Redención

En su persona tenía plenitud de gracia, virtudes y dones. No tuvo inmunidad ni inmortalidad (en el sentido de que podía morir para redimirnos).

Todos los actos de Cristo tienen valor infinito. Él afirmó: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.”

La Virgen María: Maternidad Divina y Cooperación en la Redención

María es Madre de Cristo porque su purísima sangre formó, por obra del Espíritu Santo, el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo. Al ser Madre de Dios, María necesitaba estar llena de toda clase de regalos y virtudes para cumplir con su misión. Dios la dotó de todo, de acuerdo a la misión que le pertenece como digna Madre de Dios: Inmaculada Concepción y Virginidad Perpetua. Ella tiene más poder y dignidad que todos los santos y ángeles juntos al mismo tiempo. Aceptó su misión, ayudó y cooperó con la redención, proporcionando un cuerpo al Salvador para que pudiera sufrir por nuestros pecados.

María, Tesorera de las Gracias

Cualquier gracia, regalo, don o virtud que Dios nos ha dado, todo debe pasar por sus manos. Ella es la Tesorera del Altísimo.

Deberes hacia la Virgen María:

• Amarla: Sin miedo y sin medida.
• Honrarla: Asistiendo a misa.
• Imitarla: Es el molde perfecto para agradar a Dios.
• Pedirle: Con su corazón de madre nos ama y nos entiende.

Sus Diez Virtudes Más Grandes

1. Profunda humildad.
2. Fe vivísima.
3. Obediencia ciega.
4. Oración continua.
5. Mortificación total.
6. Pureza divina.
7. Caridad ardiente.
8. Paciencia heroica.
9. Dulzura angelical.
10. Sabiduría.