Dominando la Argumentación: Estrategias Efectivas para la Persuasión

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¿Qué es Argumentar?

Argumentar es una actividad discursiva que consiste en defender una opinión o tesis por medio de una serie de argumentos con el objetivo de convencer a un receptor. Busca que el receptor no solo comprenda el mensaje, sino también que lo comparta. Su objetivo es que el receptor, tras leernos, acabe convencido de que nuestra opinión es válida y que la comparta.

La argumentación comienza cuando aportamos razones que justifican nuestra opinión. Cuando argumentamos, intentamos convencer a quien nos escucha de que tenemos razón y para ello ponemos en juego nuestros conocimientos, nuestra experiencia, entre otros recursos.

Selección de Argumentos: Tipos y Ejemplos

Ejemplificación:

Es uno de los modos más comunes. Se trata de elegir ejemplos para apoyar nuestra tesis. El proceso mental que rige este modo de argumentar es la generalización.

Analogía:

Este procedimiento ha sido muy utilizado a lo largo de la historia. Las fábulas o parábolas medievales son manifestaciones de este procedimiento. Se basa en establecer un paralelismo entre dos situaciones, debiendo existir semejanzas relevantes entre ambas. El riesgo de la analogía radica en la posible simplificación excesiva al intentar hacer comprender una situación difícil mediante similitudes.

El Argumento de Autoridad:

A menudo recurrimos al procedimiento de apoyar nuestras opiniones en el prestigio y crédito que se reconoce a determinadas personas o instituciones que se suponen especializadas en algún campo del saber. Nos basamos en la idea de que si alguien de reconocido prestigio intelectual ha dedicado una parte importante de sus esfuerzos a probar lo que decimos, nuestro interlocutor no necesitará más pruebas. Era habitual en la Edad Media.

Argumentos Basados en las Consecuencias:

Nuestro conocimiento de las reglas de causalidad que rigen los fenómenos de nuestro entorno nos permite prever las consecuencias de determinadas acciones. Por eso, es uno de los procedimientos más habituales cuando queremos convencer.

La Cita Textual:

Aquí se nos pide que citemos fuentes de solvencia incuestionable en el ámbito de conocimiento sobre el que se basa nuestra argumentación y se nos exige que digamos cuáles son esas fuentes. Tenemos que recurrir a la cita literal. Es necesario que el autor de la cita sea experto en la materia.

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