Dominando la Descripción: Técnicas y Ejemplos para Escritores

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La Descripción: Pintando con Palabras

La descripción es una pintura hecha con palabras que pretende hacer ver al lector un objeto, un paisaje, una persona o cualquier cosa visible. También puede hacer sentir una experiencia, una emoción o un sentimiento de quien describe. Según sean los escritos, puede pretender la máxima objetividad, pero lo más frecuente es que la descripción se tiña de la subjetividad del autor. La descripción se diferencia de la narración en que esta cuenta sucesos que se desarrollan en el tiempo. Al describir, lo descrito se inmoviliza y se considera fuera del tiempo.

Una descripción objetiva se limita a dar los detalles de lo descrito. Es subjetiva cuando da una valoración de los elementos, como por ejemplo en el caso de los adjetivos que, en el caso de la descripción objetiva, serán especificativos, es decir, necesarios para que el lector pueda reproducir en su mente lo que se quiera representar. No son de adorno ni implican emociones. Por lo contrario, en la descripción subjetiva abundan los adjetivos explicativos o epítetos a través de los cuales el autor muestra sus sentimientos y pretende que el lector sienta lo mismo. También en la descripción subjetiva se ve la abundancia de metáforas, de comparaciones, exceso de conjunciones, es decir, polisíndeton o bien, exceso de comas, es decir, asíndeton.

Los escritos de carácter técnico (lenguaje científico técnico) son rigurosamente objetivos, por el contrario, las materias de literatura, psicología, sociología, tienen en sus descripciones un matiz más subjetivo. La descripción hace lenta la acción, esto en ocasiones disgusta al lector, sin embargo, al describir es cuando el escritor se esfuerza más.

Tipos de Descripción

La descripción se manifiesta en escritos como por ejemplo en el retrato, el retrato caricaturesco, la descripción de ambientes. Una de las manifestaciones más frecuentes de la descripción es el retrato de personas, tanto en su aspecto físico como psíquico. Cuando la descripción se aplica solo a las características morales recibe el nombre de etopeya. Muchas veces lo físico y lo psíquico se mezclan y entonces nos encontramos ante un retrato. Una regla que sirve para todas las descripciones y, por tanto, para retratos, etopeyas... es esta: hay que describir con exactitud y vivacidad los detalles. No todos los detalles poseen el mismo valor, importan solo aquellos que son característicos del objeto, individuo o ambiente. La acumulación de detalles sin importancia no constituye un buen retrato. Hay que seleccionar bien los rasgos que definen a la persona o al objeto. En el retrato físico importan los rasgos corporales y el atuendo.

Orden Tradicional en el Retrato Corporal

Durante la Edad Media se estableció un orden para realizar un retrato corporal, aunque podía alterarse en algún punto y ciertos rasgos podían faltar. El orden más o menos constante solía ser este:

  1. Cabello
  2. Frente
  3. Cejas y ojos
  4. Mejillas
  5. Nariz
  6. Boca
  7. Dientes
  8. Barbilla
  9. Cuello
  10. Nuca
  11. Espalda
  12. Brazos
  13. Manos
  14. Pecho
  15. Talle
  16. Vientre
  17. Piernas
  18. Pies
Variaciones y Combinaciones

Una variedad del retrato es la caricatura que exagera los rasgos más destacados de la persona, a veces con crueldad. El autorretrato, al igual que en la pintura, es el retrato que un escritor hace de sí mismo. No hay que olvidar que la descripción la encontramos siempre junto a otro tipo de textos como por ejemplo: la argumentación, la narración, la exposición...

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