Dominando los Fundamentos de la Fotografía: Exposición, Diafragma y Color
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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Diafragma (f)
El diafragma (f) es una apertura variable formada por un sistema ajustable dentro de la lente. El tamaño de esta apertura es crucial para controlar la exposición y la profundidad de campo. Una apertura grande permite la entrada de mucha luz y proporciona comparativamente menos profundidad de campo. Por el contrario, una apertura pequeña deja entrar poca luz, pero ofrece una gran profundidad de campo.
Los tamaños de apertura se indican mediante números f. Estos números pueden resultar confusos porque un número pequeño indica una gran apertura, mientras que un número elevado indica una apertura pequeña.
Exposición
La exposición es la cantidad de luz que llega al celuloide o, en el caso de la fotografía o el cine digital, la cantidad de luz que incide en el sensor. La apertura del diafragma determina el brillo de la luz, y la obturación determina la velocidad de la captura. La combinación de ambos parámetros se conoce como exposición.
Las exposiciones pueden estar subexpuestas, correctas o sobreexpuestas. Normalmente, se busca una exposición correcta, pero es posible subexponer o sobreexponer intencionadamente por motivos artísticos.
- Subexpuesta: Insuficiente luz, imagen oscura.
- Exposición Normal: Cantidad de luz adecuada, imagen equilibrada.
- Sobreexpuesta: Exceso de luz, imagen muy clara o "quemada".
Obturación
El obturador en la mayoría de cámaras réflex consiste en unas cuchillas horizontales o verticales que se mueven delante del celuloide o del sensor. Normalmente, la obturación es un parámetro que se suele dejar en automático, pero su ajuste manual es fundamental para conseguir ciertos tipos de imágenes.
Una velocidad de obturación muy alta, como 1/1000 o 1/500 de segundo, congela el instante, capturando el movimiento de forma nítida. Por el contrario, velocidades como 1/15 o 1/8 de segundo no lo congelan, generando un efecto de movimiento o "barrido".
Para evitar el efecto borroso (trepidación) cuando hay movimiento o al disparar a pulso, es importante seleccionar una velocidad mínima de obturación equivalente a la distancia focal de la óptica utilizada. Por ejemplo:
- Para un objetivo de 28mm, se recomienda disparar a 1/30 de segundo.
- Para un 50mm, a 1/50 o 1/60 de segundo.
- Para un 100mm, a 1/100 de segundo, y así sucesivamente.
Los distintos efectos visuales se logran variando la velocidad de obturación. También es posible dejar el obturador abierto durante varios segundos, o incluso de forma indefinida (modo Bulb), para crear efectos creativos y sorprendentes, como el rastro de luces o el movimiento del agua.
Escala de Sensibilidad Fotográfica
La sensibilidad de una película fotográfica es la velocidad con la que su emulsión fotosensible reacciona a la luz. Actualmente, se mide con la escala ISO y, en la era digital, cuanto mayor es el número, mayor luminancia capta el sensor de la imagen.
Una ISO elevada es ideal para situaciones de poca luz; sin embargo, la contrapartida es una pérdida de calidad en la fotografía, manifestada como ruido digital o, popularmente conocido, "grano".
Temperatura de Color
La temperatura de color de una fuente de luz se define comparando su color dentro del espectro luminoso con el que emitiría un cuerpo negro calentado a una temperatura determinada. Por este motivo, esta temperatura de color se expresa generalmente en kelvin (símbolo: K), aunque no refleje una medida de temperatura en el sentido térmico.
Normalmente, no es perceptible a simple vista de forma aislada, sino mediante la comparación directa entre dos fuentes de luz. Por ejemplo, al observar una hoja de papel blanco bajo una luz de tungsteno (lámpara incandescente) y, simultáneamente, bajo un tubo fluorescente (luz día).
A partir de 5000K, se considera que son colores fríos, mientras que con temperaturas más bajas (2700-3000K), se les denomina colores cálidos.
Balance de Blancos (WB)
El balance de blancos (WB) es el proceso mediante el cual se eliminan las dominantes de color irrealistas, asegurando que los objetos que son blancos en la realidad aparezcan también blancos en la fotografía. Un ajuste correcto del balance de blancos debe tener en cuenta la temperatura de color de la fuente de luz, en referencia a su calidez o frialdad relativa.
Aunque el ojo humano es muy hábil juzgando lo que es blanco bajo diferentes fuentes de luz, a las cámaras digitales a menudo les resulta difícil calibrarlo correctamente con el balance de blancos automático (AWB), lo que puede resultar en una dominante de color extrañamente azul, naranja o incluso verde.
Un ajuste manual preciso del balance de blancos permitirá evitar que las fotografías presenten colores extraños, mejorando significativamente la calidad de imagen bajo un amplio rango de condiciones lumínicas.