El drama de las mujeres en los pueblos de España: La casa de Bernarda Alba
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La casa de Bernarda Alba: Obra maestra de Federico García Lorca
La casa de Bernarda Alba (Federico García Lorca, 1936) es una obra teatral de tres actos escrita por Federico García Lorca en 1936, aunque fue publicada y estrenada póstumamente en 1945.
Temáticas y contexto literario
Los temas de su teatro son esencialmente los mismos que los de su poesía: la lucha por la libertad, el amor y la muerte. En sus obras se funde la tradición con la renovación vanguardista, propias de la Generación del 27, a la que pertenece el autor.
Etapas del teatro lorquiano
En su trayectoria teatral se pueden distinguir tres etapas:
- Teatro inicial: títeres y farsas.
- Teatro surrealista.
- Teatro de plenitud.
En esta última etapa se inscriben obras tan conocidas como Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Son tres obras ambientadas en Andalucía que tienen como principal protagonista a la mujer, siendo el tema fundamental la lucha por la realización personal que choca con las convenciones sociales o con la muerte.
Conflicto y represión
La casa de Bernarda Alba se centra en la tiranía y la represión sexual que Bernarda ejerce sobre sus cinco hijas. Después de enviudar por segunda vez, Bernarda impone a sus hijas ocho años de riguroso luto. La aparición de Pepe el Romano, dispuesto a casarse con la hija mayor, Angustias, desencadena el conflicto.
Todas las hijas, a excepción de la menor, Adela, aceptan las disposiciones de su madre. Adela será el personaje rebelde, típico de Lorca, en el que se presenta la oposición entre la autoridad y el deseo.
Simbolismo y realismo crítico
Es una obra sin personajes masculinos en escena y cargada de un fuerte simbolismo, como el apellido de las mujeres, que significa "castidad", y los nombres de las protagonistas, entre otros elementos (la luna y las estrellas, el bastón, el calor, el color verde, etcétera).
Inspirada en hechos reales y ambientada en un momento contemporáneo al autor, la obra supone una reflexión crítica sobre aquella época. La tiranía del supuesto honor y las normas sociales se representan con gran realismo en el personaje de Bernarda, quien ahoga las ansias de libertad y vida de sus hijas y, especialmente, de Adela.
La maestría del diálogo
La maestría del diálogo es indudable. Cada cual habla según su carácter y las réplicas son cortas y vivaces, con lo que adquiere toda la obra un carácter muy real, que al mismo tiempo se refuerza con la poetización del lenguaje cotidiano.
Conclusión
En definitiva, La casa de Bernarda Alba constituye un exponente más de la capacidad de Federico García Lorca para aunar la tradición y la vanguardia por medio de un teatro simbólico de índole muy personal que le sitúa entre los más destacados del canon internacional.