Dualismo Antropológico: La Concepción del Ser Humano en Platón, Cristianismo y Descartes
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La Concepción Dualista del Ser Humano: De Platón a Descartes
La filosofía ha explorado profundamente la naturaleza del ser humano, y una de las corrientes más influyentes es el dualismo antropológico. Los autores que defienden la existencia en el ser humano de cuerpo y alma como dos elementos claramente distinguibles se denominan dualistas. Para estos filósofos, el ser humano está formado por dos realidades distintas: una es material y la otra, espiritual.
La Visión Platónica del Ser Humano: Alma y Cuerpo
La visión de Platón sobre el ser humano establece una completa separación entre alma y cuerpo. El cuerpo es material y pertenece al Mundo Sensible; es imperfecto, cambiante, finito y mortal. En contraste, el alma es la parte inmortal y espiritual del ser humano, vinculada al Mundo Inteligible.
Platón valoraba el alma muy por encima del cuerpo, al que consideraba una "prisión" para el alma. Creía en la reencarnación y sostenía que nuestra alma había estado en contacto con el Mundo Inteligible antes del nacimiento. Esta experiencia previa es lo que hace posible el proceso de reminiscencia (anámnesis), mediante el cual recordamos las Ideas eternas.
El Alma Humana en la Antropología Cristiana
La antropología cristiana se inspira en ciertos aspectos del dualismo platónico, al reconocer la distinción entre cuerpo y alma. Sin embargo, rechaza categóricamente la reencarnación. Según el cristianismo, nuestra alma inmortal no existe con anterioridad al cuerpo, sino que es creada por Dios para cada persona en el momento de la concepción, siendo única e irrepetible.
El Ser Humano en la Filosofía de Descartes: Dualismo Sustancial
La antropología de René Descartes también es profundamente dualista. Descartes postuló que el cuerpo y el alma corresponden a dos realidades o "sustancias" completamente diferentes e independientes:
- El cuerpo, al que denomina sustancia extensa (res extensa), es material. Ocupa un lugar en el espacio y está sujeto al determinismo de las leyes físicas. Para Descartes, el cuerpo humano se comporta como una máquina compleja, cuyo funcionamiento puede explicarse y predecirse científicamente.
- El alma, o sustancia pensante (res cogitans), es espiritual. No ocupa ningún lugar espacial, no está sujeta al determinismo y es intrínsecamente libre e inmortal. Es la sede del pensamiento, la conciencia y la voluntad.
Para Descartes, la interacción entre estas dos sustancias, a pesar de su radical diferencia, se produce en la glándula pineal, un punto de unión crucial para la experiencia humana.