Dualismo Antropológico y Moral Provisional en la Filosofía de Descartes
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Dualismo Antropológico
El dualismo antropológico es una concepción del ser humano como un compuesto de dos sustancias: el pensamiento y la materia extensa. Esta teoría afirma que el alma y el cuerpo están unidos, pero el alma, siendo un ser pensante, es independiente del cuerpo y puede existir sin él. Descartes pretende sustraer al alma del cumplimiento de las leyes del universo mecanicista, concibiendo el cuerpo como una máquina que responde únicamente a las leyes de la física.
El problema principal de esta concepción reside en la relación entre ambas sustancias. La separación entre alma y cuerpo se acentúa al verlas como entidades diferentes, a pesar de que mantienen una estrecha relación.
Descartes explica que la glándula pineal, ubicada en la parte inferior del cerebro, es el punto de encuentro entre el alma y el cuerpo, o al menos donde se produce la interacción entre ambos.
Las Pasiones del Alma
Las pasiones son percepciones que afectan al alma, pero que no tienen su origen en ella. Su origen reside en el cuerpo y se caracterizan por ser involuntarias e irracionales.
La Guerra del Alma
La guerra del alma consiste en controlar las pasiones, y en esta lucha interviene la libertad. La libertad reside en el alma, la cual tiene dos funciones principales: el entendimiento y la voluntad. La voluntad, en ocasiones, afirma con precipitación la realidad, mientras que otras veces niega ideas por prevención.
La Libertad y la Voluntad
La libertad es la característica esencial de la voluntad y es la que nos lleva a la verdad o al error. Es la capacidad de elegir entre las opciones que se nos presentan. La voluntad debe elegir lo que el entendimiento presenta con claridad y distinción.
Demostración de la Existencia de Dios
Descartes presenta tres argumentos para demostrar la existencia de Dios:
Argumento de la Causalidad Aplicada a la Idea del Infinito
Este argumento se basa en la teoría de la realidad objetiva de las ideas y en la aceptación de la proposición"de la nada, nada vien". Es decir, debe haber una causa real que sea proporcional a la idea. La idea del infinito no puede haber sido causada por mí mismo, sino que debe haber sido causada por alguien que sea proporcional a la idea: Dios.
Dios como Causa de mi Ser
Si existe una idea de perfección infinita, y yo no poseo dicha perfección, entonces no puedo ser la causa de esa idea ni de mi propio ser. La causa de la idea, y por lo tanto de mi ser, es alguien tan perfecto como la idea de perfección que yo tengo: Dios.
Argumento Ontológico
Es imposible pensar en un ser superior a Dios. Si Dios solo existiese en mi mente y no en la realidad, podríamos pensar en algo más grande que él, lo cual es una contradicción. Por lo tanto, Dios debe existir también en la realidad.
Dios es el autor de todo, por lo que es la garantía de verdad. Las ideas innatas, las verdades matemáticas, etc., son creaciones divinas que Él ha puesto en nosotros.
Moral Provisional
Con su moral provisional, Descartes busca suplir la ausencia momentánea de certeza. Propone tres reglas provisionales para guiar la acción mientras la razón no alcance el conocimiento verdadero:
- Guiarse por las opiniones de los hombres más sensatos, ya que son las más prudentes. Esto exige juicio.
- Actuar aunque cometamos errores es preferible a la inconstancia. Hay que hacer lo decidido aunque no estemos seguros de ello.
- Vencerse a uno mismo antes que a la fortuna y modificar los deseos antes que el orden del mundo.
Descartes defiende que, ante la indecisión, hay que pasar a la acción. Esto es un seguro contra el amoralismo, ya que la moral provisional guía a la razón. No nos afectan tanto los objetos como el juicio que hacemos sobre ellos.