El Dualismo Cartesiano: Mente y Cuerpo como Sustancias Distintas
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Introducción al Dualismo de Sustancias
Esta teoría no es exclusiva de la filosofía cartesiana, pues se encuentra con mayor o menor claridad en toda la filosofía anterior. Lo peculiar del enfoque cartesiano es que llega a ella a partir del ejercicio de la duda metódica y que la expresa con absoluta radicalidad: el cuerpo y la mente son substancias totalmente distintas, con características, procesos y modelos explicativos distintos.
El Argumento de la Sexta Meditación
En la “Sexta Meditación”, Descartes nos presenta el argumento utilizado para postular la radical diferencia entre el cuerpo y el alma. Dice así:
“Por lo tanto, como sé de cierto que existo y, sin embargo, no advierto que convenga necesariamente a mi naturaleza otra cosa que ser pensante, mi esencia consiste solo en ser una cosa que piensa… y tengo un cuerpo al que estoy unido. Es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy, es eternamente distinta de mi cuerpo y que puede existir sin él”.
De esta cita se desprenden varios puntos importantes:
- Aquello que podemos concebir con claridad y distinción como correspondiendo a una cosa le pertenece realmente; aquello que no se presenta con claridad y distinción no le pertenece realmente.
- Tengo claridad y distinción de que nada pertenece a mi esencia excepto que soy una cosa pensante e inextensa.
- Tengo una idea clara y distinta del cuerpo como una cosa extensa y no-pensante.
- Conclusión: Mi alma es absolutamente distinta de mi cuerpo y puede existir sin él.
La Naturaleza del Alma (Res Cogitans)
Por una parte, el alma es la sustancia cuyo atributo principal es el de pensar. Tiene el poder de ejercer toda la actividad mental consciente, como la imaginación, el entendimiento, la sensación y la voluntad. Tampoco posee cualidades materiales ni está sometida a las leyes físicas. Por ello, sus funciones superiores son aquellas que realiza por sí misma, sin influencia del cuerpo, como nuestros pensamientos (en los que Descartes incluye la voluntad y el entendimiento). Esto le otorga al ser humano libertad frente al determinismo de las leyes mecánicas.
La Naturaleza del Cuerpo (Res Extensa)
Por otra parte, está el cuerpo (sustancia extensa). Ocupa un espacio tridimensional. El cuerpo es percibido por los sentidos y divisible en partes por el entendimiento. A diferencia del alma, el cuerpo está regido por las leyes mecánicas.
Sensaciones e Interacción
Descartes habla de dos tipos de sensaciones: las externas y las internas. Mediante las primeras captamos los otros cuerpos (y el nuestro cuando nos vemos o nos oímos); mediante las internas lo captamos “desde dentro”. Por eso nos dice que el alma se extiende a lo largo de todo el cuerpo, aunque exista también un lugar privilegiado donde parece concentrarse y donde propiamente conecta el alma y el cuerpo: el cerebro y particularmente la glándula pineal.
Descartes admite que el alma y el cuerpo se relacionan causalmente (cambios en el cuerpo producen cambios en el alma; cambios en el alma producen cambios en el cuerpo).
Substancias Incompletas
Como consecuencia de la estrecha relación que tienen ambas substancias en cada hombre concreto, en algunos textos se expresa de un modo un tanto parecido a Santo Tomás: el alma y el cuerpo, nos dice en las “Respuestas a las Cuartas Objeciones”, pueden considerarse como substancias incompletas, ya que parecen relacionarse y necesitarse mutuamente, y formar, juntas, la unidad que llamamos hombre concreto.