Duchamp Revelado: La Profunda Conexión entre Etant Donnés y El Gran Vidrio

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La obra Etant Donnés, la última creación de Marcel Duchamp, emerge como una materialización figurativa de El Gran Vidrio. En ella convergen los elementos que Duchamp teorizó en su obra cumbre anterior, ofreciendo una perspectiva única sobre su universo artístico.

Etant Donnés: Una Materialización Figurativa

La instalación consiste en una puerta con dos orificios, estratégicamente situada en una salita oscura. Estos orificios no solo delimitan lo que podemos mirar, sino que también dirigen nuestra vista hacia lo que Duchamp desea que veamos. Al asomarnos por ellos, nos encontramos con la figura de una joven mujer desnuda, desprovista de vello púbico, que sostiene una lámpara de gas en su mano. Esta figura está tendida sobre un colchón de ramas secas. Al fondo, un paisaje con una cascada evoca el “agua invisible” que impulsa el molino de chocolate de los solteros en El Gran Vidrio.

La similitud entre Etant Donnés y El Gran Vidrio es sorprendente, pues parecen simular el mismo tema. Nos reencontramos con la “novia desnuda” que Duchamp había concebido poco más de veinte años antes. La lámpara en la mano de la mujer se relaciona directamente con la combustión que emite la novia de El Gran Vidrio. Asimismo, la posición de la figura femenina nos remite a la primera figuración imaginada en “La novia puesta al desnudo por sus solteros, incluso”. Es crucial destacar que Duchamp no dejó instrucciones explícitas para Etant Donnés, ya que “La caja verde” serviría como su instructivo.

El Espectador como 'Soltero' en Etant Donnés

Si profundizamos en la obra, podemos conjeturar que la puerta de Etant Donnés cumple una función divisoria análoga a la separación presente en El Gran Vidrio. Por un lado, tenemos a la novia desnuda, esperando ser “poseída” por sus “novios”. Sin embargo, en esta “versión figurativa” de El Gran Vidrio, los novios no están explícitamente presentes. Entonces, ¿quiénes son los ‘novios’ de esta mujer deseante? Son todos aquellos que observan a través de la puerta, el propio espectador.

La obra se completa, esta vez, gracias a la presencia del espectador, quien se sitúa en la salita oscura, propicia para la masturbación, y donde solo puede admirar a la mujer desnuda. Solo podemos desearla y admirar su desnudez. Se repite así la misma historia que en El Gran Vidrio: la consumación imposible. Solo es posible desear y ser deseada en el caso de la novia, quien una vez más, permanece en una eterna espera de ser poseída.

La Consumación Imposible: Un Tema Recurrente

El tema de la consumación imposible es central en ambas obras de Duchamp. La tensión entre el deseo y la inalcanzabilidad se manifiesta de manera palpable, invitando al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del deseo, la mirada y la interacción con la obra de arte. Etant Donnés no es solo una continuación de El Gran Vidrio, sino una culminación física de sus conceptos más abstractos, donde el observador se convierte en una pieza fundamental para la activación y el significado de la obra.

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