El Eco de la Soledad y el Amor en la Palabra Escrita
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Invocaciones, soliloquio del farero
He elegido este triste poema porque en él se refleja la soledad que tantas veces atañe al ser humano y cómo este lucha e intenta alejarse de ella, aunque no ignore que sigue presente. Sin embargo, otras veces la buscamos incesantemente para alejarnos de una situación que no nos gusta y nos aislamos para crear un muro de protección que nos evite el daño.
En esa soledad, el farero vela por la seguridad de los navegantes. Estos esperan que una luz les guíe por buen camino, ignorando tal vez que allí hay un hombre solitario que no les deja naufragar.
Esa soledad a la que tanto temo, a la que quisiera no conocer como lo hacen las generaciones de los Buendía en 'Cien años de soledad', al sentir que estás rodeado de gente pero que en verdad solo te acompaña tu propio destino.
Mi arcángel
Igual que el amor termina un día, así terminamos nosotros mismos: aniquilados porque no somos nada sin amor, ya que el hombre de alguna manera necesita compartir su soledad, esa perpetua necesidad de ser amado, ese andar solo con su armadura por el mundo, con 'su frío'.
Una vez que el amor se ha ido, que nuestra vida no está colmada de su presencia, una vez que se ha aceptado la pérdida, seguimos respirando del recuerdo de ese ser que, perenne fotocopia, nos acompaña en su silencio. Un silencio cruel, ruidosa hacha de sombra, dolor incesante que ya se ha convertido en parte indivisible de nuestro ser.
No queremos que vuelva, ya no imploramos a su ausencia porque estamos colmados de amor, del recuerdo, del recuerdo de nuestro amor. Se acabó el verdugo en nuestra vida, pero lo seguimos amando. Solo queda la niebla, ente mágico con sus ojos, con sus labios, sonriente y complaciente pero mudo, espejismo, sueño… Y ahí, en el sueño, podemos ser uno del otro de nuevo, y ahí, no nos duele, no nos hace daño, 'ni se marcha, ni nos deja'.
Mas cuando se despierta, nos sentimos como la nada cuando se queda sin nada, y volvemos cabizbajos, eternos muertos a nuestro propio infierno.
Un río, un amor, razón de las lágrimas
El inicio de este poema es un anticipo a la vez que una síntesis: 'La noche por ser triste carece de fronteras'. Me parece un verso que rebosa belleza en su desolación, pues la noche es la parte más solitaria del día, la que más llena está de desamparo y, por ello, de lágrimas. La razón a la que se refiere el título parece ser la terrible soledad de la noche, 'impulsada por deseos inconfesables'. A la vez, la noche es el ambiente ideal para los amantes y, por ese motivo, es triste, ya que recuerda al rechazado su abandono. Además, las noches solitarias tienden a ser escenario de reflexiones íntimas, de encuentro con uno mismo. Creo que es un poema triste porque, a pesar de que la noche no tiene fronteras y de que está llena de posibilidades, los 'abismos', 'serpientes' y 'enfermos' resaltan lo terrible de la oscuridad externa que se va apoderando de los seres humanos. Y conforme se adentra en el ser, se alza en un deseo oscuro, en una inconfesable espera.