Edicto de Granada (1492): Expulsión de los judíos de España
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El Edicto de Granada: Expulsión de los Judíos de España
Contexto Histórico
El Decreto de la Alhambra (31 de marzo de 1492)
El Edicto de Granada, también conocido como Decreto de la Alhambra, fue promulgado por los Reyes Católicos (Fernando e Isabel) el 31 de marzo de 1492. Este decreto obligaba a todos los judíos que habitaban en la Península Ibérica a convertirse al catolicismo o, de lo contrario, a ser expulsados antes del 31 de julio de 1492.
Prórroga del Plazo
Debido a diversos motivos, este plazo se amplió hasta el 2 de agosto de 1492. Curiosamente, ese mismo día, Colón iniciaba su viaje hacia las Indias, viaje que culminaría con el descubrimiento de América. Se dice que seis tripulantes judíos acompañaron a Colón en este primer viaje.
Autores del Decreto
El documento fue firmado por Fernando II de Aragón, Isabel I de Castilla y Juan de Coloma, secretario de los reyes.
Motivaciones de la Expulsión
Temor a la influencia judía
Los Reyes Católicos deseaban que en sus dominios solo habitaran personas de fe cristiana. La Inquisición, encargada de identificar y eliminar cualquier foco de disidencia religiosa, consideraba a los judíos una amenaza para la fe cristiana. Se temía que los cristianos adoptaran las costumbres judías, abandonando así la tradición cristiana.
La amenaza percibida
Los Reyes Católicos, al igual que muchos otros, percibían a los judíos como una amenaza. Se creía que la presencia judía socavaba la fe cristiana y que su influencia podía llevar a la conversión de los cristianos al judaísmo. Esta percepción se consideraba un crimen que debía ser castigado con la expulsión de todos los judíos de la Península Ibérica.
Consecuencias y Amenazas
Medidas para la expulsión
El edicto amenazaba con la muerte o la confiscación de bienes a aquellos judíos que permanecieran en la Península Ibérica después del 2 de agosto de 1492. También se amenazaba a quienes ocultaran a judíos. Se permitía a los judíos llevarse sus bienes, excepto el oro y la plata.
Análisis del impacto
- Pérdida demográfica: La expulsión supuso una drástica reducción de la población judía en España.
- Impacto económico: La salida de los judíos afectó negativamente a la economía española, al perderse una importante fuerza laboral y comercial.
- Consecuencias culturales: La expulsión marcó un punto de inflexión en la historia cultural de España, con la pérdida de un rico patrimonio intelectual y artístico.