Educación ética en una sociedad globalizada: Cómo educar con criterios éticos
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¿Cómo se puede educar con criterios éticos en una sociedad globalizada?
Una cualidad básica para la enseñanza es la autoridad, pero hay que saber aplicarla de manera adecuada. No se ha de imponer miedo, la autoridad se gana. La confianza es básica para conseguir una educación en libertad auténtica. Hay que llegar al corazón de los alumnos, hacer que ellos quieran obedecer. Para ser un buen docente, la autoridad tiene que utilizarse para hacer crecer, cada día más y mejor al alumno, entender el mandar como una forma de servir al otro en todas las dimensiones de su ser, desde lo más inmaterial hasta lo más espiritual y nunca tratar de dominar.
Hay que ser receptivo, es decir, admitir la crítica y las correcciones. No es adecuado que los educadores traten de evitar continuamente el conflicto, no es negativo saber resolverlo y acometerlo... Es bueno facilitar que los jóvenes digan lo que no les gusta, les molesta o con lo que no están de acuerdo. Saber pedir perdón es una cualidad bastante importante y a la que no se le presta mucha atención. Los profesores también se pueden equivocar. Reconocerlo no significa perder prestigio, hay que estar dispuestos a aprender continuamente, incluso de los alumnos.
Cuando un alumno actúa mal, hemos de ser capaces de advertirle y corregirle, no temer a hablar con claridad. El peligro de las omisiones en el ejercicio de la autoridad por miedo a contristar o a perder la confianza es un flaco servicio.
Actualmente no se acepta la culpa, por eso resulta muy difícil poder rectificar una vez que se despierta la conciencia de culpa.
Buscar el momento oportuno para realizar una corrección es importante, ha de ser siempre algo positivo y claro, dejando una salida airosa y ayudando a buscar soluciones y a poner remedio.
Hemos de ser flexibles y saber orientar a los jóvenes hacia grandes ideas, no machacarlos con preceptos y amonestaciones para que aprovechen bien el tiempo y rindan. De esta forma, se conseguirá que sean personalidades torcidas que han interiorizado las exigencias pero no sabrán disfrutar de la vida. Tenemos que intentar abrir horizontes e impulsar nuevas inquietudes, descubrir la dignidad humana y el auténtico sentido de la vida, disfrutar de una conversación con los amigos, leer un buen libro...
El castigo tiene que servir para corregir la conducta que queremos corregir, no como forma de fastidio, y el premio tiene que reforzar una conducta positiva. Para corregir una conducta, las etiquetas y las interpretaciones generales no sirven. Los castigos indiscriminados y los sermones no son procedimientos adecuados para lograr el cambio. La atención de los padres o profesores, las palabras de elogio y aprobación, las caricias o los premios en general, cuando una conducta es correcta, aumenta la probabilidad de que esa conducta se repita y se perfeccione.
Un buen educador quiere, ayuda y es magnánimo porque abre siempre horizontes y todo lo hace con un gran sentido positivo.
Señalar las causas del estrés y la ansiedad en nuestra sociedad y sus repercusiones en la educación
Las causas de la ansiedad son:
- Algunos factores estresantes como el miedo a perder el trabajo, no ser aceptado socialmente y no cumplir las expectativas.
- Enfermedades físicas como la tiroides, la angina de pecho...
- Toxinas o medicamentos como la cafeína, el alcohol...
- Factores ambientales, el ruido ambiental o en el lugar de trabajo.
Las causas del estrés son: El estrés es causado por las situaciones de emergencia. La adrenalina se disemina por todo el organismo que se prepara para la acción de esta manera:
- El corazón late más rápido.
- Las pequeñas arterias se contraen para dar prioridad al cerebro y órganos críticos: pulmones, corazón...
- La mente aumenta el estado de alerta.