Efectos de las Hormonas Suprarrenales, Neurotransmisores y Drogas en el Sistema Nervioso
Clasificado en Psicología y Sociología
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Hormonas Suprarrenales y Neurotransmisores: Impacto en la Conducta y el Estado Emocional
Hormonas Suprarrenales
Durante la reacción de emergencia, la médula suprarrenal libera en sangre dos catecolaminas: adrenalina y noradrenalina. La inyección de adrenalina estimula la activación del SNS (aumento de los ritmos cardíaco y respiratorio, dilatación pupilar y piloerección), y produce un estado emocional. Según algunos, este estado emocional será inespecífico, dependiendo su expresión (euforia o enfado) de las circunstancias interpretadas por cada individuo; según otros, sin embargo, existiría correlación positiva entre la excreción de adrenalina y un buen ajuste social y personal y, por el contrario, correlación negativa entre la excreción de adrenalina y el comportamiento antisocial (interpretan la hiperactividad como una combinación de falta de capacidad de concentración y agitación motora).
Neurotransmisores
El cerebro actúa gracias a la comunicación entre millones de células, llamadas neuronas. Esta comunicación se lleva a cabo mediante una serie de moléculas denominadas neurotransmisores, por ser las responsables de transmitir la información correspondiente. En breves palabras, los neurotransmisores son mensajeros químicos almacenados en las vesículas sinápticas de una neurona, los cuales, tras su liberación, se dirigen a otra sobre la que influyen para que se lleve a cabo una reacción química determinada. En concreto, los potenciales de acción conducen las mencionadas vesículas a lo largo del axón neuronal hasta llegar a la membrana presináptica, desde la que, en un proceso llamado exocitosis, se lanzan a la hendidura sináptica que separa dos neuronas, la atraviesan y, una vez llegados a la membrana postsináptica, se encajan en los receptores correspondientes y, a través de canales iónicos, desencadenan una corriente excitadora o inhibidora, depolarizando o hiperpolarizando la nueva neurona, respectivamente. Se han identificado más de 50 tipos de neurotransmisores. En concreto, parece ampliamente aceptado que el descenso del nivel de serotonina y el aumento del de noradrenalina y dopamina están implicados en la etiología de agresión y violencia. Se considera a la serotonina como un inhibidor de la mayoría de las formas de agresión, y predominantemente de la de carácter impulsivo: el aumento de la actividad serotoninérgica reduce la hostilidad y la impulsividad, mientras que, por el contrario, su disminución aumenta la frecuencia e intensidad de las reacciones agresivas y antisociales, más las de tipo impulsivo que las premeditadas.
Serotonina, Dopamina y Agresión
La serotonina no es la única sustancia neuroquímica que influye en la agresión humana. Dado que sus funciones tienen un carácter primariamente inhibidor de la conducta y controlador de la impulsividad, es de esperar que existan otras sustancias neuroquímicas relacionadas con su activación. Aunque aún no se conoce el posible papel concreto de las catecolaminas [uno de sus principales problemas radica en que la propia conducta agresiva influye sobre la dinámica de los sistemas catecolaminérgicos], sigue viva la idea de que dopamina y noradrenalina participarían como activadores en diversas formas de agresión. La dopamina es uno de los neurotransmisores más importantes relacionados con la respuesta sexual humana: muestra un efecto significativo sobre el deseo sexual. Además, la elevación de sus niveles suele mejorar los estados de ánimo y alerta. Y, por el contrario, no pocos desórdenes psiquiátricos, particularmente la enfermedad de Parkinson, así como desórdenes anímicos, suelen atribuirse a un desequilibrio de los niveles dopamínicos.
Clasificación y Efectos de las Drogas en el Sistema Nervioso Central
Clasificación General de las Drogas
- Fármacos de "paz": Sustancias que prometen alguna forma de paz, por amortiguar la conciencia moral, como el alcohol o el éter; por analgesia directa (morfina y codeína); por inducir además euforia (heroína); por asfixia del cerebro (los neurolépticos); o por simple embrutecimiento anímico (barbitúricos, sedantes y tranquilizantes tipo Valium). "Paz" cuyo abuso se paga con adictividad.
- Fármacos de "energía": Otorgan una forma de energía, como la cocaína, el crack, la cafeína. Estas no suelen ser adictivas, pero su abuso resulta más dañino para el cuerpo, pues su efecto es comparable a un electrodoméstico cuando aumentamos la tensión eléctrica.
- Fármacos "visionarios": Sustancias que proporcionan algún tipo de "viaje" o "excursión psíquica", tanto los denominados fármacos menores (MDMA o éxtasis, drogas de diseño), como los mayores (mescalina, LSD). Estos fármacos se oponen a la angustia, apatía y rutina. La pervivencia de estos remedios se explica porque son sustancias idénticas o parecidas a los neurotransmisores, que transmiten los impulsos nerviosos.
Clasificación de las Drogas Según sus Efectos en el SNC
Las drogas actúan sobre las sinapsis cerebrales estimulando o inhibiendo la actividad de los neurotransmisores (mensajeros químicos del cerebro). Las sustancias psicoactivas se pueden agrupar de tres formas diferentes: depresores del SNC, estimulantes y sustancias psicodélicas.
1. Depresores del SNC
Estas sustancias disminuyen el estado de alerta y aminoran la actividad del SNC. Disminuyen sus funciones mentales: atención, razonamiento, memoria e inteligencia. Los depresores más importantes son: alcohol, barbitúricos, ansiolíticos y opiáceos.
- Alcohol: Es una droga cuyo consumo se estimula por la publicidad y las tradiciones sociales. No es un estimulante ni tampoco un afrodisíaco, ya que deteriora el desempeño sexual. Un consumo excesivo produce daños en el sistema nervioso o en el hígado, interfiere en la percepción de nuestros sentidos y disminuye la autoconciencia. En los alcohólicos crónicos puede originar delirium tremens o el "síndrome de Korsakov" (se borra de la memoria cualquier acto reciente, aunque el individuo pueda recordar su infancia).
- Fármacos sedantes (barbitúricos): En dosis bajas tienen un efecto similar a la embriaguez alcohólica, pero en dosis altas, pueden ocasionar confusión mental grave o síntomas psicóticos. La sobredosis puede causar el coma o la muerte, porque produce parálisis de los centros cerebrales reguladores de la respiración. Estos sedantes facilitan los efectos sinápticos del neurotransmisor GABA y se utilizan para inducir el sueño, controlar la epilepsia o como sedantes preoperatorios.
- Fármacos tranquilizantes (ansiolíticos): La ansiedad o tensión nerviosa supone sentimientos de aprensión e inseguridad que impiden realizar las tareas cotidianas. A finales de la década de los sesenta, el químico Leo Sternbach descubrió las benzodiacepinas. Ejemplos: el diazepán (Valium) y el clorazepato (Transilium), que alivian la ansiedad y el miedo; el flunitrazepam (Rohipnol) combate el síndrome de abstinencia en los heroinómanos.
- Opiáceos: El opio es una droga psicoactiva. Las dos sustancias derivadas del opio más importantes son la morfina y la heroína. La adicción a los opiáceos ha girado en torno a la heroína que se puso a la venta como medicamento para combatir la tos (1898). Los opiáceos producen tolerancia, dependencia física y psicológica. El fármaco más utilizado para combatir la adicción a los opiáceos es la metadona, que es una sustancia sintética derivada del opio.
2. Estimulantes del SNC
Estas sustancias producen una activación general del organismo, agilizan el entendimiento y aumentan el rendimiento mental; también quitan el apetito y mejoran el estado de ánimo. Las sustancias más usuales son el café, el té, diversos tipos de refrescos y el chocolate. Otras sustancias estimulantes más fuertes son las anfetaminas y la cocaína.
- Anfetaminas: Actualmente su uso está limitado al tratamiento de la narcolepsia, la hiperactividad infantil y la sobredosis de fármacos sedantes. Las anfetaminas aceleran el uso de los recursos corporales y producen gran variedad de efectos conductuales: aumentan el rendimiento, mejoran el nivel de alerta del organismo y ayudan a combatir la fatiga. Su consumo prolongado produce tolerancia, y en dosis elevadas aparece insomnio, pérdida de peso, deterioro de las condiciones físicas y mentales y se puede generar dependencia física, o psicosis anfetamínica (los usuarios se sienten amenazados y sufren delirios paranoides).
- Cocaína: Es originaria de Colombia, Perú y Bolivia, donde se utilizaba para combatir el hambre y el cansancio. Fue un componente de la famosa bebida refrescante de cola desde 1886 a 1906, año que se reemplazó por la cafeína. La cocaína incrementa la actividad de las vías del cerebro sensibles a dos mensajeros químicos: la noradrenalina (activa el cerebro) y la dopamina (produce una "oleada" de placer). Provoca sensaciones de euforia, seguridad y bienestar, y cuando se acaban sus efectos, el sujeto puede sufrir trastornos del sueño, ansiedad o depresión. Una variedad más barata es el crack que se ha generalizado peligrosamente.
3. Sustancias Visionarias
- MDMA (éxtasis): La metilendioximetanfetamina (MDMA) fue descubierta accidentalmente en 1912 en los laboratorios Merck; la primera investigación en humanos fue en 1976. El éxtasis, también conocido como "Adam" o "X-TC", es una droga sintética con propiedades alucinógenas. Puede provocar deshidratación, hipertermia (aumento de la temperatura), tensión muscular, desmayos y escalofríos. También puede causar confusión, depresión, problemas de sueño, ansiedad y paranoia.
- Marihuana y hachís: Sustancias derivadas de la planta de cáñamo Cannabis sativa. La marihuana se compone de las hojas y las flores de esta planta y el hachís es un material resinoso raspado de las hojas del cannabis. La principal sustancia química activa de la marihuana es el tetrahidrocannabinol o THC, un alucinógeno (altera las impresiones sensoriales) moderado. Las hojas con bajas proporciones de THC son las que se denominan "grifa" en países como Marruecos; la mezcla picada de hojas y flores con algo de tabaco es el kif. Existe alternancia en los efectos subjetivos de la marihuana: risas, agudeza para lo cómico, efusión sentimental, desembarazo de inhibiciones personales. También elementos de aprensión y zozobra, de ir al fondo de las cosas, de saber algo que debimos hacer y no hicimos. Diversos estudios han demostrado que la marihuana es eficaz para aliviar la situación de enfermos graves: es útil para frenar el glaucoma, las náuseas producidas por la quimioterapia, estimular el apetito en personas con sida y aliviar los espasmos que se producen en la enfermedad denominada esclerosis múltiple. El hachís, al debilitar la voluntad, da vía libre a los recuerdos y la imaginación; pasado y futuro se sobreponen entonces al presente.
- Sustancias psicodélicas: El término psicodélicas ("ilustradores" de la psique) fue propuesto por el psiquiatra H. Osmond. Algunos ejemplos son el LSD (dietilamida del ácido lisérgico), la mescalina (obtenida del peyote y muy utilizada por los indios mexicanos) y la psilocibina. El LSD fue sintetizado por Albert Hofmann en 1938 a partir del cornezuelo del centeno. El movimiento hippie utilizó los alucinógenos como una vía de autoexploración para acceder al inconsciente, lo que en condiciones normales era imposible. Las drogas psicodélicas cambian la percepción sensorial y alteran la concepción del espacio, del tiempo y del sentido del "yo"; refuerzan la sinestesia, es decir, la transmutación de las sensaciones, por ejemplo, el sonido se puede experimentar como visión, el tacto como sonido, etc.