Eficacia, Flexibilidad y Economía de la Lengua: Dimensiones Clave

Clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 4,35 KB

En comparación con otros sistemas de comunicación, la lengua es más eficaz, flexible y económica. Esta eficacia, flexibilidad y economía se percibe en sus diferentes dimensiones:

La Lengua como Sistema de Comunicación

Pocos cambios en el desarrollo infantil son tan impactantes como la emergencia de este sistema de comunicación. Cualquier intento de definir qué es lo que nos hace humanos incluirá, sin duda, el lenguaje. Como tal sistema, la lengua es objeto de estudio en sí misma. Es una materia con un corpus teórico importante que define las formas y las relaciones de un código. El grado de adquisición de este código o sistema de la lengua nos informará del grado de competencia lingüística. Saber cómo utilizar este código, en qué situaciones y para qué funciones, nos indicará el grado de competencia comunicativa del usuario.

La Lengua como Instrumento de Aprendizaje

La lengua no es únicamente un instrumento de comunicación, sino también un instrumento de aprendizaje porque esa comunicación nos permite conocer cómo conciben el mundo nuestros coetáneos, cómo lo entendían nuestros antepasados y, al mismo tiempo, nos permite expresar cómo lo entendemos nosotros. El aprendizaje y dominio lingüístico tiene la peculiaridad de ser la base para construir un saber instrumental básico y común para todos los aprendizajes. Todas las materias se transmiten y aprenden a través de la comunicación lingüística: por eso, todos los profesores lo son, en primer lugar, de lengua.

La Lengua como Herramienta para Organizar el Pensamiento

En el proceso de adquisición de la lengua, este instrumento se convierte en parte integrante de las estructuras psíquicas del individuo, en una herramienta mental. Gracias a ella podrán poner nombre a personas, sucesos, sensaciones y conceptos motores construidos en la primera infancia y así organizar su entorno. Ahora bien, las palabras no sólo nos posibilitan organizar objetos y sucesos inmediatos, también sirven para poder registrarlos y recordarlos. Las escenas de la vida cotidiana en las cuales participamos cambian constantemente; las palabras nos permiten congelarlas, revivirlas, tomarnos tiempo para manipularlas internamente, predecir otras, contradecirlas o negarlas. La capacidad humana de conceptualizar, abstraer, analizar, razonar lógicamente, de pensar la realidad, organizar nuestra memoria, etc., se realiza gracias a la mediación del lenguaje. El conocimiento del mundo que nos rodea y la capacidad de interpretar este mundo es la medida que define el grado de desarrollo personal que ha adquirido cada individuo. Pero todavía vamos más allá porque el uso y la reflexión sobre la lengua genera nuevos aprendizajes: la lengua es un medio para crear y transformar el conocimiento que ya se tiene. La lengua que cada individuo sabe mediatiza sus experiencias vitales, organiza su mundo, le permite recordar escenas, personas, cosas, palabras e inspeccionarlas internamente. Las lenguas que usamos no solo nos enseñan sobre lo extralingüístico —lo que no es lengua— sino también sobre sí mismas, y lo hacen de una manera que ningún otro medio de comunicación puede hacerlo.

La Lengua como Hecho Social

El desarrollo de las lenguas en los individuos está socialmente sostenido. La interacción con otros hablantes es una condición indispensable para desarrollar, mantener y enriquecer la propia lengua; los pequeños Homo sapiens necesitan, obligatoriamente, interactuar con quienes ya poseen lengua para poder desarrollar la suya propia. Cuando las circunstancias han privado a un ser humano de todo estímulo lingüístico, su facultad lingüística no desarrolla lengua alguna. Por otra parte, cuando afirmamos que una lengua es la manifestación concreta que adopta en cada comunidad la capacidad humana del lenguaje, estamos diciendo que es un signo de adscripción social, es decir, de pertenencia a un grupo humano determinado hasta tal punto que los usos del lenguaje no dependen tanto del individuo como de los grupos a los que pertenece ese individuo.

Conclusión

La lengua es la base del proceso de socialización de la especie y de cada individuo.

Entradas relacionadas: