El Ejército Romano: Organización, Tácticas y Legiones

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El Ejército Romano

Época Monárquica

Durante la época monárquica, se organizó un ejército de aproximadamente unos 4.200 hombres, divididos en centurias, agrupaciones de cien ciudadanos que tomaban como referente la categoría social y económica de aquellos que participaban en las asambleas del pueblo romano. Los que por su fortuna podían aportar un caballo al equipo de guerra formaron un contingente de caballería que no superaba los 300 jinetes.

Época Imperial

El ejército se convirtió en un punto de apoyo fundamental para el poder del emperador. En tiempos de Augusto existían a lo largo de los territorios conquistados cerca de 30 legiones, en las que los soldados acordaban un período de servicio de 20 años (más tarde aumentado a 25) a cambio del sueldo o stipendium. Estaban acantonadas en los territorios más conflictivos del Imperio, principalmente en las zonas fronterizas, donde sus campamentos fueron el origen de no pocas ciudades europeas. Sin embargo, había que asegurarse constantemente del grado de satisfacción de las tropas. Además, muchos generales, contando con el apoyo de sus tropas, se atrevían a reclamar el trono imperial, provocando una situación de inestabilidad.

Formas de Combatir

El conjunto de soldados fue sufriendo cambios a lo largo de la historia romana: primero fue la centuria (al principio de 100 miembros, luego de 60), después, el manípulo (dos centurias, 120 hombres) y, la cohorte (tres manípulos, 360 hombres, integrando uno de hastati, otro de principes y un tercero de triarii. Tras escuchar la orden de ataque, las filas avanzaban hacia el enemigo hasta estar a una distancia de unos 20 o 25 metros, ahí se detenían para arrojar flechas y jabalinas con las que sembrar el desorden y producir las primeras bajas en el enemigo, para luego sacar la espada y arrojarse directamente al combate cuerpo a cuerpo. Según el orden de combate adoptado, las centurias de la primera línea eran pronto sustituidas por el relevo de las tropas de segunda línea, que pasaban a través de los huecos que permitía la disposición de las centurias al tresbolillo (alternando espacios libres y ocupados). Igualmente, la legión sorprendía por su rapidez en adoptar formaciones de ataque originales como, por ejemplo, el cuneus (disposición en forma de triángulo para introducirse entre las tropas enemigas) o la célebre testudo (tortuga) en la que las tropas romanas se cubrían con sus enormes escudos rectangulares en la parte frontal y en la parte superior formando un caparazón inexpugnable.

Legiones Romanas

Había diferentes tipos de tropas, de diversa categoría:

  • Los hastati, los combatientes jóvenes, equipados con armadura, espada, escudo y dos jabalinas, formaban la primera línea de combate.
  • Los principes, más experimentados en el combate e igualmente pertrechados, formaban la segunda línea.
  • Los triarii eran los más veteranos en la lucha, llevaban escudo, armadura, espada y lanza, se situaban en la línea trasera y solo intervenían en caso de que la batalla fuera mal.
  • A estos tres tipos de combatientes se añadía una cuarta clase de soldado, los velites, sin armadura pero con espada, escudo redondo y varias jabalinas ligeras.

En cuanto a los cargos militares de la legión, el más importante era el centurión, ya que estaba al mando de estas unidades tácticas. En importancia le seguían el optio (su ayudante) y el signiffer.

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