La Electrificación de las Vanguardias: Iconografía de la Máquina en la Rusia Soviética
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Capítulo 7: La Electrificación de las Vanguardias: Iconografía de la Máquina en la Rusia Soviética
Antes de su declive, las ideas futuristas se habían esparcido por Europa, conformando una idiosincrasia compartida por gran parte de las vanguardias. Esto se vio especialmente en la Rusia soviética, donde el movimiento bolchevique adoptó del futurismo italiano dos elementos principales: el milenarismo tecnológico (la máquina como arma revolucionaria para acabar con la alineación capitalista) y la potencia higiénica de la electricidad, la cual sugería el carácter cosmopolita de esa revolución.
El Arte de Masas y la Construcción del Comunismo
Con la puesta en práctica del Primer Plan Quinquenal, este arte de masas dejó de glorificar la historia de la revolución para centrarse en la construcción del comunismo. La propaganda soviética presentaba al obrero y a lo común bajo un halo poético. La ventaja en este caso, fue que las proclamas artísticas formaban parte de un programa político con posibilidades reales de llevarse a cabo.
El Monumento a la Tercera Internacional de Tatlin
Cabe destacar el Monumento a la Tercera Internacional, proyectado por Vladimir Tatlin. Este proyecto de 400 metros de altura pretendía ser analógico y literal, cuyas dimensiones pretendían competir con los grandes edificios del sistema capitalista americano. Tatlin dotó al proyecto de la ligereza y transitoriedad propias del futurismo italiano, así como de la alusión al movimiento y dinamismo. Esto se expresaba a través de una estructura en acero que crecía en altura a modo de espiral, la cual acogía en su interior cuatro formas geométricas que deberían girar sobre sus propios ejes a diferentes ritmos. La imagen de la inmensa construcción sería siempre cambiante, asemejándose a un monumental reloj cósmico.
La Arquitectura Aérea y la Transformación del Hombre
La fascinación por la cinética de las máquinas no se traduciría sólo en espirales o círculos. Los edificios también se proyectarían a través de la organización de sus propias fuerzas y tensiones internas, como en las potentes imágenes de arquitectura aérea del Wolkenbügel, concebida por El Lissitzky.
Para el Constructivismo Ruso de los Soviets, había aún otro reto: la transformación de la naturaleza del hombre. El hombre había perdido su vigor, y para adaptarse al agresivo sistema de la vida industrializada, éste debía convertirse en máquina. Solo así tendría posibilidades de perdurar como especie. El trabajo haría del cuerpo humano una pieza más del engranaje, y el deporte le ayudaría a salvar las distancias con la máquina.
El Atleta-Obrero: Propaganda Revolucionaria
El paralelismo atleta-máquina se tradujo al de atleta/obrero, y la iconografía del trabajador convertido en deportista se convirtió en una fuerte y eficaz propaganda revolucionaria. Lo que en el futurismo italiano había sido una cuestión de estética, en Rusia adoptó formas entre la lírica y el puro pragmatismo.