Emotivismo Moral de Hume: Pasiones, Utilidad y Política

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La Crítica de Hume a la Razón en la Moral

Descartes establecía una eterna disputa moral entre la razón y las pasiones. Según él, en los actos de la pasión, el sujeto era pasivo, y tan solo a través de la razón las acciones se consideraban plenamente humanas.

Tras la crítica de la metafísica, Hume concebirá esa opción razón/pasiones como una mera disputa verbal, derivada de la metafísica tradicional y sus errores.

El Papel de las Pasiones y la Razón en la Ética de Hume

Hume delimita los ámbitos de la estricta razón y los del corazón y observa que el término razón no es unívoco. Considera que nuestras acciones vienen motivadas por la pasión, actuando racionalmente para ella. Nuestras acciones deben estar dirigidas por estas pasiones, por sentimientos de empatía.

En cuanto a la razón como entendimiento, Hume considera que: la razón es y solo debe ser esclava de las pasiones, y no puede pretender otro oficio que el de servirlas y obedecerlas. En consecuencia, el mundo de las pasiones y de los sentimientos es el que construye la acción moral. De ahí que se califique la filosofía moral de Hume como emotivista.

Admite que la razón puede ser una buena aliada de las pasiones; sin embargo, debe haber una subordinación de la razón respecto a las pasiones. Para Descartes, nuestro comportamiento moral debe ser de una manera concreta, ya que para él, hay una virtud perfecta: Dios. Sin embargo, Hume rechaza que nuestro comportamiento deba ser de alguna manera, sino es de una manera u otra. Es decir, Hume describe nuestro comportamiento moral (verbo: es), no prescribe como Descartes. Nuestro comportamiento moral está guiado por nuestros hábitos, nos comportamos por imitación.

Si nos dedicamos a convertir la descripción de esos hábitos en la prescripción de ellos, es decir, en lo que deben ser, entonces llegamos a lo que Hume llama Falacia Naturalista.

El Utilitarismo en la Ética y la Política de Hume

Por último, nuestras acciones se mueven en base a los sentimientos que nos van a provocar; de ahí que califiquemos una acción como buena o mala. Así pues, el criterio de moralidad se basa en la utilidad de los sentimientos. Por este criterio de utilidad, calificamos la ética y política de Hume como utilitarista.

En cuanto a los análisis de los asuntos políticos, para Hume, la vida en sociedad es una organización positiva porque resulta útil. Y es útil porque nos proporciona fuerza, habilidad y seguridad. Este pragmatismo social aparece también a la hora de legitimar la institución política: el gobierno civil proporciona paz y seguridad. El fundamento de obedecer a la autoridad política reside en el interés en los beneficios que sacamos de ello.

A su vez, establecemos cinco fuentes de legitimación del poder:

  • Posesión prolongada del poder
  • Posesión actual del poder
  • La conquista
  • Sucesión
  • Leyes positivas

Conclusión: Utopías y Relaciones Internacionales

Hume niega la viabilidad de las utopías y, además, desde una perspectiva utilitarista, propugna una relación pacífica entre los estados.

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