Los Ensayistas Ilustrados en la Literatura Española

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El primer ensayista es el monje benedictino Fray Benito Jerónimo Feijoo (16/6-1761), catedrático de la Universidad de Oviedo que luchó por la modernización de la mentalidad española. La experiencia, la observación y la crítica eran para él las bases del progreso humano. Sus obras más conocidas son: Teatro crítico universal, en la que pretende desterrar errores cometidos en todos los campos del saber, y Cartas eruditas y curiosas, donde expone problemas filosóficos, científicos y literarios basados en la razón. Defensor de la religión frente a las falsas supersticiones, Feijoo atacó los errores cometidos en la enseñanza y promovió la física experimental.

Uno de los ilustrados más relevantes y de innegable influencia fue Gaspar Melchor de Jovellanos. Nacido en Gijón, Jovellanos estudió leyes y ocupó distintos cargos públicos, hasta llegar a ser ministro de Justicia. Participó activamente en las reformas ilustradas y en la política, y se convirtió en consejero y amigo de escritores e intelectuales de la época. Tras su muerte, las Cortes de Cádiz le nombraron benemérito de la patria. Escribió numerosas obras ensayísticas dedicadas a elevar la educación cultural del país, a mejorar los espectáculos o a contribuir al renacimiento de los valores intelectuales de la patria. Entre sus títulos más destacados se encuentran Memoria para el arreglo de lo policía de espectáculos e Informe sobre el expediente de la Ley Agraria.


• José Cadalso (1741-1782), nacido en Cádiz y militar de profesión, fue uno de los grandes intelectuales de su tiempo; conocedor de la cultura europea, participó en la renovación literaria acaecida durante el reinado de Carlos III. Cadalso, que cultivó todos los géneros literarios, publicó sus poemas bajo el título Ocios de mi juventud. Son interesantes sus sonetos sobre el poder del tiempo y Renunciando al amor. • Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), intelectual y político, destacó por sus sátiras, que encierran un hondo afán de reforma social. Sobresalen Sátira a Arnesto, en la que critica a la nobleza, y la epístola De Jovino a Anfriso desde el Paular. • Juan Meléndez Valdés (1754-1817) es el poeta más destacado de la época. Son famosas sus anacreónticas en torno a la alegoría del amor, desarrolladas en parajes repletos de arroyos, grutas, bosques, ruiseñores y elementos mitológicos. Entre sus títulos destacan A una fuente y Filis, ingrata Filís. Sus modelos son Garcilaso y fray Luis de León. Más tarde, y por influencia de Jovellanos, abordará temas filosóficos de carácter moral y social. Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780) escribió algunos poemas de gran valor plástico como Fiesta de toros en Madrid. Más reconocido fue su hijo Leandro, que cultivó todos los géneros literarios y se convirtió en uno de los escritores más significativos. Escribió poesía satírica en la que censura las malas costumbres de la época; destaca su obra A Claudio. También cultivó la poesía lírica; en Elegía a las musas, compuesta al final de su vida, da gracias a las musas por toda una vida dedicada a la literatura.

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