Entendiendo el Hambre, el Apetito y los Trastornos Alimentarios en la Infancia
Clasificado en Psicología y Sociología
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El hambre es un factor biológico, producto de una necesidad de ingestión de alimentos, que provoca insatisfacción, ansiedad e incluso dolor. El apetito, en cambio, es de componente psicosocial y se caracteriza por el deseo o placer de comer.
Dificultades en el Proceso de Aprendizaje de los Hábitos de Alimentación
Cuando no tiene apetito: Puede ser por cansancio, dolor y durante y después de enfermedades. También puede estar relacionado con experiencias de alimentación que pueden predisponerlos a rechazar comida.
Cuando nunca tiene suficiente: Cuando no queda satisfecho con la cantidad ingerida y tiene apetito exagerado, es necesario plantearse por qué y ayudarle a poner límites.
Rechazo de nuevas texturas y sabores y selectividad del apetito: La actitud del adulto es percibida como de acogimiento o de rechazo, lo que condicionará la relación del niño con la comida y con el acto de comer. Es muy importante disponer de una adecuada programación en lo referente a cuánto, cuándo y cómo introducir nuevos alimentos.
El momento de la alimentación ha de ser tranquilo y agradable. No todos los niños son iguales, ante la falta de apetito puede servir de ayuda reducir la cantidad de alimento, variar la presentación...
Trastornos Alimentarios Comunes en la Infancia
Regurgitación: Expulsión de un poco de leche, después de las comidas. Desaparece con la maduración del sistema digestivo del bebé.
Vómito: Expulsión más o menos brusca de una cantidad considerable. Para evitarlo, se tiene que procurar que no trague aire mientras mama o toma el biberón y vigilar que nada le oprima el vientre. La mayoría de los vómitos se producen por errores alimentarios como puede ser la sobrealimentación. Cuando sean abundantes, repetitivos o acompañen una pérdida de peso, deberían causar preocupación.
Intolerancia a la lactosa: Único carbohidrato que existe en la leche. Cuando se produce una mala absorción de la lactosa, provoca diarreas acuosas con heces ácidas que producen irritación y lesiones alrededor del ano. El tratamiento consiste en retirar la lactosa, bien durante un periodo de 4 a 8 semanas o hasta los 6 meses de vida.
Intolerancia al gluten: Se conoce con el nombre de enfermedad celíaca y consiste en la inflamación del intestino delgado producida por la ingestión de gluten en individuos predispuestos genéticamente a ello. Los síntomas pueden ser diferentes en cada individuo dependiendo de la pérdida intestinal y pueden ser pérdida de peso, anemia férrica, diarrea crónica.
Anorexia infantil: Es la pérdida del apetito. En el lactante puede ser por causas infecciosas, intolerancia digestiva o error dietético, o causas psicológicas o de oposición: aparecen hacia los 6 meses y están relacionadas con la actitud que tienen los padres en el momento en el que el niño tiene que comer. Síntomas: rechaza el alimento, aleja la cuchara y se puede provocar el vómito a la fuerza. El tratamiento es difícil y se basa en educar a los padres.
Rumiación: Regurgitación repetitiva de alimentos ya ingeridos de forma voluntaria y placentera. Hay dos tipos: la que se da en personas con deficiencia mental y la que se da en niños de 0 a 17 meses. Esto implica la pérdida de peso o no ganar el peso adecuado. Otras consecuencias pueden ser deshidratación, alteración del esmalte de los dientes, caries...
Pica: Ingestión persistente de sustancias no nutritivas. Puede darse en personas con deficiencia mental y en niños con carencias afectivas y psicológicas. Las complicaciones pueden ser la intoxicación y obstrucción intestinal.