Episodios Bélicos y Estrategias Militares en la Antigua Roma

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  1. Cesar y la Novena Legión

    Cesar, con casi toda la tropa atemorizada, animó a los suyos y condujo a la novena legión en ayuda. Detuvo al enemigo que perseguía a los suyos con insistencia y valentía, obligándolo a retroceder hacia la ciudad de Lérida y a detenerse bajo sus muros.

  2. Resistencia y Relevos en Combate

    Sin embargo, los soldados aguantaban en combate con valentía y paciencia, soportando todas las heridas. Las cohortes eran enviadas con frecuencia desde el campamento para que los ilesos sustituyeran a los cansados. Cesar se vio obligado a hacer lo mismo, retirando a los cansados tras enviar cohortes al mismo lugar.

  3. Construcción de Naves Improvisadas

    Estando la situación en estas dificultades y rodeados todos los caminos por los soldados y jinetes afranianos, y no pudiendo terminar los puentes, Cesar ordenó a los soldados que construyeran naves. Las quillas se hicieron de material ligero, y el resto del cuerpo, entrelazado con mimbres, fue cubierto con pieles.

  4. Exploración y Movimientos Estratégicos

    Tras escuchar el grito, Petreyo y sus tropas detuvieron el camino y mantuvieron las tropas en el campamento. Al día siguiente, Petreyo, con unos pocos jinetes en secreto, marchó para explorar los lugares. Lo mismo se hizo en el campamento de Cesar. Lucio fue enviado con unos pocos para inspeccionar la naturaleza del lugar.

  5. Curión y el Asedio de Útica

    Hechas estas cosas, Curión se retiró hacia el campamento, fue nombrado general con el grito de todo el ejército, y al día siguiente condujo su ejército hacia Útica, levantando el campamento cerca de la ciudad. Aún no había terminado el trabajo del campamento cuando unos jinetes anunciaron que un gran número de tropas auxiliares enviadas por el rey venían hacia Útica.

  6. La Desesperación de Marco Rufo

    Habiéndose dado cuenta de esto, el cuestor Marco Rufo animó a los suyos a no desanimarse. Los suyos le pidieron y suplicaron que fueran devueltos a Sicilia en naves. Él se los prometió y ordenó a los capitanes de los barcos que al atardecer tuvieran todos los barcos orientados hacia la costa.

  7. La Acusación a Catilina

    Discurso de Cicerón

    ¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia? ¿Durante cuánto tiempo aún nos engañará esa ira tuya? ¿A qué fin se dirigirá esa audacia tuya desenfrenada? ¿Nada te altera la guardia nocturna del Palatino, no te chocan los desvelos de la ciudad, el miedo del pueblo, las carreras de los hombres de bien o los rostros y el aspecto de estos?

  8. La Corrupción en el Senado

    Lamento de Cicerón

    ¡Oh, qué tiempos! ¡Qué costumbres! El Senado sabe esto; el cónsul lo ve y, sin embargo, este vive. ¿Vive? Sí, incluso viene al senado, se hace partícipe de sus acuerdos, con su mirada anota y envía a la muerte a cada uno de nosotros. Por nuestra parte, nosotros, varones ilustres, parecemos satisfacer a la república si evitamos su ira y sus armas.

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