Episodios de la Guerra de las Galias: Estrategias y Derrotas
Clasificado en Latín
Escrito el en español con un tamaño de 3,15 KB
V,36(1-2) C. TURIUS SABINO… Aterrado con estas desgracias, Quinto Titurio, como divisase a lo lejos a Ambiórige que andaba animando a los suyos, le envía a su intérprete Neo Pompeyo a suplicarle les perdone las vidas. Él respondió a la súplica: «que si quería conferenciar consigo, bien podía.
Muerte de los dos legados
V,37(2-4) Durante la conferencia, mientras se trata de las condiciones, y Ambiórige alarga de propósito la plática, le cercan poco a poco, y le matan. Entonces fue la grande algazara y el gritar descompasado a su usanza, apellidando victoria, echarse sobre los nuestros, y desordenarlos. Allí Lucio Cota pierde combatiendo la vida, con la mayor parte de los soldados; los demás se refugian a los reales de donde salieron.
Derrota total de los romanos
V,37(5-7) Entre éstos Lucio Petrosidio, alférez mayor, que, siendo acosado de un gran tropel de enemigos, tiró dentro del vallado la insignia del águila, defendiendo a viva fuerza la entrada, hasta que cayó muerto. Los otros a duras penas sostuvieron el asalto hasta la noche, durante la cual todos, desesperados, se dieron a sí mismos la muerte. Los pocos que de la batalla se escaparon, metidos entre los bosques, por caminos extraviados, llegan a los cuarteles de Tito Labieno y le cuentan la tragedia.
Asedio y resistencia
V,39(3-4) Rodeados éstos, una gran turba de eburones, aduáticos y nervios con todos sus aliados y dependientes empieza a batir la legión. Los nuestros a toda prisa toman las armas y montan las trincheras. Costó mucho sostenerse aquel día, porque los enemigos ponían toda su esperanza en la brevedad, confiando que, ganada esta victoria, para siempre quedarían vencedores.
La traición de Verticón
V,45(2-4) Había en nuestro cuartel un hidalgo llamado Verticón, que había desertado al primer encuentro, y dado a Cicerón pruebas de su lealtad. Este tal persuade a un su esclavo, prometiéndole la libertad y grandes galardones, que lleve una carta a César. Él la acomoda en su lanza, y como galo, atravesando por entre los galos sin la menor sospecha, la pone al fin en manos de César.
César busca información
V,48(2-4) Entra, pues, a marchas forzadas por tierras de los nervios. Aquí le informan los prisioneros del estado de Cicerón y del aprieto en que se halla. Sin perder tiempo, con grandes promesas persuade a uno de la caballería galicana que lleve a Cicerón una carta. Iba ésta escrita en griego, con el fin de que, si la interceptaban los enemigos, no pudiesen entender nuestros designios.
Órdenes y engaños
V,50(4-5) La mañana siguiente, la caballería enemiga se acerca a los reales, y trábase con la nuestra. César de intento la manda cejar y retirarse adentro, y manda juntamente alzar más la estacada, tapiar las puertas, y ejecutar todo esto con grandísimo atropellamiento y apariencias de miedo.
Victoria de César
V,51(2) Entonces César, abiertas todas las puertas, hace una salida y soltando a la caballería, al punto pone en fuga a los enemigos, de suerte que ni uno solo hizo la menor resistencia, con que mató a muchos de ellos y desarmó a todos.