Epistemología Feminista: Conocimiento Situado y la Reinvención de la Objetividad

Clasificado en Filosofía y ética

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Crítica a las Epistemologías Dominantes

Crítica a la Epistemología Tradicional (Positivismo)

La epistemología tradicional, asociada al positivismo, defiende una supuesta teoría general del conocimiento. Pretende un conocimiento neutral y alude a una verdad única y absoluta. Sostiene que una sola teoría puede dar cuenta de la verdad y de la realidad.

Crítica al Construccionismo Social

El construccionismo social, por su parte, no privilegia ninguna perspectiva. Sin embargo, la autora argumenta que no basta con mostrar los modos de construcción para todo, sino que es necesario posicionarse.

Ambas posturas, en cierto sentido, son caras de una misma moneda, representando el punto de vista del amo, del hombre, del Dios uno, cuyo ojo produce, se apropia y ordena todas las diferencias.

La Propuesta Feminista: Hacia una Objetividad Encarnada y Conocimientos Situados

La perspectiva feminista se ubica en un punto intermedio entre estas dos posiciones extremas. Va a relativizar esa cuestión absoluta del conocimiento del positivismo, pero se responsabiliza por los modelos de realidad que sí podemos generar y que debemos generar para dar cuenta de la realidad y para vivir mejor en el mundo en que vivimos.

Re-semantizando la Objetividad

La propuesta central es analizar y construir conocimientos situados como privilegio de una perspectiva parcial (feminista), de una objetividad encarnada.

La autora no pretende escapar de la objetividad, sino que propone resemantizar la objetividad, darle un nuevo significado. La objetividad está ubicada y articulada geopolíticamente. Habla entonces de objetividad encarnada, que tiene que ver con un conocimiento situado. Tanto la objetividad encarnada como los conocimientos situados aluden al reconocimiento de la particularidad y de la encarnación de toda visión.

Características de la Objetividad Feminista

Desde esta perspectiva, la objetividad no hace referencia a una visión única y absoluta que desdobla al sujeto y al objeto (como en el positivismo), ni a la posibilidad de movilidad e intercambiabilidad infinitas (como en el construccionismo social). Por el contrario, alude a una visión encarnada y particular que se opone a la búsqueda de cualquier conocimiento general.

La intención es producir conocimientos situados desde una perspectiva crítica que problematice y cuestione. No hay ciencia por fuera de la historia, no existe la objetividad por fuera de la política, ni tampoco la verdad por fuera del género, la clase, la edad, la raza o la preferencia sexual.

La Perspectiva Parcial y la Responsabilidad

La perspectiva parcial es la que promete una visión objetiva, lo cual no significa abrazar el relativismo. La propuesta de la autora consiste en una concepción de objetividad que tiende a favorecer la contestación, la deconstrucción y la construcción apasionada, a la vez que se constituye en un posicionamiento crítico que se orienta a transformar los sistemas de conocimiento y las maneras de mirar. En ese sentido, incluye tanto la responsabilidad por las formas de conocer como la posibilidad de establecer conexiones impensadas para la reflexión y la acción política.

La Naturaleza Encarnada de la Visión

La autora trabaja la naturaleza encarnada de la vista. La visión es encarnada en un cuerpo, un cuerpo que tiene sentimientos, valores, posicionamientos políticos, ideológicos, sociales, etc.

En relación con lo anterior, critica al positivismo y lo llama la “visión desde ninguna parte” y “el truco divino”, ya que supuestamente quien investiga puede escapar de sus intereses y localización como cuerpo específico en circunstancias específicas (desencarnado). Y critica al construccionismo social en tanto promete la visión desde todas las posiciones y desde ningún lugar. La igualdad de posicionamientos es una negación de responsabilidad y de búsqueda crítica.

En este sentido, la autora plantea que las visiones de los subyugados, como las de las mujeres, son posiciones que buscan ‘ver bien’ o ‘ver mejor’, al situar a la objetividad como el reconocimiento del punto de partida del propio conocer y de sus limitaciones y carácter contingente. Sin embargo, se trata siempre de visiones parciales y no de verdades absolutas.

El Concepto de Articulación de Haraway

Haraway propone también el concepto de articulación y lo entiende no como identidad, sino como conexión parcial. En ese sentido, el yo que conoce es siempre parcial, nunca terminado, siempre construido, remendado y, por lo tanto, es capaz de unirse a otro, de ver junto al otro sin pretender ser el otro. Esta es la promesa de la objetividad: un conocedor científico busca la posición del sujeto no de la identidad, sino de la objetividad, es decir, de la conexión parcial.

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