Epistemología Kantiana: El Origen del Conocimiento y la Estructura de la Experiencia

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La Teoría del Conocimiento en Kant: Fundamentos y Estructura

Para Kant, no hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo él procede de ella. Todo nuestro conocimiento empírico es una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y lo que nuestra facultad de conocer produce, motivada por las impresiones, a partir de sí misma.

El entendimiento no comienza nunca a pensar por sí mismo. Primero somos receptivos: recibimos impresiones o sensaciones; gracias a ellas, tenemos una relación inmediata (o intuición) con un objeto a través de los sentidos (intuición empírica). Pero las sensaciones no constituyen la totalidad del objeto de nuestra experiencia; hay algo más que es puesto por el sujeto: es un elemento estructurante de lo dado a través de los sentidos, un elemento a priori.

Por eso, la relación entre «lo dado» (por los sentidos) y «lo puesto» por el acto de conocer es una relación que Kant denomina de materia y forma. La explicación del conocimiento en Kant tiene algo del empirismo (la materia del conocimiento es dada empíricamente) y algo del racionalismo (la forma es puesta por el sujeto).

La Estética Trascendental: Sensibilidad, Espacio y Tiempo

En la Estética Trascendental, Kant entiende la sensibilidad como la capacidad de recibir representaciones al ser afectados por los objetos. Existen dos modos de sensibilidad: el sentido externo, por el cual nos representamos en el espacio, y el sentido interno, por el cual intuimos en el tiempo nuestros estados psíquicos, pero no el alma misma.

El espacio y el tiempo son las condiciones subjetivas a priori que hacen posible la experiencia, tanto interna como externa. Son algo puesto por la sensibilidad en el acto de conocer. Son intuiciones puras de «un espacio» y «un tiempo». En conclusión, en la sensibilidad hay: una materia empírica (las sensaciones o intuiciones empíricas) y una forma a priori (el espacio y el tiempo como intuiciones puras).

Fenómeno y Noúmeno: La Distinción Fundamental

El resultado de esta unificación y ordenación espacio-temporal de las sensaciones es el fenómeno, que constituye el objeto de nuestra experiencia. Aquí aparece una distinción fundamental en Kant entre fenómeno y noúmeno (o cosa en sí).

Lo que conocemos son fenómenos y no las cosas en sí mismas, lo cual no implica que nuestro conocimiento sea pura ilusión o engaño, porque Kant defiende la realidad del espacio-tiempo respecto de los fenómenos y, al mismo tiempo, su idealidad respecto de las cosas en sí mismas.

La Analítica Trascendental: El Entendimiento y los Juicios

Kant afirma que la Matemática construye juicios sintéticos a priori: estos amplían nuestro conocimiento sin basarse en la experiencia. Trata de las determinaciones del espacio y del tiempo, en la geometría y en la aritmética, respectivamente.

En la Analítica Trascendental, Kant analiza el entendimiento, que es la facultad de pensar el objeto dado en la intuición empírica, es decir, el fenómeno. Dado que pensar es lo mismo que juzgar, el entendimiento también se define como la facultad de juzgar.

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