La Escuela de los Annales: Innovación y Legado en la Historiografía del Siglo XX
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Orígenes y Principios Fundamentales de la Escuela de los Annales
El historicismo no había sido aceptado por todos los historiadores decimonónicos y, de hecho, a principios del siglo XX la demanda de un nuevo modelo de historia iba en aumento. La revista Les Annales d’Histoire Économique et Sociale, fundada en 1929 por Lucien Febvre (1878-1956) y Marc Bloch (1886-1944), fue una de las respuestas. Su propósito era fomentar la interdisciplinariedad y convertir los debates en realizaciones concretas. Entre las principales influencias que recibió destacan las de la escuela geográfica de Vidal de la Blanche y Albert Demangeon, la Revue de Synthèse historique de Henry Berr y la escuela sociológica de Emile Durkheim.
Al contrario que el historicismo, la Escuela de los Annales defendía los periodos de larga duración, los temas económicos, sociales y de psicología colectiva, y el diálogo con otras disciplinas científicas. Frente a la historia de las élites, pretendía hacer una historia de todos los grupos humanos; en vez de una historia política, prefería una historia de todas las actividades humanas; a diferencia de aquella historia cerrada, buscaba el diálogo con las ciencias sociales, especialmente la sociología y la economía. En lugar de estudiar acontecimientos y naciones, la nueva escuela prefería las estructuras y las regiones, pues así podía abarcar grandes periodos de tiempo, con todas las fuentes disponibles para cada una de dichas estructuras. Esta reacción tenía vocación de historia total, no solo por la integración de historia social e historia económica, sino también por su nueva metodología (nuevo objeto de estudio, fuentes masivas y cuantificación).
Figuras Clave de la Primera Generación: Lucien Febvre y Marc Bloch
En estos primeros años de Annales destacaron dos historiadores fundamentales. Por un lado, Lucien Febvre, quien trabajó principalmente la historia moderna. Entre sus críticas a la escuela metódica destaca la dirigida a La Histoire de la Russie, a la que acusaba de concentrarse en el periodo de 1682-1932 y la historia política, en detrimento de los siglos XIII-XVII y otras cuestiones. Por el otro, Marc Bloch, que se interesó especialmente por la historia medieval, aunque también intentó abrir la historia económica al mundo contemporáneo y defendió la interdisciplinariedad, buscando el diálogo con la antropología histórica y recogiendo las aportaciones de la lingüística. La preocupación de Bloch por la historia contemporánea y su compromiso político quedaron plasmados en una de sus últimas obras, L’Étrange Défaite, escrita en 1940, y en su propia participación en la Resistencia frente a la ocupación nazi.
La Tercera Generación: El Giro Hacia la Historia Cultural y de las Mentalidades
A partir de la década de 1970, en Annales adquirió mayor importancia la historia cultural o de las mentalidades. La escuela respondía así a las nuevas inquietudes generadas a partir de 1968, aunque sin resolver una de sus principales carencias: la debilidad teórica. La nueva historia desarrollada por Annales en los años 70 y 80 se distinguió por la preferencia por el estudio de lo cultural y las mentalidades, ya que se atribuye a estos elementos una gran importancia a la hora de comprender los procesos históricos. Más que completar el estudio de las sociedades con el de las mentalidades, lo más frecuente consistía en sustituir al primero por el segundo, olvidando sus conexiones. No obstante, tampoco faltaron las excepciones que intentaron relacionar estos ámbitos, como Georges Duby (1919-1996) y Michel Vovelle. Este interés por la historia de las mentalidades vino acompañado de innovaciones metodológicas y técnicas:
Innovaciones Metodológicas y Críticas
- El énfasis de la segunda generación por la larga duración se acentuó, identificada en estos años con las mentalidades, las cuales tardaban mucho en cambiar, por lo que casi se podían identificar con el tiempo inmóvil.
- Fraccionamiento del objeto de estudio, dando lugar a una “historia en migajas”, en palabras de François Dosse, que adolece de una visión de conjunto y corre el riesgo de caer en temas anecdóticos.
- Sustitución del análisis explicativo por una narración descriptiva que, además de informar, también pretende deleitar al lector, lo cual ha recibido la acusación de constituir un retorno de la narrativa.
- Los nuevos objetos de estudio ampliaron las fuentes utilizadas por los historiadores, al incorporar algunas poco trabajadas hasta entonces: fuentes inquisitoriales, protocolos notariales y fuentes literarias.