La Escultura Barroca de Bernini: Virtudes, Papas y la Sombra de la Muerte
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La Garra del León y la Evolución de las Virtudes
La garra de león aparece, a veces como emblema heráldico o como elemento de protección. Lo que cambia, desde Miguel Ángel a Bernini, es la posición de las virtudes, que en este caso, en Bernini, son la Caridad y la Justicia, dos de las virtudes cardinales. Las figuras aquí aparecen de pie, acoplándose a la forma del sepulcro, de la urna funeraria, de forma que les permite dar una curvatura a los cuerpos que nos lleva a esa interpretación naturalista propia del mundo barroco. Se debe insistir en ese movimiento interno de las obras barrocas. Mientras que Miguel Ángel siempre nos deja fuera, permitiéndonos admirar y observar la imagen, Bernini nos introduce en la obra: la Justicia marca una fuerte diagonal que nos lleva por la cabeza y su mirada al Papa, quien tiene su mano extendida y nos baja a la Caridad, y ésta es la que se pone otra vez en contacto con nosotros. Movimiento de subida y bajada que conecta al espectador con la obra, y nos obliga a movernos dentro; una composición abierta y dinámica propia del barroco.
Sepulcros Papales: Imagen y Virtud
Sepulcro de Santa María la Mayor, de Pío V
Aparece el Papa sedente y muerto. La tumba de Inocencio VIII, ambos con la figura del difunto y la figura del personaje vivo, y todas con virtudes, bien en relieves o no. Las virtudes acompañan a los difuntos, intentando representar aquellas que le han acompañado en vida. Después, estas virtudes, a la hora de la muerte, se convierten en sus protectoras. Adquieren una doble vertiente: las que les han acompañado en vida y las que les van a salvar en la muerte. Es normal que aparezcan en estos monumentos.
Figura del Papa
Hombre arrogante, aparece en vida, levantando el brazo de forma enérgica. Representación áurica, retratos que se adaptan en cierto grado al carácter real, pero la expresión no es muy fuerte, se idealiza. Puede ser más suave, más joven, y se suele encontrar en los retratos de estado. Suelen ser retratos donde los sentimientos no afloran de forma clara, en el rostro sobre todo, aunque pueda aparecer en la fuerza del brazo. Se le ve con la tiara papal, con la triple corona. Resalta en bronce dorado, la capa. Se ven las distintas texturas de las telas: la capa dura y el alba muy blanda. La variedad de telas comienza en el Renacimiento y se acentúa en el barroco, con el efecto pictórico de los pliegues y los claroscuros. El rostro del Papa es serio, impasible, sereno, barba muy ajustada y simétrica, como si nos remitiera a los retratos del Renacimiento aún. Se ven cabellos y barbas; en el San Longinos se ve un movimiento que aquí no hay. Renacimiento en el rostro y todo lo demás barroco. La inclusión de la muerte, bicromía. Figura de la muerte que adquiere un papel importante en los sepulcros del barroco desde este momento. Se convierte en un elemento activo: diferencia con el Renacimiento respecto a la época medieval, donde lo importante era salvar el alma, mientras que en el Renacimiento se pretende guardar el recuerdo para la gloria y la fama (humanismo frente al cristianismo de la Edad Media).
La Muerte como Protagonista
Con la muerte desaparece todo: la gloria, la fama, todo. Lo importante es que se salve el alma. La muerte adquiere un papel muy activo. Se identifica también con el tiempo, que en Caravaggio se captaba un instante en concreto. Comienza a jugar un importante papel la captación de momentos, que van cambiando con el tiempo. El tiempo y la muerte dirigen nuestras vidas, se convierten en elementos muy activos que aparecen generalmente en los sepulcros, ordenando la vida del difunto. Vemos que esta muerte tiene entre sus manos la cartela, la inscripción donde figura el nombre del difunto. Según los historiadores, para unos coloca el nombre de Urbano VIII en el sepulcro, se le acabó la vida; según otros, puede que hasta el nombre lo arranca, porque la muerte se lleva todo. En los primeros dibujos solo aparecía el cráneo y termina apareciendo entera.
Las Virtudes en la Obra de Bernini
La Caridad (boceto)
Los diferentes bocetos de la Caridad muestran la fuerte curvatura que realiza en el cuerpo para poderlo acoplar a la urna. Siempre aparecía amamantando al niño entre sus brazos, y en la obra definitiva el pecho se ve cubierto (cubierto a finales del siglo XVII por el lugar que ocupa). Aspecto humano de las imágenes de Bernini, figuras de anatomía fuerte y vigorosa, que recuerda con...