La Esencia Humana: Trabajo, Alienación y Sociedad según Marx
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La Esencia Humana: Trabajo y Libertad
Desde una perspectiva antropológica, el ser humano se distingue de los animales por su libertad y su capacidad de ser dueño de su propia actividad. La actividad fundamental que diferencia al ser humano es el trabajo. A través del trabajo y la acción, el ser humano entra en contacto con la naturaleza y con otros seres humanos.
El trabajo permite al hombre transformar la naturaleza y ocupar un puesto en la sociedad. La esencia de la persona reside en el trabajo; sin embargo, esta esencia no es fija ni inmutable, sino que está condicionada por el estado histórico de la organización económica.
La Alienación en el Trabajo según Marx
La alienación se define como el proceso o situación social por la cual el hombre se convierte en algo distinto a lo que debería ser. Marx argumenta que esta alienación se manifiesta precisamente en el trabajo: aquello que debería realizar al hombre es lo que lo cosifica.
Esta alienación, producto del trabajo, se presenta en cuatro dimensiones:
- Respecto a la naturaleza: Esta deja de ser un patrimonio común para convertirse en propiedad privada de otro.
- Respecto al trabajo mismo: El trabajo no pertenece al proletario, sino al burgués que lo emplea. Además, no es una actividad elegida, libre ni creativa, sino una mecanización del ser humano. El proletario se ve obligado a venderse a sí mismo como fuerza de trabajo.
- Respecto al producto de su trabajo: El producto no pertenece al trabajador, sino que se convierte en mercancía, en capital que será vendido para beneficio exclusivo del burgués, aumentando la desigualdad entre burguesía y proletariado.
- Respecto a la sociedad: La alienación del trabajo es el origen de las clases sociales. El lugar del trabajo determina el lugar que se ocupa en la sociedad y las relaciones sociales.
Clases de Alienación
Alienación Religiosa
La alienación religiosa considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente, adoptando un punto de vista ateo. Se argumenta que no es Dios quien crea al hombre, sino el hombre quien crea a Dios.