El Espacio Escénico en La Fundación de Buero Vallejo: Realidad y Percepción
Clasificado en Plástica y Educación Artística
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La Obra: Una Fábula sobre Realidad y Percepción en La Fundación
La obra se presenta como una “Fábula en dos partes”. La Fundación plantea al espectador el eterno problema de la dualidad entre realidad y ficción, una dicotomía producida por el rechazo del mundo exterior, por la imaginación desbordante, por el trastorno mental o por la simple alucinación. Debido a ese enfrentamiento, surge un profundo sentido de crisis del concepto de lo real, una temática que Antonio Buero Vallejo persiguió a lo largo de toda su producción teatral.
Un Escenario Indeterminado y Universal
Desde el principio, Buero sitúa la acción en un lugar deliberadamente indeterminado, que podría ser cualquier sitio y cualquier época donde se haya sufrido persecución política, represión policial y encarcelamiento por motivos ideológicos. Esta indefinición busca conmover al espectador, permitiéndole comprender la situación como una posibilidad universal y atemporal entre los seres humanos, trascendiendo regímenes y civilizaciones específicas. Aunque Buero no concreta el lugar exacto, su intención es superar las circunstancias particulares de una obra estrenada en un contexto específico, evitando que los espectadores la limiten a su propio espacio y tiempo.
El Espacio Dual: Celda y Centro de Investigación
En la escena, encontramos un espacio que se transforma progresivamente conforme varía la percepción del protagonista, Tomás.
- El espacio real: Es una celda de prisión con paredes grises. Este es el entorno objetivo de la reclusión.
- El espacio soñado: Es lo que se presenta al inicio: un aparente y elegante centro de investigación. A través del ventanal de esta habitación, cómoda e incluso lujosa, se divisa un maravilloso paisaje que representa un locus amoenus, un lugar idílico.
La obra mantiene una estricta unidad de lugar, ya que toda la acción transcurre en este único espacio físico, aunque su apariencia cambie radicalmente a los ojos del espectador, pasando de ser la confortable habitación de una fundación a la austera celda de una cárcel.
La Escenografía como Reflejo Mental
Podríamos interpretar que el escenario está, en cierto modo, situado en la mente de Tomás, o al menos que lo percibimos a través de sus ojos. Este enfoque convierte al espacio escénico en un elemento de importancia trascendental para el desarrollo de la historia. El proceso mental de Tomás, su paulatino acercamiento a la cruda realidad, se refleja directamente en la transformación gradual del escenario. Así, vemos cómo los elementos cambian:
- Los cómodos sillones se convierten en humildes petates.
- Las elegantes librerías dan paso a paredes desnudas.
- La puerta con pomo y sin reja se transforma en una puerta de celda con reja y sin pomo.
- El luminoso ventanal con su paisaje idílico se oscurece hasta volverse una pared sólida.
- La cortina que ocultaba un baño confortable desaparece para revelar un simple retrete comunitario.
Técnicas de Transformación Escénica
La metamorfosis del espacio soñado (la Fundación) al espacio real (la cárcel) se logra mediante un uso magistral de recursos escenográficos y técnicos:
- Juegos de luces: La iluminación se va haciendo más tenue, transformando un espacio inicialmente claro y luminoso en otro gris y en penumbra.
- Paneles móviles: Se colocan paneles delante de los elementos que van desapareciendo de la escena (y de la imaginación de Tomás), simulando las paredes de la celda.
- Cambios en el atrezo: Modificaciones clave en objetos como la puerta.
- Oscurecimiento del fondo: El ventanal y el paisaje se ocultan progresivamente.
- Revelación de elementos ocultos: La desaparición de la cortina expone la realidad del retrete.