España en 1898: Del Imperio a la Crisis

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La Guerra Colonial y la Crisis del 98

Los países europeos se lanzaron a la conquista militar y económica de todos los territorios a su alcance, principalmente África y Asia. El mismo fenómeno imperialista se produjo en los Estados Unidos. Desde 1823, la Doctrina Monroe estableció el principio de “América para los americanos”.

España salió reforzada de la Guerra de África (1859-1860), consolidando posiciones en Marruecos. También se reincorporó temporalmente a la corona española Santo Domingo (1861-1865) en el Caribe.

Tras la independencia de la mayor parte de sus colonias durante el reinado de Fernando VII, España conservaba territorios dispersos: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y otros archipiélagos del Pacífico, así como posesiones en el norte de África y el golfo de Guinea. España se había convertido en un país atrasado industrialmente, sin recursos y con una marina débil.

Los Orígenes del Conflicto Cubano

Los cubanos estaban marginados de los cargos públicos, mayoritariamente ocupados por peninsulares. No tenían representación en las Cortes y se veían perjudicados económicamente por los fuertes aranceles que la metrópoli imponía al comercio con otros países, sobre todo con Estados Unidos. El llamado Grito de Yara, lanzado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, dio inicio a la Guerra Larga o de los Diez Años, con el propósito de establecer una república cubana independiente y la abolición de la esclavitud.

La guerra se prolongó por dos factores principales: primero, los problemas y cambios políticos ocurridos en España durante el Sexenio Revolucionario, que apenas dejaron tiempo a los gobiernos para ocuparse de la guerra cubana; segundo, la división y mala organización de los insurgentes, a pesar de la ayuda que recibieron de Estados Unidos.

En 1878, se firmó la Paz de Zanjón bajo las siguientes condiciones:

  1. Apertura de un proceso democrático en Cuba, cuyos representantes formarían parte de las Cortes en España.
  2. Abolición de la esclavitud.
  3. Amnistía política e indulto general a los insurgentes.
  4. Concesión de una amplia autonomía a la isla.

La Guerra Larga dio paso meses después a la Guerra Chiquita (1879-1880) debido al descontento, la insatisfacción y el incumplimiento de lo acordado.

La Guerra de Cuba y Filipinas

La guerra se reinició en Cuba en febrero de 1895 con el denominado Grito de Baire y el lema “¡Viva Cuba libre!”.

El asesinato de Cánovas del Castillo por un anarquista provocó grandes cambios. Sagasta propuso una serie de reformas en Cuba, pero los cubanos las rechazaron. El presidente estadounidense McKinley insistió en comprar la isla por 300 millones de dólares.

En Filipinas también se produjo una insurrección, originada por el descontento de ciertos grupos indígenas y mestizos con la administración española y las órdenes religiosas. Este descontento derivó hacia el independentismo.

La Intervención de Estados Unidos

En febrero de 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España. En diciembre de ese mismo año se firmó la Paz de París, que significó la pérdida, por parte de España, de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Consecuencias

Las repercusiones inmediatas fueron menores de lo esperado. La crisis del 98, más que política o económica, fue fundamentalmente una crisis moral e ideológica, que causó un importante impacto psicológico en la población española. Tuvo repercusiones en:

  • La economía
  • Los nacionalismos
  • Los intelectuales
  • El ejército y las clases populares
  • El sistema político

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