La España Borbónica del Siglo XVIII: Transformaciones Políticas y Sociales
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La Guerra de Sucesión Española y el Tratado de Utrecht
La Guerra de Sucesión, desencadenada por el ascenso al trono español de Felipe V, apoyado por Castilla, representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo una misma dinastía. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, el archiduque Carlos de Habsburgo, a quien también apoyaba la Corona de Aragón.
En ese sentido, el conflicto tenía una doble perspectiva:
A nivel internacional
La Casa de Borbón sufrió severas derrotas, lo que hizo que España perdiera sus posesiones europeas.
A nivel nacional
Castilla apoyó a Felipe y Aragón a Carlos, con lo que se puede hablar de una "guerra civil", siendo finalmente derrotada la Corona de Aragón.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V.
El Tratado de Utrecht (1713)
El Tratado de Utrecht, que ponía fin a la Guerra de Sucesión por el trono español, estipulaba lo siguiente:
- Felipe V era reconocido por las potencias europeas como el Rey de España, pero renunciaba a cualquier posible derecho a la Corona francesa.
- Los Países Bajos españoles y los territorios italianos pasaron a Austria.
- Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y beneficios económicos.
Los Borbones en España: Felipe V (1700-1746)
La llegada de la nueva dinastía borbónica propició importantes cambios en la estructura del Estado. Entre esos cambios destacan los Decretos de Nueva Planta, por los que se produjo la abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón.
Los Borbones también reformaron la administración central, consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Además, se suprimieron todos los Consejos.
Reformas Administrativas y Política Exterior
Se crearon las Secretarías de Despacho, como las de Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias.
La política exterior se dirigió a la recuperación de los territorios italianos. Ante el fracaso de los primeros intentos en solitario, se optó por la alianza con Francia. Esta alianza se concretó en los llamados Pactos de Familia.
Con Fernando VI, el gobierno español adoptó una política exterior de neutralidad, equidistante entre Londres y París. Se siguió un modelo político ilustrado, como el proyecto de Catastro para Castilla del Marqués de la Ensenada.
Carlos III: El Despotismo Ilustrado (1759-1788)
Carlos III es el modelo del despotismo ilustrado: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
Un reducido número de políticos aplicó un programa de modernización que incluyó:
- Repoblación de territorios
- Mejora de las comunicaciones
- Cambios en el sistema universitario
- Mejoras higiénicas
- Reforma de la agricultura
- Liberación del comercio interior y con América
Los cambios tuvieron una repercusión especial en Madrid. Se intentó poner en práctica el Catastro de Ensenada, pero la multitud de recursos y la fuerte oposición obligaron a abandonar la reforma fiscal.
La Hacienda pública seguía siendo deficitaria y, para aumentar los ingresos, se recurrió a los sistemas tradicionales. Se crearon nuevos monopolios y Compañías privilegiadas, se recurrió a los estancos, apareció la Lotería y se procedió a la emisión de deuda pública.
Política Exterior de Carlos III
Carlos III volvió a la alianza con Francia y firmó el Tercer Pacto de Familia. España participó en la guerra junto a Francia, apoyando a los rebeldes norteamericanos contra Inglaterra, lo que resultó en una victoria española.
Carlos IV y el Fin del Antiguo Régimen (1788-1808)
Carlos IV pretendió llevar una política reformadora a nivel interno y pacífica en política exterior. Al principio mantuvo el mismo gobierno que su padre, pero al poco tiempo nombró a Manuel de Godoy, un guardia de Corps, como valido.
Tras una guerra con Francia, se volvió a la tradicional alianza con este país. En ese marco, y tras la firma de varios acuerdos, se decidió la invasión de Portugal por parte de España.
Sin embargo, en Trafalgar, una flota combinada hispano-francesa fue derrotada por los británicos. Esta nueva derrota hizo que la oposición hacia Godoy fuese cada vez más organizada en torno al heredero y Príncipe de Asturias, Fernando, el cual intentó la destitución política del valido: primero en la Conjura del Escorial, que resultó un fracaso, y finalmente en el Motín de Aranjuez, cuando las tropas francesas ya estaban presentes en España.