España en Crisis: El Reinado de Amadeo I y la Primera República (1870-1874)
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El Reinado de Amadeo I de Saboya (1870-1873)
El reinado de Amadeo I de Saboya, iniciado tras la Revolución Gloriosa, se caracterizó por una serie de reformas y una profunda inestabilidad política y social. Además de publicar la Constitución, también se inició la desamortización y se tomaron importantes medidas fiscales y militares.
Amadeo I inició así su reinado, introducido por el general Prim, quien lamentablemente murió asesinado poco después. Este hecho provocó fuertes tensiones en la coalición de unionistas, progresistas y demócratas. Los unionistas, por su parte, mostraron sus simpatías por la causa alfonsina, mientras que los progresistas se dividieron entre aquellos que se aproximaban a los unionistas y los que se acercaban a los demócratas. A este complejo panorama político se sumaban la presencia de republicanos y carlistas, cada uno con sus propias agendas.
El monarca encontró más problemas debido a la inestabilidad social del país, exacerbada por las crisis agrarias de 1867 y 1868, que provocaron hambrunas generalizadas. Sobre todo, la crisis en el campo generó numerosas revueltas por parte de los campesinos, descontentos con su situación. La burguesía también estaba insatisfecha: la enriquecida por el giro que estaba dando el gobierno, y la financiera por la crisis de la bolsa. La burguesía latifundista, por su parte, temía que se prohibiera la esclavitud, lo que perjudicaría gravemente sus plantaciones en Cuba.
La Iglesia Católica también manifestó su descontento por la libertad religiosa establecida en la Constitución de 1869, y la aristocracia consideraba al rey un extranjero. Todo este cúmulo de circunstancias y oposiciones hizo que el rey Amadeo I renunciara a la Corona española en febrero de 1873, poniendo fin a su breve y turbulento reinado.
La Primera República Española (1873-1874)
La Primera República Española se instauró en 1873, siendo un compromiso necesario entre un sector progresista, radicales y republicanos. Fuera de esta alianza quedaron los unionistas y un buen sector de los progresistas, ambos simpatizantes de la causa alfonsina.
La República experimentó una notable inestabilidad, con cuatro presidentes en menos de un año:
- De febrero a marzo: Estanislao Figueras presidió con un gobierno apoyado en la coalición de radicales y federales.
- De marzo a julio: Presidido por Pi i Margall, apoyado por republicanos federales.
- De julio a septiembre: Presidido por Nicolás Salmerón.
- De septiembre a enero de 1874: Presidido por Emilio Castelar, aunque todas las garantías constitucionales estaban suspendidas en ese periodo.
La República sufrió disputas internas significativas entre los unionistas, que deseaban una república fuerte y defendían las vías parlamentarias para establecerla, y los republicanos federales, que pretendían instaurarla inmediatamente, incluso llegando a la violencia si fuese necesario. Además de estas tensiones internas, pronto se enfrentaron a los radicales de Ruiz Zorrilla. Los carlistas continuaron con su escalada militar, y la República también se enfrentó a los alfonsinos. Cada vez se radicalizaba más el problema del campesinado, que acabaría abandonando el apoyo a la República.
Es crucial destacar la Tercera Guerra Carlista por su carácter bélico y la creciente tensión en Cuba, que también adquiría un carácter militar. Sin embargo, el mayor problema interno fue el Cantonalismo, un movimiento que se inspiró en el proyecto de Constitución de 1873, el cual contemplaba a España como un Estado federal, formado por diecisiete estados menores que libremente se adherirían al Estado nacional y tendrían capacidad para elaborar su propia Constitución.
El gobierno de Pi i Margall fue sustituido por otro encabezado por Salmerón, quien reprimió el Cantonalismo pero acabó dimitiendo después. Tras las elecciones, el general Pavía, el 3 de enero de 1874, disolvió la Asamblea, poniendo fin a esta efímera República. Después se planteó un gobierno provisional presidido por el general Serrano, aunque poco después el general Martínez Campos llevó a cabo un pronunciamiento militar en Sagunto que propició la llegada al trono de Alfonso XII, hijo de la exiliada Isabel II, marcando el inicio de la Restauración Borbónica.