España Franquista: Del Aislamiento Internacional al Reconocimiento Global en la Guerra Fría

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El Aislamiento Internacional de la España Franquista (1946-1950)

Tras la Segunda Guerra Mundial, se mantuvo la justificación del aislamiento internacional de España frente a los organismos internacionales creados o relacionados con las Naciones Unidas, cerrando las puertas a la dictadura franquista. El régimen, ante la exigencia internacional de un nuevo estado democrático y representativo, intentó borrar su imagen de fascista y homologarse a las democracias occidentales, presentándose como una democracia orgánica. Este sistema político, según el franquismo, basaba su representatividad no en los partidos políticos, sino en los tres órganos naturales: la familia, el municipio y el sindicato.

Para mejorar su imagen, el régimen cambió el saludo fascista y promovió el alejamiento de los falangistas más radicales de las esferas de poder. Sin embargo, estas medidas fueron en vano, ya que se retiraron los embajadores de Madrid, tal como lo había mandado la Asamblea General de la ONU en 1946. El régimen fue bloqueado diplomática y económicamente. Esta situación fue calificada por el franquismo como «política antiespañola».

Además, se vetó la participación de España en las ayudas del Plan Marshall para la reconstrucción de la Europa occidental. El gobierno franquista responsabilizó de este boicot político y económico a una conspiración internacional encabezada por la Rusia comunista.

El Giro de la Guerra Fría y el Acercamiento a Estados Unidos

En este nuevo escenario, y con el inicio de la Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a valorar el hecho de que España pudiera ser un aliado en la lucha contra el comunismo, así como la importancia estratégica de la Península Ibérica como enclave militar.

En consecuencia, la ONU revocó en 1950 la resolución del bloqueo contra España y los embajadores retornaron. El año 1953 marcó un hito diplomático con la firma de dos acuerdos clave:

  • El Concordato con el Vaticano

    Se firmó el Concordato con el Vaticano, que establecía la confesionalidad del Estado español. La Iglesia era mantenida por el Estado y estaba exenta de impuestos, consolidando su posición privilegiada en el régimen.

  • El Tratado con Estados Unidos

    Un mes después, se suscribió el tratado con Estados Unidos, que autorizaba el establecimiento de bases militares en territorio español (Torrejón, Zaragoza, Morón de la Frontera y Rota). Torrejón, en particular, se convirtió en un objetivo potencial para los misiles soviéticos. A cambio, España recibió una ayuda económica de dudosa utilidad, cuya finalidad principal fue sufragar los propios gastos americanos en España.

El objetivo principal de Franco era la aceptación internacional de su régimen, utilizando a Estados Unidos como su principal valedor.

Reconocimiento Internacional e Integración Limitada

En 1955, la admisión de España en la ONU supuso el reconocimiento mundial de su régimen y le permitió integrarse en otras organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Europea de Cooperación Económica (actual OCDE).

La culminación de este proceso se produjo con la visita a España del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower en 1959, un evento que simbolizó la «satelización» de España por parte de Estados Unidos.

Otras medidas internas incluyeron el alejamiento de los falangistas más radicales de las esferas de poder. Sin embargo, el aislamiento de España continuaría en ciertos aspectos, ya que el país no pudo incorporarse a la OTAN, creada en 1949, ni a la CEE (Comunidad Económica Europea), constituida en 1957. Esta exclusión se debió al carácter antidemocrático del régimen franquista, que se definía a sí mismo como una «monarquía tradicional, católica, social y representativa».

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