La España de la Restauración: Auge Industrial y Expansión Urbana (Siglo XIX-XX)
La España de la Restauración: Industrialización y Urbanización
1. La Industrialización Española: Factores del Retraso
Los factores del retraso español, con respecto a los países de su entorno, se resumen en los siguientes:
- El escaso incremento de la población española y su limitado poder adquisitivo impedían el crecimiento de la demanda.
- La ausencia de una burguesía emprendedora y de los capitales necesarios para acometer las inversiones provocaron que la industrialización se sostuviera mediante la iniciativa del Estado y las inversiones extranjeras.
Por eso, hacia 1875, destacaba el reducido peso que el sector industrial tenía dentro de la economía española, cuando en la mayor parte de España predominaban las actividades industriales tradicionales vinculadas a la alimentación (harina, aceite, conservas, vino...) y al calzado, destinadas a cubrir las necesidades inmediatas de la población.
Cataluña: Pionera de la Industrialización Textil
Cataluña era la principal región fabril española y la única que había realizado una revolución industrial en España cuando se produce la Restauración Borbónica. La industrialización catalana había comenzado a finales del siglo XVIII gracias a las mejoras agrarias, al incremento de la demanda interior y a la expansión del comercio con la América española.
El proceso tuvo su origen en el sector textil, basado en la industria algodonera, cuya expansión fue posible por la aplicación de una legislación proteccionista necesaria para garantizarse los mercados interiores después de que se perdieran las colonias americanas. Además, a remolque de la necesidad de maquinaria agrícola y textil, surgieron las primeras industrias metalúrgicas, como La Maquinista Terrestre y Marítima, creada en Barcelona en 1855 y donde se fabricaban máquinas de vapor.
El Despegue de la Siderurgia Vasca
Sin embargo, las empresas españolas no podían competir ni en tecnología ni en capitales con las extranjeras; estas serían las suministradoras de la mayor parte de la maquinaria industrial, locomotoras y buques que necesitó el tejido industrial español. Ese panorama cambió a partir de la consolidación de la siderurgia vasca hacia 1880, ya que se dispuso de hierro en abundancia. El País Vasco inició su despegue industrial en el último tercio del siglo XIX. En este proceso fue de gran importancia la colaboración con Gran Bretaña, ya que el intercambio de hierro vasco por coque (combustible obtenido de la destilación de la hulla a temperaturas muy altas) británico fue esencial para la industrialización vasca, centrada en la siderurgia.
Innovaciones Energéticas: Petróleo y Electricidad
La revolución tecnológica que representó el empleo del petróleo y la electricidad permitió vencer uno de los principales obstáculos para el crecimiento de la España del siglo XIX: la carencia de fuentes de energía competitivas debido a la escasa calidad de su carbón. El uso comercial de la electricidad y la posibilidad de transportarla gracias a la invención del transformador abrieron la posibilidad de mecanizar las diferentes industrias y disminuir los costes de producción. El descenso de los precios permitió el incremento de la demanda, lo cual hizo posible el crecimiento de la producción.
Por otro lado, la destilación del petróleo y los progresos de la mecánica de motores revolucionaron los transportes durante la primera mitad del siglo XX, como consecuencia de la aparición del automóvil.
Expansión del Sector Químico
Un nuevo sector que alcanzó notable expansión fue el químico, gracias a la fabricación de abonos, pinturas, medicamentos, explosivos y otros productos químicos. Una de las empresas químicas más importantes fue la Sociedad Anónima Cros, creada en Barcelona en 1904.
2. El Proceso Urbanizador: Crecimiento Demográfico y Movilidad
A partir de 1870 se desarrolla la transición demográfica española que provocó un notable incremento poblacional como consecuencia de los factores siguientes:
- Así, durante el siglo XIX, la población pasó de 11,5 millones de habitantes a 18,6 millones en 1900.
- Se dieron las condiciones para la movilidad espacial, que constituyó una de las grandes variables demográficas del siglo XIX. Esto se explica por la superpoblación rural, la mejora de los transportes y las expectativas de una vida mejor en los núcleos urbanos, en cuyas proximidades se localizaban las industrias.
Centros de Recepción de Inmigrantes y Urbanismo
Tres fueron los centros principales de recepción de población inmigrante: por un lado, Barcelona y el País Vasco se convirtieron en espacios demandantes de proletariado industrial.
El ordenamiento urbanístico español más conocido es el plan presentado en 1859 por Ildefons Cerdà para la ciudad de Barcelona y que dio lugar al actual distrito del Ensanche. En 1930, las ciudades de Barcelona y Madrid superaron el millón de habitantes. A pesar de la creciente urbanización, a principios del siglo XX la mayoría de la población era rural.