El Esplendor Barroco: Versalles, Luis XIV y la Genialidad Escultórica de Bernini
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El Palacio de Versalles: Símbolo de la Monarquía Absoluta
El Palacio de Versalles es el símbolo perfecto de la monarquía absoluta de Luis XIV y la expresión máxima del poder del monarca. Este imponente edificio, de grandes proporciones, está rodeado por extensos y majestuosos jardines.
Etapas Constructivas de Versalles
La edificación de Versalles se desarrolló en tres etapas principales:
- Reforma de un pequeño pabellón de caza: El origen del palacio fue un modesto pabellón de caza.
- Ampliación para convertirlo en sede del gobierno: Se transformó y amplió para albergar la corte y el centro del poder real.
- Ampliación de dos alas laterales: Se añadieron dos grandes alas para completar la estructura monumental.
Arquitectura y Diseño
El palacio presenta dos fachadas distintivas: la principal, que da a la ciudad, y la que se abre hacia los jardines. La fachada que da al jardín se estructura en tres cuerpos:
- El basamento.
- El piso principal, caracterizado por la repetición de pilastras y columnas jónicas gigantescas que enmarcan grandes ventanales.
- El ático, coronado por trofeos escultóricos.
Su concepción es marcadamente clásica, con volúmenes definidos y una armonía impecable en los elementos arquitectónicos. La decoración exterior se enriquece con esculturas, fuentes y canales que complementan la grandiosidad del conjunto.
Interiores Destacados
En el interior del palacio, sobresalen varias estancias:
- La Capilla Real, obra maestra realizada por Jules Hardouin-Mansart. Presenta una cabecera semicircular con tres naves y dos cuerpos, el inferior de arcos de medio punto sobre pilares.
- La Galería de los Espejos, una gran sala que se abre directamente al jardín. Sus enormes ventanales se corresponden con gigantescos espejos que reflejan la luz, tanto la del sol como la de las velas, creando un efecto de luminosidad y amplitud inigualable.
Gian Lorenzo Bernini: El Genio del Barroco Escultórico
La obra de Bernini supone el triunfo del naturalismo frente al realismo en la escultura barroca. El tema fundamental de su producción es el religioso, centrándose en escenas de martirio que buscan impactar profundamente al espectador. También es abundante la escultura funeraria, que incorpora a veces elementos macabros para enfatizar la transitoriedad de la vida.
Características de la Obra de Bernini
Gian Lorenzo Bernini es la figura más importante del Barroco italiano. Su obra no es homogénea; a través de ella se puede apreciar la evolución de su concepción escultórica. Bernini intentó conseguir la impresión del color en el mármol blanco, dotando a sus figuras de una vitalidad y un dinamismo sin precedentes.
Obras Clave de Bernini
Apolo y Dafne
La perfección técnica de Bernini ya es perceptible en esta obra de tema mitológico. Representa el momento en que Apolo persigue a Dafne, quien, para no ser poseída por él, es convertida en laurel por su padre. La escultura combina la belleza clásica idealizada con el movimiento característico del Barroco y la libre expresión de sentimientos. La obra se estructura en grandes diagonales que acentúan el dinamismo de los paños y cabellos.
El David
Fue concebido para ser colocado ante una pared, de manera que el punto de vista único permitiera percibir la violencia del movimiento. Expresa la fuerza y la ira a través de los labios contraídos, el ceño fruncido y los músculos rígidos, capturando el instante previo al lanzamiento de la piedra.
Éxtasis de Santa Teresa
Esta obra maestra combina arquitectura, escultura y pintura, creando un espacio escenográfico total en la Capilla Cornaro. Representa la visión mística de Santa Teresa de Ávila, con una intensidad emocional y teatralidad inigualables.
La Basílica de San Pedro
En la Basílica de San Pedro, Bernini une arquitectura y escultura monumental. Un ejemplo destacado es el Baldaquino de San Pedro y la Cátedra de San Pedro. En esta última, utiliza magistralmente el recurso de la luz: desde una ventana posterior, la luz penetra por un transparente rodeado de ángeles, simulando la iluminación celestial desprendida de la paloma del Espíritu Santo, símbolo de la inspiración divina.