El Esplendor de la Pintura del Cinquecento: Maestros y Características del Renacimiento Italiano
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Introducción a la Pintura del Cinquecento
La pintura del Cinquecento supone la cumbre del Renacimiento italiano. Durante esta época se dio una importante evolución en el arte, favorecida por el descubrimiento de nuevas tierras, el espíritu humanista y el desarrollo de la imprenta. Se desarrolló durante el siglo XVI, pero a finales de este se prefiere usar el término de manierismo. Aparecen grandes maestros que fijarán las reglas del proceso pictórico. Roma y Venecia serán los centros pictóricos, perdiendo fuerza Florencia tras la caída de los Médicis. A lo largo de la centuria se desarrolló la arqueología, financiada por los mecenas. Los artistas más importantes fueron M.G. (Laocoonte) o Nerón (pinturas murales de la Domus Aurea).
Características Generales de la Pintura del Cinquecento
Se produce un avance notable:
- Se desarrolla un gusto clasicista. Se buscaba en el desnudo la monumentalidad y la belleza ideal.
- Los escenarios dejaron de ser ambientes donde ensayar la perspectiva y se convierten en espacios que realzan la monumentalidad de las figuras.
- Se buscó un mayor movimiento y fuerza expresiva hasta triunfar el manierismo en la segunda mitad del siglo XVI. Los pintores ya no estaban obsesionados con la perspectiva, sino que buscan una mayor naturalidad. Alcanzan así un clasicismo en el que imperan las ideas ordenadas y el equilibrio.
En la búsqueda de esa perfección, además del efecto de profundidad, era necesario disponer sobre el plano de una forma armónica y ordenada las diferentes piezas de la escena. A esto se denomina composición. También los espacios secundarios, las pilastras o los enmarques aparecen decorados con grutescos, decoración mural consistente en composiciones imaginarias de gran simetría con motivos dispuestos en torno a un eje central.
Los grandes maestros dan más importancia al dibujo que al color. El dibujo va perdiendo preeminencia; los contornos se van difuminando, con lo que se logra un efecto de claroscuro de luces y sombras que permiten modelar suavemente las figuras. Se logra así una mayor sensación de volumen y, en el paisaje, la profundidad de la perspectiva aérea. Además, la luz incide de forma distinta al Quattrocento, creando efectos de la realidad y perspectiva. En cuanto a las técnicas, se consolidan el óleo y el lienzo como soporte.