El Esplendor del Renacimiento Italiano: Artistas, Obras y Contexto (Siglos XV-XVI)
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Contexto Histórico y Cronológico del Renacimiento
El Renacimiento se origina en Italia en el siglo XV y desde allí se proyecta hacia otros puntos de Europa, pero con matices locales y diferencias que en algunos casos llegan a ser profundas.
Tomando como referencia el arte italiano, el Renacimiento se divide en dos grandes periodos:
- El Quattrocento (siglo XV)
- El Cinquecento (siglo XVI)
La Influencia del Humanismo y la Antigüedad Clásica
Debe señalarse la relevancia que vuelve a adquirir la Antigüedad Clásica, al socaire del Humanismo, que ve en la época de Grecia y Roma una etapa de esplendor cultural opuesta al período medieval.
El antropocentrismo se convierte así en una de las características más relevantes del momento e impregna con su espíritu la mayor parte de las manifestaciones culturales del periodo.
El Nuevo Rol del Artista
En el campo artístico, destaca la nueva concepción del artista, que pasa de ser un mero artesano a un creador.
Su nombre aparece junto a su obra y su consideración social aumenta.
Mecenazgo y Comitencia
Aparece, además, la figura del mecenas, que se convierte en uno de los elementos fundamentales de la realidad artística.
Nobles y burgueses enriquecidos, movidos por el deseo de satisfacer sus necesidades culturales y de obtener prestigio social, se rodean de artistas y pensadores a los que amparan y sufragan.
También adquiere gran trascendencia la figura del comitente, que encarga y dona obras, mayoritariamente a instituciones religiosas, tanto por devoción como por intención de mejorar su estatus social.
Ampliación Temática: De lo Religioso a lo Profano
Se amplía la temática y, además de religiosa, surge una temática profana. Si bien es cierto que los temas religiosos siguen ostentando un gran peso, aparecen también obras:
- Mitológicas
- Escenas de la vida cotidiana
- Retratos
- Etc.
La Escultura Renacentista: Del Equilibrio Clásico al Manierismo
El Quattrocento: Ghiberti y Donatello
Los artistas principales del Quattrocento (siglo XV) fueron:
- Ghiberti, quien fue arquitecto, escultor y pintor. Entre sus obras destaca “Las puertas del paraíso”, realizadas en bronce.
- Donatello, el escultor más importante del Quattrocento. Cultivó la orfebrería y tuvo conocimientos de arquitectura y pintura. Su escultura oscila entre la búsqueda del equilibrio clásico y la belleza, y el cultivo de un cierto expresionismo de valor dramático.
El Cinquecento y el Manierismo
En el Cinquecento (siglo XVI), continúa el sentido clasicista de equilibrio y armonía. Pero poco a poco surge una tendencia a la agitación en la composición, a la búsqueda constante del movimiento y a la monumentalidad, hasta llegar al Manierismo.
A partir de la segunda década del siglo XVI, la tendencia será la búsqueda de la tensión, la volumetría y la expresividad. Esto genera inquietud, sorpresa y zozobra frente al orden clásico.
Miguel Ángel: Clasicismo y Terribilità
El siglo XVI está marcado por la figura de Miguel Ángel. Es el máximo exponente del clasicismo y, al mismo tiempo, el iniciador del lenguaje manierista.
Su obra es variada y compleja, pero donde destaca es en la escultura. Utiliza siempre el mármol de Carrara, blanco y compacto, por ser para él el material que más se acerca a la Belleza.
Su fuerte personalidad queda reflejada en la escultura mejor que en cualquier otro campo. Dota a la escultura de una fuerza y viveza excepcionales, conseguidas a través del dominio de la técnica. Refleja toda la tensión interna: es la terribilità de Miguel Ángel.
Arquitectura Renacentista: Elementos Clásicos Renovados
La arquitectura del Renacimiento ve renacer el empleo de los elementos constructivos y decorativos clásicos. El arco de medio punto, las columnas y pilastras con los órdenes clásicos, las bóvedas de cañón decoradas con casetones y la cúpula de media naranja son empleados profusamente, aunque con cierta libertad, especialmente en lo decorativo.
Así, la más completa fantasía reina en la decoración de grutescos, donde se funden formas vegetales, animales y humanas.
En la fachada y en las plantas se buscan efectos de calculada perfección. Se procura resucitar la planta central y se busca la diafanidad de los espacios, contrapuesta a la coloreada penumbra de la iglesia gótica.
Brunelleschi será el arquitecto destacado del Quattrocento, cuya obra cumbre es la cúpula de Santa María dei Fiori en Florencia; es también el auténtico renovador del estilo.