Esplendor y Transformación: Arquitectura y Mecenazgo en la Italia de los Siglos XVII y XVIII

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El contexto histórico del arte en Italia durante los siglos XVII y XVIII se caracteriza por la coexistencia de diferentes estados, como el Ducado de Toscana en Florencia y la República de Venecia. En un período donde el avance de los turcos y el Islam representaba una amenaza, los diferentes estados italianos tendían a unirse para defenderse.

El Mecenazgo

El mecenazgo jugó un papel fundamental en el desarrollo artístico y cultural de la época. Dos figuras clave fueron:

  • El Papa: Como líder de la Iglesia Católica, ejercía una gran influencia y poder, actuando como un centro de mecenazgo.
  • La Clientela: Compuesta por individuos cultos y ricos, esta clientela desempeñó un papel importante en el gobierno y se encargó de la decoración de los palacios.

Mecenas Importantes

Entre los mecenas más destacados, podemos mencionar a:

  • Cardenal Francesco del Monte: Primer mecenas de Galileo Galilei, lo que marcó una etapa crucial para la ciencia. También patrocinó a Caravaggio.
  • Cassiano dal Pozzo: Amigo de Galileo, protector de grandes científicos y director de la Academia dei Lincei.
  • Federico Lincei: Miembro de la Academia dei Lincei y promotor de la ciencia.
  • Scipione Borghese: Protector de Caravaggio y descubridor de Gian Lorenzo Bernini.
  • Colegio Romano Jesuita: Reorganizó sus estudios, de donde surgieron matemáticos importantes como Christopher Clavius y Grazio Grassi.
  • Athanasius Kircher: Figura destacada en la ciencia y la invención, conocido por su interés en la "linterna mágica".
  • Colegio de la Antigüedad Clásica: Promotor del estudio y la preservación del legado clásico.

Arquitectura de los Siglos XVII y XVIII en Italia

Roma: Reforma Urbanística de Sixto V (1585-1590)

En 1585, Doménico Fontana y su colaborador Giacomo della Porta llevaron a cabo una reforma urbanística impulsada por el Papa Sixto V, quien buscaba consolidar a Roma como el centro de la cristiandad. Aprovechó las reformas de sus predecesores para convertir a Roma en una ciudad moderna.

Reformas Urbanísticas Previas

En el siglo XV (1471-84), Sixto IV conectó el Castillo de Sant' Angelo con la ciudad medieval mediante un puente y una plaza, abriendo avenidas para facilitar el acceso al Vaticano. Desde este puente, se crearon tres vías principales:

  • Vía de los peregrinos: Desde Sant' Angelo hasta el Teatro Marcelo.
  • Vía Papalis: Desde el Foro hasta la Plaza del Capitolio.
  • Vía Recta: Hasta la Strada o Vía del Corcho.
  • Vía Romana: Utilizada para entrar a la ciudad desde la puerta Noroeste de la muralla.

Julio II (1502-13) continuó las reformas, abriendo la Vía de Lungara para comunicar San Pablo Extramuros. También creó la Vía Ceulia, que llegaba a Trastevere, y la Vía Trinitatis, que cruzaba la Vía del Corcho y llegaba a Santa Trinidad del Monte.

León X creó la Vía del Corso, que conectaba la antigua puerta noroccidental con Roma. Esta Vía Leonina se unía a una gran plaza, la del Poppolo, y se conectaba con otras avenidas que conducían al Vaticano.

Paulo III encargó a Miguel Ángel la creación de la Vía del Babuino, completando el Tridente, las tres avenidas más importantes de Roma (la Leonina, la del Corso y la Babuino), que convergían en la Plaza del Poppolo.

Pío IV también encargó a Miguel Ángel una reorganización urbanística, creando la verdadera ciudad moderna desde la Plaza del Poppolo hasta la Colina del Quirinal, unida por la Porta Pía, que comunicaba a través de la Vía Pía con el Palacio del Quirinal. A lo largo de la Vía Pía, Miguel Ángel modernizó la Basílica de Santa María de los Ángeles.

Gregorio XIII estableció una ley que promovía la apertura de grandes avenidas para facilitar la comunicación.

Sixto V y la Consolidación de Roma

Sixto V aprovechó la decadencia de Felipe II para convertir a Roma en la capital del mundo católico. Justificó sus acciones con un propósito religioso, como la creación de avenidas que conectaran basílicas para facilitar la peregrinación. Creó la Strada Felice, encargada a Doménico Fontana, que unía la Plaza del Poppolo con la Basílica de Santa Cruz de Jerusalén, pasando por la Basílica de Santa María la Mayor.

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